Landau, detonante de los dichos de Noriega
El incidente surgido por las críticas del secretario de Asuntos Hemisféricos de los Estados Unidos a la relación argentino-cubana comenzó con una pregunta del ex embajador norteamericano, George Landau.
El jefe de gabinete de la Cancillería, Eduardo Valdés, ofreció
esta precisión basándose en un informe del cónsul argentino
en Nueva York, que fue testigo del hecho.
Valdés detalló que Roger Noriega ofreció un discurso ante unos 300
hombres de negocios y políticos convocados por el Consejo de las
Américas, en el que no habló de la Argentina, pero el tema fue
introducido por la pregunta de uno de los asistentes, el ex
embajador George Landau.
“Este señor Landau es un ex embajador norteamericano que hoy
trabaja para la Coca Cola y que es muy afecto a tener posiciones anti argentinas”, relató Valdés.
Y agregó que Landau en su pregunta “tilda a la Argentina de
ingrata por el apoyo que le dio Estados Unidos con el tema del
Fondo Monetario Internacional, fuera de la posición que Noriega
tenía respecto de la política exterior argentina, y ahí se produce
toda esta situación”.
Otra fuente de la Cancillería recordó que George Landau fue
embajador de los Estados Unidos en Chile y en Paraguay, cuando
esos países latinoamericanos eran gobernados respectivamente por
los dictadores Augusto Pinochet y Alfredo Stroessner.
Retirado de la actividad diplomática, actualmente mantiene una
militancia política activa en el ala derecha del Partido
Republicano de gobierno, defiende posiciones anticastristas y
“siempre exhibió un encono particular con la Argentina”, añadió la
fuente.
El informante dijo que Landau se quejó del supuesto propósito
del gobierno argentino de sumar a Cuba al Mercosur, de la reunión
que el presidente Néstor Kirchner mantuvo en La Paz con el líder
opositor Evo Morales y de que haya recibido al candidato
presidencial de la izquierda uruguaya Tabaré Vázquez.
La fuente relató que Noriega recibió el interrogante de Landau
con un gesto que dio a entender que el tema era delicado, luego
expresó los comentarios que provocaron el desagrado argentino, y
terminó afirmando que pese a su opinión personal “la Argentina es
un país independiente” y no podía “sugerirle qué hacer”.
El jefe de gabinete de la Cancillería, Eduardo Valdés, ofreció
esta precisión basándose en un informe del cónsul argentino
en Nueva York, que fue testigo del hecho.
Valdés detalló que Roger Noriega ofreció un discurso ante unos 300
hombres de negocios y políticos convocados por el Consejo de las
Américas, en el que no habló de la Argentina, pero el tema fue
introducido por la pregunta de uno de los asistentes, el ex
embajador George Landau.
“Este señor Landau es un ex embajador norteamericano que hoy
trabaja para la Coca Cola y que es muy afecto a tener posiciones anti argentinas”, relató Valdés.
Y agregó que Landau en su pregunta “tilda a la Argentina de
ingrata por el apoyo que le dio Estados Unidos con el tema del
Fondo Monetario Internacional, fuera de la posición que Noriega
tenía respecto de la política exterior argentina, y ahí se produce
toda esta situación”.
Otra fuente de la Cancillería recordó que George Landau fue
embajador de los Estados Unidos en Chile y en Paraguay, cuando
esos países latinoamericanos eran gobernados respectivamente por
los dictadores Augusto Pinochet y Alfredo Stroessner.
Retirado de la actividad diplomática, actualmente mantiene una
militancia política activa en el ala derecha del Partido
Republicano de gobierno, defiende posiciones anticastristas y
“siempre exhibió un encono particular con la Argentina”, añadió la
fuente.
El informante dijo que Landau se quejó del supuesto propósito
del gobierno argentino de sumar a Cuba al Mercosur, de la reunión
que el presidente Néstor Kirchner mantuvo en La Paz con el líder
opositor Evo Morales y de que haya recibido al candidato
presidencial de la izquierda uruguaya Tabaré Vázquez.
La fuente relató que Noriega recibió el interrogante de Landau
con un gesto que dio a entender que el tema era delicado, luego
expresó los comentarios que provocaron el desagrado argentino, y
terminó afirmando que pese a su opinión personal “la Argentina es
un país independiente” y no podía “sugerirle qué hacer”.
