Las marcas líderes bajan sus precios

Según un informe de la Asociación de Defensa del Consumidor (ADELCO), los productos de las marcas líderes que integran la canasta básica de alimentos registraron una disminución del 2,45 por ciento durante setiembre.

30 septiembre, 2003

ADELCO sigue la evolución de los precios de productos para
alimentación e higiene a través de dos canastas de compra: la
primera con marcas muy conocidas, y la segunda con los productos
más baratos encontrados en las góndolas.

Los precios de productos de consumo básico relevados en
supermercados e hipermercados de Capital y Gran Buenos Aires entre
el 29 de agosto y el 26 de septiembre de 2003 registraron los
siguientes comportamientos:

a) El valor de la canasta -sin aplicar ponderaciones- integrada
por productos con marca líder, pasó de 85,69 a 83,59 pesos, con
una baja del 2,45 por ciento.

B) El valor de la canasta -sin ponderar- integrada por
productos más baratos de la góndola (sin seguir con una
determinada marca) pasó de 45,79 a 46,02 pesos, con una suba del
0,49 por ciento.

C) El incremento de precios acumulado, por la canasta de marcas
líderes, desde el 11 de enero de 2002, asciende a 91,36 por
ciento.

D) La variación de precios acumulada por la canasta de marcas
líderes, desde enero de 2003, retrocedió el 2,93 por ciento,
pasando de 86,11 a 83,59 pesos.

La confianza de los consumidores

Los índices de confianza de los
consumidores, los ahorristas y las familias se mantuvieron
estables durante setiembre, luego de la fuerte caída en las
expectativas registradas en agosto anterior, según el indicador
que elabora la Fundación Mercado.

Según este índice, la confianza de los consumidores se ubicó en
un 35,4 por ciento, un nivel que “si bien resulta insuficiente
para las necesidades de la economía, es sensiblemente superior al
promedio de años anteriores”.

“Setiembre estabiliza los resultados luego de la severa caída
de expectativas de agosto. Visto en perspectiva, la estrategia de
sobreestimular las expectativas de la población en el período
previo a elecciones y negociaciones con el FMI y acreedores
externos redundó en un beneficio político para el gobierno”,
explicó la Fundación.

En tal sentido, consideró que “el promedio de las lecturas que
realiza la población respecto de los fenómenos registrados resulta
-en lo político- favorable al presidente Néstor Kirchner”.

En tanto, los índices de confianza de los ahorristas se mantuvo
en 34,2 por ciento y el correspondiente a las familias se ubicó en
35,3 por ciento.

“Este resultado establece dos pautas claras de comportamiento
de la economía en el ciclo. La primera es el desenvolvimiento
parejo y convergente que tiene el ciclo real, más allá del efecto
de las expectativas, hacia valores promedios del 35%. La segunda
cuestión relevante es el nivel en que el ciclo muestra señales de
estabilización”.

Y precisó que el valor cercano al 35 por ciento corresponde a un
nivel regular que mantiene el promedio anual en 29,3 por ciento.
Según el trabajo, setiembre resultó un “mes positivo” ya que
permitió detner la caída de expectativa de agosto.

Por otro lado, el porcentaje de familias que ahorran se
estabiliza en 3,8 por ciento, manteniendo el promedio anual en
3,5.

Los planes positivos de compras de bienes durables crecen de
3,3 a 4,1 por ciento, elevando nuevamente el promedio anual a 2,8
por ciento.

“La permanencia en estos niveles, o sus movimientos ascendentes
o descendentes, dependerá exclusivamente de las acciones concretas
de política económica, en un marco mucho más estrecho para vender
políticamente las medidas a adoptar”, sostuvo la entidad.

Además, explicó que setiembre “fue un mes de anuncios, pactos,
novedades para la política y la economía argentina” y consideró
que “el ciclo no se mostró indiferente ante tamaña agenda de temas
trascendentes”.

Al explicar los resultados positivos de setiembre, la Fundación
señaló que colaboraron en la mejora en los índices de confianza
los resultados electorales y la firmeza del Gobierno en la
negociación con el FMI y los acreedores.

Y concluyó que “más allá de pequeños desvíos, desde julio del año
pasado se observa un crecimiento sostenido que delimita dos claros
procesos: el primero es la recuperación desde el piso absoluto
devaluatorio, proceso que encuentra fin en abril y el segundo es
un crecimiento disociado entre expectativas y ciclo real que
converge hacia valores cercanos a los actuales”.

