Las mutaciones del Fondo Monetario

Fue creado para garantizar la estabilidad económica global y utilizó políticas heterodoxas. Sin embargo, en los ‘80 se volcó al libre mercado y a la aplicación de medidas conservadoras. Pero ¿cuál es el FMI que más le conviene al mundo?

29 agosto, 2002

Luego de la Segunda Guerra Mundial, a la luz de la experiencia de las consecuencias económicas de la paz de la Primera, John Maynard Keynes ideó dos instituciones básicas que sirvieran para mantener la estabilidad global y para fomentar el desarrollo del mundo, especialmente de la devastada Europa de posgruerra.

Tanto el Fondo Monetario Internacional como el Banco Mundial fueron el resultado de la “UN Monetary and Financial Conference” llevada a cabo en Breton Woods, New Hampshire en Julio de 1944.

Bajo el recuerdo vivo aún de la temible depresión global de 1930, la verdadera madre de Hitler, se le asignó al Fondo la compleja tarea de asegurar la estabilidad global y al Banco Mundial la asistencia financiera para el desarrollo de cada una de las economías nacionales.

El 25 % de estadounidenses desempleados en los ´30 fue explicado por el economista inglés como la consecuencia de una insuficiente demanda agregada.

Los mercados no eran perfectos y sus actores no ajustan ni trabajan los suficientemente rápido para, frente a algún shock, mantener el pleno empleo.

Institución Pública, solventada con impuestos de los ciudadanos del todo el mundo, el Fondo nació con la concepción de que los mercados muchas veces no funcionan bien y que su mal funcionamiento puede conducir a profundas depresiones.

El Fondo Monetario Internacional debía poner presión internacional para que los gobiernos sostuvieran la demanda agregada doméstica. Estaba obligado a proveer la liquidez necesaria para que ello sucediera.

Con el tiempo su visión y la del Banco Mundial volvieron para atrás. Quizás el momento más dramático de su involución hacia las ideas que habían conducido al mundo a la gran depresión se produjo a principios de los ´80 cuando la marea reaganiana y tatcheriana desplazó del Staff del Banco Mundial a Hollis Chenery, destacado economista especializado en políticas de desarrollo económico, quien había guiado la visión económica de ambas instituciones.

Su lugar inspirador fue ocupado en 1981 por una especialista en comercio internacional, que veía que el principal problema de desarrollo económico era justamente el gobierno: Ann Krueger.

Desde entonces los mercados libres son “la” solución al problema del desarrollo de los países y el Banco Mundial presta dinero en la forma de “ajustes estructurales”, siempre y cuando el Fondo haya dado previamente la autorización para hacerlo. Esa autorización es posterior, obviamente, a la imposición de la visión del Consenso de Washington al país en cuestión.

¿Cuál de las dos estrategias del Fondo y del Banco fue mas exitosa?
Las dos décadas posteriores a su fundación son conocidos como la época dorada del mundo. La producción mundial de manufacturas se cuadruplicó entre principios de los cincuenta y principios de los 70. Se generó empleo (en 1960 la tasa de paro europea era de 1,5 %) y las diferencias sociales se acortaron.

En 1959, la campaña de un primer ministro británico conservador fue ganada con el leiv motiv “Jamás nos ha ido tan bien”.

En contraposición, los hechos económicos que marcaron las dos décadas transcurridas desde el cambio de estrategia hasta nuestros días dejan claro que el Fondo Monetario ha fracasado recurrentemente en su misión global.

Las crisis financieras se cuentan por decenas, el desempleo abunda por doquier, y el crecimiento, lejos de aumentar la justicia, ha generado profundas diferencias sociales y económicas dentro de las economías nacionales y aún entre ellas.

Los últimos 10 años muestran que todos los países asiáticos o ex comunistas que siguieron las políticas del Consenso de Washington tuvieron un comportamiento patético al lado de los que no hicieron caso a las “recomendaciones” del Fondo.

