Las inversiones crecen pero se concentran en el sector primario

Según la base de inversiones del Centro de Estudios Bonaerense (CEB), las inversiones privadas realizadas y proyectadas en el ámbito nacional para el acumulado enero-agosto de 2003, ascendieron a U$S 5.605,6 millones.

26 septiembre, 2003

Esto implicó un fuerte incremento respecto al 2002 pero aún estos niveles son inferiores a los mostrados en el 2001 y el bienio (1997-1999).

En el 2003, la provincia de Buenos Aires fue la que más monto atrajo en los primeros ocho meses de 2003, absorbiendo el 17,1% del total (delante de San Juan, con el 16,4% y Corrientes, con el 14,3%).
Se observa que, cuando se desagrega por actividad, se ve un fuerte sesgo hacia el sector primario (agricultura, silvicultura y minería) beneficiado a partir de la devaluación del peso: el 29,8% del total invertido se destinó a este campo. Esto confirma la tendencia de primarización también observada en la producción y exportaciones.

En cuanto al sector industrial se verifica un fenómeno particular, las inversiones se dirigen principalmente a los sectores en los que existe capacidad ociosa y en menor magnitud a los que necesitan las inversiones por estar utilizando plenamente su capacidad instalada.

La Base de Inversiones del Centro de Estudios Bonaerense (CEB) procura relevar las inversiones anunciadas y realizadas en el país por empresas privadas nacionales y extranjeras, realizando una desagregación a nivel sectorial, regional, por origen del capital y modalidad.

Las inversiones realizadas y proyectadas en el ámbito nacional para el acumulado enero-agosto de 2003, ascendieron a U$S 5.605,6 millones. Al comparar este monto con el observado para el mismo acumulado de 2002 se encuentra un crecimiento de 117,4%. Sin embargo, esto no debe asombrar dada la magra performance que tuvieron las inversiones, en particular, y la actividad económica, en general, en los primeros meses de 2002, como consecuencia de la desconfianza e incertidumbre que reinaba en nuestro país luego de la salida de la convertibilidad.

Ahora bien, si se realiza la comparación con respecto al 2001 o los mejores años de la convertibilidad (trienio 1997-99), las inversiones en los primeros ocho meses de 2003 aun son inferiores en un 24,8% y 77,4% respectivamente.

En el 2003, la provincia de Buenos Aires fue la que más monto atrajo en los primeros ocho meses de 2003, absorbiendo el 17,1% del total (delante de San Juan, con el 16,4% y Corrientes, con el 14,3%).

El Centro de Estudios Bonaerense (CEB) observó que, cuando se desagrega por actividad, se ve un fuerte sesgo hacia el sector primario o bien de bajo valor agregado (agricultura, silvicultura y minería); el 29,8% del total invertido se destinó a este campo, lo que confirma la tendencia de primarización también observada en la producción y exportaciones.
Al desagregar por provincia se encuentra justamente que las que más inversiones captaron, fueron aquellas cuya principal actividad es la primaria.

En San Juan, el total invertido fue U$S 925,3 millones de los cuales el 66,4% se destinó a la extracción de minerales metalíferos (explotación de los yacimientos de oro La Ortiga y Veladero). Algo similar ocurre en las provincias de Chubut, Río Negro, Santa Cruz y Neuquén.

En Neuquen se destacan también la extracción de petróleo y la petroquímica (entre las dos suman el 53,2% de los montos invertidos en la provincia).

En Chubut, otro sector que tuvo importantes inversiones fue el de metales comunes (a cargo de Aluar).

En Corrientes y Misiones, las ramas que mayores montos atrajeron fueron la silvicultura y la producción de madera y sus productos, excepto muebles (más del 90% del total invertido).

En Mendoza la elaboración de vinos es el sector más importante a la hora de atraer inversores (47,5% de total).

Otro hecho a remarcar es la caída de la importancia de Córdoba y Santa Fe como polos receptores. En la primera, la razón es la fuerte caída en la producción que evidenció su principal rama de actividad (automotores y autopartes), la cual recién a partir de estos últimos meses comienza a mostrar signos de reactivación tanto en los volúmenes producidos como invertidos.

En Santa Fe, el motivo para su escasa participación en el total invertido a nivel nacional se justifica en el menor atractivo mostrado por sus principales ramas productivas (automotores y autopartes, producción y procesamiento de carnes y elaboración de productos lácteos).