ADELCO sigue la evolución de los precios de productos para
alimentación e higiene a través de dos canastas de compra: la
primera con marcas muy conocidas, y la segunda con los productos
más baratos encontrados en las góndolas.

Los precios de productos de consumo básico relevados en
supermercados e hipermercados de Capital y Gran Buenos Aires entre
el 29 de agosto y el 26 de septiembre de 2003 registraron los
siguientes comportamientos:

a) El valor de la canasta -sin aplicar ponderaciones- integrada
por productos con marca líder, pasó de 85,69 a 83,59 pesos, con
una baja del 2,45 por ciento.

B) El valor de la canasta -sin ponderar- integrada por
productos más baratos de la góndola (sin seguir con una
determinada marca) pasó de 45,79 a 46,02 pesos, con una suba del
0,49 por ciento.

C) El incremento de precios acumulado, por la canasta de marcas
líderes, desde el 11 de enero de 2002, asciende a 91,36 por
ciento.

D) La variación de precios acumulada por la canasta de marcas
líderes, desde enero de 2003, retrocedió el 2,93 por ciento,
pasando de 86,11 a 83,59 pesos.

La confianza de los consumidores

Los índices de confianza de los
consumidores, los ahorristas y las familias se mantuvieron
estables durante setiembre, luego de la fuerte caída en las
expectativas registradas en agosto anterior, según el indicador
que elabora la Fundación Mercado.

Según este índice, la confianza de los consumidores se ubicó en
un 35,4 por ciento, un nivel que “si bien resulta insuficiente
para las necesidades de la economía, es sensiblemente superior al
promedio de años anteriores”.

“Setiembre estabiliza los resultados luego de la severa caída
de expectativas de agosto. Visto en perspectiva, la estrategia de
sobreestimular las expectativas de la población en el período
previo a elecciones y negociaciones con el FMI y acreedores
externos redundó en un beneficio político para el gobierno”,
explicó la Fundación.

En tal sentido, consideró que “el promedio de las lecturas que
realiza la población respecto de los fenómenos registrados resulta
-en lo político- favorable al presidente Néstor Kirchner”.

En tanto, los índices de confianza de los ahorristas se mantuvo
en 34,2 por ciento y el correspondiente a las familias se ubicó en
35,3 por ciento.

“Este resultado establece dos pautas claras de comportamiento
de la economía en el ciclo. La primera es el desenvolvimiento
parejo y convergente que tiene el ciclo real, más allá del efecto
de las expectativas, hacia valores promedios del 35%. La segunda
cuestión relevante es el nivel en que el ciclo muestra señales de
estabilización”.

Y precisó que el valor cercano al 35 por ciento corresponde a un
nivel regular que mantiene el promedio anual en 29,3 por ciento.
Según el trabajo, setiembre resultó un “mes positivo” ya que
permitió detner la caída de expectativa de agosto.

Por otro lado, el porcentaje de familias que ahorran se
estabiliza en 3,8 por ciento, manteniendo el promedio anual en
3,5.

Los planes positivos de compras de bienes durables crecen de
3,3 a 4,1 por ciento, elevando nuevamente el promedio anual a 2,8
por ciento.

“La permanencia en estos niveles, o sus movimientos ascendentes
o descendentes, dependerá exclusivamente de las acciones concretas
de política económica, en un marco mucho más estrecho para vender
políticamente las medidas a adoptar”, sostuvo la entidad.

Además, explicó que setiembre “fue un mes de anuncios, pactos,
novedades para la política y la economía argentina” y consideró
que “el ciclo no se mostró indiferente ante tamaña agenda de temas
trascendentes”.

Al explicar los resultados positivos de setiembre, la Fundación
señaló que colaboraron en la mejora en los índices de confianza
los resultados electorales y la firmeza del Gobierno en la
negociación con el FMI y los acreedores.

Y concluyó que “más allá de pequeños desvíos, desde julio del año
pasado se observa un crecimiento sostenido que delimita dos claros
procesos: el primero es la recuperación desde el piso absoluto
devaluatorio, proceso que encuentra fin en abril y el segundo es
un crecimiento disociado entre expectativas y ciclo real que
converge hacia valores cercanos a los actuales”.

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