El acuerdo con el Fondo llegará, porque en última instancia su ausencia va en contra de los intereses económicos de la institución.
Antes y después del acuerdo es importante vivir sin aplicar las políticas erradas que nos trajeron a esta situación.

Que Lord Keynes descanse en paz.

Luego de la Segunda Guerra Mundial, a la luz de la experiencia de las consecuencias económicas de la paz de la Primera, John Maynard Keynes ideó dos instituciones básicas que sirvieran para mantener la estabilidad global y para fomentar el desarrollo del mundo, especialmente de la devastada Europa de posgruerra.

Tanto el Fondo Monetario Internacional como el Banco Mundial fueron el resultado de la “UN Monetary and Financial Conference” llevada a cabo en Breton Woods, New Hampshire en Julio de 1944.

Bajo el recuerdo vivo aún de la temible depresión global de 1930, la verdadera madre de Hitler, se le asignó al Fondo la compleja tarea de asegurar la estabilidad global y al Banco Mundial la asistencia financiera para el desarrollo de cada una de las economías nacionales.

El 25 % de estadounidenses desempleados en los ´30 fue explicado por el economista inglés como la consecuencia de una insuficiente demanda agregada.

Los mercados no eran perfectos y sus actores no ajustan ni trabajan los suficientemente rápido para, frente a algún shock, mantener el pleno empleo.

Institución Pública, solventada con impuestos de los ciudadanos del todo el mundo, el Fondo nació con la concepción de que los mercados muchas veces no funcionan bien y que su mal funcionamiento puede conducir a profundas depresiones.

El Fondo Monetario Internacional debía poner presión internacional para que los gobiernos sostuvieran la demanda agregada doméstica. Estaba obligado a proveer la liquidez necesaria para que ello sucediera.

Con el tiempo su visión y la del Banco Mundial volvieron para atrás. Quizás el momento más dramático de su involución hacia las ideas que habían conducido al mundo a la gran depresión se produjo a principios de los ´80 cuando la marea reaganiana y tatcheriana desplazó del Staff del Banco Mundial a Hollis Chenery, destacado economista especializado en políticas de desarrollo económico, quien había guiado la visión económica de ambas instituciones.

Su lugar inspirador fue ocupado en 1981 por una especialista en comercio internacional, que veía que el principal problema de desarrollo económico era justamente el gobierno: Ann Krueger.

Desde entonces los mercados libres son “la” solución al problema del desarrollo de los países y el Banco Mundial presta dinero en la forma de “ajustes estructurales”, siempre y cuando el Fondo haya dado previamente la autorización para hacerlo. Esa autorización es posterior, obviamente, a la imposición de la visión del Consenso de Washington al país en cuestión.

¿Cuál de las dos estrategias del Fondo y del Banco fue mas exitosa?
Las dos décadas posteriores a su fundación son conocidos como la época dorada del mundo. La producción mundial de manufacturas se cuadruplicó entre principios de los cincuenta y principios de los 70. Se generó empleo (en 1960 la tasa de paro europea era de 1,5 %) y las diferencias sociales se acortaron.

En 1959, la campaña de un primer ministro británico conservador fue ganada con el leiv motiv “Jamás nos ha ido tan bien”.

En contraposición, los hechos económicos que marcaron las dos décadas transcurridas desde el cambio de estrategia hasta nuestros días dejan claro que el Fondo Monetario ha fracasado recurrentemente en su misión global.

Las crisis financieras se cuentan por decenas, el desempleo abunda por doquier, y el crecimiento, lejos de aumentar la justicia, ha generado profundas diferencias sociales y económicas dentro de las economías nacionales y aún entre ellas.

Los últimos 10 años muestran que todos los países asiáticos o ex comunistas que siguieron las políticas del Consenso de Washington tuvieron un comportamiento patético al lado de los que no hicieron caso a las “recomendaciones” del Fondo.

El acuerdo con el Fondo llegará, porque en última instancia su ausencia va en contra de los intereses económicos de la institución.
Antes y después del acuerdo es importante vivir sin aplicar las políticas erradas que nos trajeron a esta situación.

Que Lord Keynes descanse en paz.

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