Por último, en Capital Federal, los principales proyectos se destinaron a la construcción (33,4% del total) y a otras actividades relacionadas como ser hoteles y restaurantes (28,4%).

El hecho de que las inversiones se hayan orientado mayormente hacia el sector primario, resalta el problema del escaso direccionamiento hacia la industria.

Lo ocurrido en el sector industrial también es remarcable y es que, en general, el gran flujo de inversiones se dirige a sectores en los que el uso de su infraestructura productiva se encuentra en un nivel medio y no tanto en aquellos que están llegando al límite de su capacidad.

Si tomamos a los bloques sectoriales que utilizan más del 75% de su capacidad instalada, sólo en las industrias Metálicas Básicas se verifica una afluencia importante de inversiones. En los otros casos, específicamente, Productos químicos y Papel y cartón, a pesar que entre ambos representan 21,7% del Valor Bruto de la Producción sólo atraen el 5,2% de las inversiones en la industria.
Asimismo, otro factor a remarcar es que ambos sectores han incrementado su producción en el acumulado hasta agosto de 2003 en 16,6% en promedio y dado su bajo nivel de inversiones se aproximarán aún más al límite del uso de la capacidad instalada.

Paradójicamente donde la industria recibió más proporción de inversiones, es en aquellos sectores que cuentan con una mayor capacidad ociosa. Si tomamos a las actividades que se encuentran utilizando entre el 50% y el 75% de su capacidad, se encuentra que los mismos recibieron 37,5% de las inversiones, mientras que representan el 55% del VBP de la industria.

Por último, los sectores que disponen de una mayor proporción de su capacidad sin usar (menos del 50% de utilización de sus instalaciones), representan alrededor del 16,7% del VBP industrial y obtienen el 20,0% de las inversiones privadas de la industria manufacturera. Entre estas actividades están: automotriz, resto de metalmecánica y edición e impresión. Se destaca en este conjunto el caso del sector automotriz que se encuentra utilizando su capacidad entre un 20% y 30% y concentra alrededor del 6% de las inversiones.

En conclusión, lo ocurrido en el 2003 indica que las inversiones privadas se orientaron preferentemente al sector primario por sobre el sector industrial. Mientras que, por otro lado, lo ocurrido dentro de la industria muestra que las inversiones relevadas lo hicieron en menor grado hacia los sectores que más necesitaban ampliar su capacidad.

Esto implicó un fuerte incremento respecto al 2002 pero aún estos niveles son inferiores a los mostrados en el 2001 y el bienio (1997-1999).

En el 2003, la provincia de Buenos Aires fue la que más monto atrajo en los primeros ocho meses de 2003, absorbiendo el 17,1% del total (delante de San Juan, con el 16,4% y Corrientes, con el 14,3%).
Se observa que, cuando se desagrega por actividad, se ve un fuerte sesgo hacia el sector primario (agricultura, silvicultura y minería) beneficiado a partir de la devaluación del peso: el 29,8% del total invertido se destinó a este campo. Esto confirma la tendencia de primarización también observada en la producción y exportaciones.

En cuanto al sector industrial se verifica un fenómeno particular, las inversiones se dirigen principalmente a los sectores en los que existe capacidad ociosa y en menor magnitud a los que necesitan las inversiones por estar utilizando plenamente su capacidad instalada.

La Base de Inversiones del Centro de Estudios Bonaerense (CEB) procura relevar las inversiones anunciadas y realizadas en el país por empresas privadas nacionales y extranjeras, realizando una desagregación a nivel sectorial, regional, por origen del capital y modalidad.

Las inversiones realizadas y proyectadas en el ámbito nacional para el acumulado enero-agosto de 2003, ascendieron a U$S 5.605,6 millones. Al comparar este monto con el observado para el mismo acumulado de 2002 se encuentra un crecimiento de 117,4%. Sin embargo, esto no debe asombrar dada la magra performance que tuvieron las inversiones, en particular, y la actividad económica, en general, en los primeros meses de 2002, como consecuencia de la desconfianza e incertidumbre que reinaba en nuestro país luego de la salida de la convertibilidad.

Ahora bien, si se realiza la comparación con respecto al 2001 o los mejores años de la convertibilidad (trienio 1997-99), las inversiones en los primeros ocho meses de 2003 aun son inferiores en un 24,8% y 77,4% respectivamente.

