Lavagna: “No vamos a encubrir los errores de Wall Street”

El ministro de Economía aseguró al Financial Times que no se protegerán las malas inversiones realizadas en los ´90, aunque "a algunos, en Wall Street, les gustaría encubrir los errores del pasado".

16 febrero, 2004

De todas maneras, el titular del Palacio de Hacienda reconoció que se harán algunos ajustes a la oferta de reestructuración presentada en septiembre de 2003 en Dubai, y reiteró que la propuesta “estará lista en un par de meses”.
Aunque no dio detalles, se cree que Lavagna piensa impulsar con mayor fuerza el bono atado al crecimiento de la economía argentina, para tentar a los tenedores. También se evalúa también la posibilidad de ofrecer un título sin fecha de vencimiento que evita a los acreedores reconocer pérdidas y permite al gobierno reducir el
monto de amortizaciones de capital.

Pero la quita de capital se mantiene en 75%. El ministro volvió a dejar claro este punto al afirmar que si bien “una imagen insatisfactoria en el exterior no ayuda, no vamos a acceder a ninguna reestructuración que sacrifique el crecimiento o precipite otra crisis más adelante”.
El titular del Palacio de Hacienda aseguró, además, que no se reconocerán los intereses vencidos e impagos, como reclaman los tenedores de bonos y reiteró que la Argentina sólo se comprometerá a pagar lo que efectivamente puede.
De esta manera, Lavagna salió al cruce de los economistas que adviertieron que la Argentina quedaría aislada de la comunidad financiera internacional de no mejorar su oferta de reestructuración a los acreedores.

En cuanto a la intervención del sindicato de bancos, conformado para hacerse cargo de la colocación de bonos en el tramo externo de la deuda, Lavagna dijo que “el Fondo Monetario ya sabe que las entidades seleccionadas pueden ser facilitadores del proceso, pero no negociadores, al menos, hasta que demuestren su legitimidad por el hecho de tener bonos en su poder”.

En ese sentido, el vocero de Economía, Armando Torres, fue un poco más allá, al precisar que el gobierno no tiene la obligación de informarle al FMI sobre los detalles de la oferta que le hará a los acreedores privados. Sin embargo, los dichos del vocero suenan como una chicana propia del proceso de negociación. Ya que, es improbable que las atuoridades del organismo de crédito no estén al tanto, en este momento, de cuáles serán los ajustes que el país hará a su propuesta de reestructuración de deuda.

De todas maneras, el titular del Palacio de Hacienda reconoció que se harán algunos ajustes a la oferta de reestructuración presentada en septiembre de 2003 en Dubai, y reiteró que la propuesta “estará lista en un par de meses”.
Aunque no dio detalles, se cree que Lavagna piensa impulsar con mayor fuerza el bono atado al crecimiento de la economía argentina, para tentar a los tenedores. También se evalúa también la posibilidad de ofrecer un título sin fecha de vencimiento que evita a los acreedores reconocer pérdidas y permite al gobierno reducir el
monto de amortizaciones de capital.

Pero la quita de capital se mantiene en 75%. El ministro volvió a dejar claro este punto al afirmar que si bien “una imagen insatisfactoria en el exterior no ayuda, no vamos a acceder a ninguna reestructuración que sacrifique el crecimiento o precipite otra crisis más adelante”.
El titular del Palacio de Hacienda aseguró, además, que no se reconocerán los intereses vencidos e impagos, como reclaman los tenedores de bonos y reiteró que la Argentina sólo se comprometerá a pagar lo que efectivamente puede.
De esta manera, Lavagna salió al cruce de los economistas que adviertieron que la Argentina quedaría aislada de la comunidad financiera internacional de no mejorar su oferta de reestructuración a los acreedores.

En cuanto a la intervención del sindicato de bancos, conformado para hacerse cargo de la colocación de bonos en el tramo externo de la deuda, Lavagna dijo que “el Fondo Monetario ya sabe que las entidades seleccionadas pueden ser facilitadores del proceso, pero no negociadores, al menos, hasta que demuestren su legitimidad por el hecho de tener bonos en su poder”.

En ese sentido, el vocero de Economía, Armando Torres, fue un poco más allá, al precisar que el gobierno no tiene la obligación de informarle al FMI sobre los detalles de la oferta que le hará a los acreedores privados. Sin embargo, los dichos del vocero suenan como una chicana propia del proceso de negociación. Ya que, es improbable que las atuoridades del organismo de crédito no estén al tanto, en este momento, de cuáles serán los ajustes que el país hará a su propuesta de reestructuración de deuda.

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