Lavagna: “espero que nunca más se repita la estafa a los ahorristas”
Además, el ministro de Economía defendió lo realizado por el gobierno en materia económica y social, y destacó que las medidas tomadas van en sentido contrario a la "grotesca farsa" de los planes de los ´90.
En el marco de la cena anual de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA), Roberto Lavagna criticó, además, a los sectores que en las décadas anteriores pidieron ventajas
especiales y se “aprovecharon” del Estado haciendo crecer el
déficit, y aseguró que esos “manejos irresponsables” del pasado
contribuyeron a que “la deuda externa aumentara de 7.800 milllones
de dólares en 1975 a entre 160 mil y 170 mil millones en la
actualidad”.
Además, dijo que “si se aprueba el aumento del impuesto a los
cigarrillos u otro ingreso similar, se eliminará el impuesto al
cheque, si no, no”.
“No hay ningún caso en el mundo de una economía en que haya
crecido la deuda en esa forma”, explicó el funcionario, quien
ratificó que dirá todos los “no” que sean necesarios a los
reclamos sectoriales, y en cambio atenderá las propuestas de
incrementos presupuestarios que “tengan racionalidad y planteen de
dónde saldrá la plata”.
El ministro indicó que en la Argentina “se eligió salir de la
crisis haciendo un reparto equitativo de pérdidas, no como en
otras oportunidades donde los ajustes los pagaban los que menos
tenían”, y destacó que desde que asumió se la pasó “diciendo no a
los sectores empresarios” que pedían rebajas impositivas o
regímenes de promoción especiales. En cambio, dijo “sí al incremento del gasto social para estabilizar una crisis explosiva”.
En esa línea, Lavagna defendió su decisión de frenar una nueva
moratoria impositiva, al señalar que una medida de esas
características hubiese sido “inequitativa”.
Dirigiéndose a los presentes con un tono directo y muchas veces
didáctico, el ministro habló desde una tarima donde un organizador
le iba leyendo las preguntas del público, y sólo rehusó responder
algunas consultas muy coyunturales sobre la doble indemnización y
medidas concretas en materia impositiva y de incentivos a la
producción.
El ministro también justificó el hermetismo con que a veces se
maneja la comunicación en el Palacio de Hacienda, en que siempre
se espera a tener una medida lista para hacer anuncios.
“La mejor política económica se hace trabajando en silencio
todos los días. Sé que a veces somos un poco cerrados y el vocero
de prensa (Armando Torres, también presente en la cena) lo sufre”,
explicó.
Y sostuvo que “esto a veces implica tomar distancia de los
periodistas que están en la sala”, acreditados ante el Palacio de
Hacienda.
El ministro no ocultó su molestia cuando se le preguntó si la Argentina mejoraría su propuesta de renegociación de deuda.
“Esa pregunta es de un acreedor, y yo se la contesto si usted
me dice cuánto se le debe”, ironizó Lavagna, y añadió que la
Argentina “seguirá negociando de buena fe y vamos a cumplir
rigurosamente con la palabra empeñada, pero sabiendo diferenciar
bien los intereses de los argentinos de los de los acreedores”.
En el marco de la cena anual de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA), Roberto Lavagna criticó, además, a los sectores que en las décadas anteriores pidieron ventajas
especiales y se “aprovecharon” del Estado haciendo crecer el
déficit, y aseguró que esos “manejos irresponsables” del pasado
contribuyeron a que “la deuda externa aumentara de 7.800 milllones
de dólares en 1975 a entre 160 mil y 170 mil millones en la
actualidad”.
Además, dijo que “si se aprueba el aumento del impuesto a los
cigarrillos u otro ingreso similar, se eliminará el impuesto al
cheque, si no, no”.
“No hay ningún caso en el mundo de una economía en que haya
crecido la deuda en esa forma”, explicó el funcionario, quien
ratificó que dirá todos los “no” que sean necesarios a los
reclamos sectoriales, y en cambio atenderá las propuestas de
incrementos presupuestarios que “tengan racionalidad y planteen de
dónde saldrá la plata”.
El ministro indicó que en la Argentina “se eligió salir de la
crisis haciendo un reparto equitativo de pérdidas, no como en
otras oportunidades donde los ajustes los pagaban los que menos
tenían”, y destacó que desde que asumió se la pasó “diciendo no a
los sectores empresarios” que pedían rebajas impositivas o
regímenes de promoción especiales. En cambio, dijo “sí al incremento del gasto social para estabilizar una crisis explosiva”.
En esa línea, Lavagna defendió su decisión de frenar una nueva
moratoria impositiva, al señalar que una medida de esas
características hubiese sido “inequitativa”.
Dirigiéndose a los presentes con un tono directo y muchas veces
didáctico, el ministro habló desde una tarima donde un organizador
le iba leyendo las preguntas del público, y sólo rehusó responder
algunas consultas muy coyunturales sobre la doble indemnización y
medidas concretas en materia impositiva y de incentivos a la
producción.
El ministro también justificó el hermetismo con que a veces se
maneja la comunicación en el Palacio de Hacienda, en que siempre
se espera a tener una medida lista para hacer anuncios.
“La mejor política económica se hace trabajando en silencio
todos los días. Sé que a veces somos un poco cerrados y el vocero
de prensa (Armando Torres, también presente en la cena) lo sufre”,
explicó.
Y sostuvo que “esto a veces implica tomar distancia de los
periodistas que están en la sala”, acreditados ante el Palacio de
Hacienda.
El ministro no ocultó su molestia cuando se le preguntó si la Argentina mejoraría su propuesta de renegociación de deuda.
“Esa pregunta es de un acreedor, y yo se la contesto si usted
me dice cuánto se le debe”, ironizó Lavagna, y añadió que la
Argentina “seguirá negociando de buena fe y vamos a cumplir
rigurosamente con la palabra empeñada, pero sabiendo diferenciar
bien los intereses de los argentinos de los de los acreedores”.