En el 2003, la provincia de Buenos Aires fue la que más monto atrajo en los primeros ocho meses de 2003, absorbiendo el 17,1% del total (delante de San Juan, con el 16,4% y Corrientes, con el 14,3%).

El Centro de Estudios Bonaerense (CEB) observó que, cuando se desagrega por actividad, se ve un fuerte sesgo hacia el sector primario o bien de bajo valor agregado (agricultura, silvicultura y minería); el 29,8% del total invertido se destinó a este campo, lo que confirma la tendencia de primarización también observada en la producción y exportaciones.
Al desagregar por provincia se encuentra justamente que las que más inversiones captaron, fueron aquellas cuya principal actividad es la primaria.

En San Juan, el total invertido fue U$S 925,3 millones de los cuales el 66,4% se destinó a la extracción de minerales metalíferos (explotación de los yacimientos de oro La Ortiga y Veladero). Algo similar ocurre en las provincias de Chubut, Río Negro, Santa Cruz y Neuquén.

En Neuquen se destacan también la extracción de petróleo y la petroquímica (entre las dos suman el 53,2% de los montos invertidos en la provincia).

En Chubut, otro sector que tuvo importantes inversiones fue el de metales comunes (a cargo de Aluar).

En Corrientes y Misiones, las ramas que mayores montos atrajeron fueron la silvicultura y la producción de madera y sus productos, excepto muebles (más del 90% del total invertido).

En Mendoza la elaboración de vinos es el sector más importante a la hora de atraer inversores (47,5% de total).

Otro hecho a remarcar es la caída de la importancia de Córdoba y Santa Fe como polos receptores. En la primera, la razón es la fuerte caída en la producción que evidenció su principal rama de actividad (automotores y autopartes), la cual recién a partir de estos últimos meses comienza a mostrar signos de reactivación tanto en los volúmenes producidos como invertidos.

En Santa Fe, el motivo para su escasa participación en el total invertido a nivel nacional se justifica en el menor atractivo mostrado por sus principales ramas productivas (automotores y autopartes, producción y procesamiento de carnes y elaboración de productos lácteos).

Por último, en Capital Federal, los principales proyectos se destinaron a la construcción (33,4% del total) y a otras actividades relacionadas como ser hoteles y restaurantes (28,4%).

El hecho de que las inversiones se hayan orientado mayormente hacia el sector primario, resalta el problema del escaso direccionamiento hacia la industria.

Lo ocurrido en el sector industrial también es remarcable y es que, en general, el gran flujo de inversiones se dirige a sectores en los que el uso de su infraestructura productiva se encuentra en un nivel medio y no tanto en aquellos que están llegando al límite de su capacidad.

Si tomamos a los bloques sectoriales que utilizan más del 75% de su capacidad instalada, sólo en las industrias Metálicas Básicas se verifica una afluencia importante de inversiones. En los otros casos, específicamente, Productos químicos y Papel y cartón, a pesar que entre ambos representan 21,7% del Valor Bruto de la Producción sólo atraen el 5,2% de las inversiones en la industria.
Asimismo, otro factor a remarcar es que ambos sectores han incrementado su producción en el acumulado hasta agosto de 2003 en 16,6% en promedio y dado su bajo nivel de inversiones se aproximarán aún más al límite del uso de la capacidad instalada.

Paradójicamente donde la industria recibió más proporción de inversiones, es en aquellos sectores que cuentan con una mayor capacidad ociosa. Si tomamos a las actividades que se encuentran utilizando entre el 50% y el 75% de su capacidad, se encuentra que los mismos recibieron 37,5% de las inversiones, mientras que representan el 55% del VBP de la industria.

Por último, los sectores que disponen de una mayor proporción de su capacidad sin usar (menos del 50% de utilización de sus instalaciones), representan alrededor del 16,7% del VBP industrial y obtienen el 20,0% de las inversiones privadas de la industria manufacturera. Entre estas actividades están: automotriz, resto de metalmecánica y edición e impresión. Se destaca en este conjunto el caso del sector automotriz que se encuentra utilizando su capacidad entre un 20% y 30% y concentra alrededor del 6% de las inversiones.

En conclusión, lo ocurrido en el 2003 indica que las inversiones privadas se orientaron preferentemente al sector primario por sobre el sector industrial. Mientras que, por otro lado, lo ocurrido dentro de la industria muestra que las inversiones relevadas lo hicieron en menor grado hacia los sectores que más necesitaban ampliar su capacidad.

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