La saga de la valija con dinero

Investigan si los US$ 800 mil descubiertos en la valija de un venezolano serían para financiar a piqueteros chavistas.

9 agosto, 2007

Kirchner afirmó que por primera vez en la Argentina se combate en serio la corrupción, el gobierno de Venezuela dijo que el empresario trabaja para una petrolera antichavista y De Vido echó al funcionario que lo dejó subir al avión rentado por Enarsa. El implicado ya no está en el país.

La fiscal en lo Penal y Económico María Luz Rivas Diez investiga si el maletín hallado en Aeroparque con US$ 800 mil en una valija que traía un viajero venezolano sería contrabando o una mera infracción por no haber sido declarado, pero hay una línea concreta que relaciona ese dinero con una presunta financiación del gobierno de Hugo Chávez a actividades piqueteras argentinas, con las que mantiene estrechos lazos.

El vuelo de la empresa privada Royal Class, que perteneciera a Yabrán, embarcó en Caracas a miembros del staff de Petróleos de Venezuela con el titular de Enarsa, Exequiel Espinosa, el exonerado Claudio Uberti (del Órgano de Control de Concesiones Viales, a cargo del Ministerio de Planificación), una joven agente de relaciones públicas llamada Victoria Bereziuk y el portador del maletín, un ciudadano venezolano llamado Guido Alejandro Antonini Wilson, quien está vinculado presuntamente a una distribuidora de armas con sede en Miami, además de una petrolera satélite de PDVSA.

Este último ya no está en la Argentina, pese a que no está claro el destino que daría al dinero hallado en su valija. Lo curioso es que el gobierno de Chávez se encargó de propalar por la prensa de su país que la contratista para la que presuntamente trabaja Antonini Wilson sería “antichavista”, con lo cual pretendió afirmar la hipótesis de que le habían plantado la maleta desde el imperialismo americano, como adujo el mandatario.
También el gobierno argentino se despegó de cualquier vinculación con la valija, aunque despidió al funcionario que presuntamente permitió que embarcara el misterioso empresario en un charter pagado por Enarsa ( entre US$ 60 y 90.000).

El presidente Néstor Kirchner dijo por la mañana que “por primera vez en esta Argentina se combate en serio la corrupción”. Y advirtió que perseguirá la verdad “le toque a quien le toque, caiga quien caiga, porque yo no pongo las manos en el fuego por nadie”.
Recalcó: “Yo no tapo nada. Cuando algo pasa, tomamos las medidas como corresponde”. Afirmó además que tiene “las manos absolutamente limpias” para que nadie lo condicione.

Por la mañana Julio de Vido había confirmado el desplazamiento de Uberti al afirmar que le pidió la renuncia al funcionario porque consideró que fue “un error” haber permitido que ese empresario utilizara el charter aéreo que había contratado ENARSA.

“Concebimos que hubo errores al subir a esta persona al avión y le solicitamos la renuncia al cargo, que me acaba de entregar y que acabo de aceptar”, afirmó De Vido en declaraciones radiales. “Uberti en Venezuela realizó tareas muy importantes y cuando hizo algo que yo no fui consultado y hubo un error el hombre renuncia”, agregó.

Uberti comandaba las millonarias negociaciones comerciales con Venezuela, desde los convenios con PDVSA a la venta de maquinaria agrícola, y era catalogado como la mano derecha de De Vido.

Era un contacto de suma confianza de Chávez, lo cual explicaría la presencia del empresario con la valija cargada de dinero en el avión.
El ministro también está en la mira de la justicia por el caso Skanska, en el que se investigan sobreprecios en la construcción de gasoductos, aunque por el momento no se ha avanzado demasiado, con la excusa de la feria judicial.

El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, confirmó en sus declaraciones de esta mañana la estrechez del vínculo, al decir que hubo “un abuso de la buena fe de los funcionarios argentinos por parte de los venezolanos que le pidieron que traigan a una persona que traía una valija con semejante cantidad de dinero sin que nadie lo supiera”. También defendió a otro de los funcionarios que viajaban en el charter, el titular de ENARSA, Exequiel Espinosa, de quien afirmó que “no tiene nada que ver con este tema”.

Piqueteros

La campaña preelectoral en curso ha puesto de nuevo en carrera a las organizaciones piqueteras en las esferas oficiales. Luis D´Elía ha cultivado una excelente relación con los bolivarianos, que inclusive lo llevaron a alinearse en actitudes antisemitas del gobierno de Chávez.

Los piqueteros organizaron y financiaron, por ejemplo, los actos multitudinarios que desarrolló Chávez en sus diferentes visitas a la Argentina. Obvio que no con fondos propios.

En la Casa Rosada hay preocupación por el asunto, especialmente en Cristina Kirchner.

La senadora y candidata oficialista ya estaba inquieta por el tenor de esta reciente visita del mandatario venezolano y la proyección de que un escándalo de esta naturaleza sería un golpe duro para su campaña.
En la edición de “Clarín”, Darío D´Atri firma un artículo que describe al misterioso empresario venezolano que trajo el dinero oculto y se fue del país, sin ninguna traba.

“Es cualquier cosa menos un antichavista”. Eso dice un ejecutivo venezolano consultado por Clarín de Guido Alejandro Antonini Wilson, el empresario demorado el sábado en Aeroparque al intentar ingresar una valija con 800.000 dólares. Antonini Wilson fue ayer acusado en Caracas de formar parte de una empresa (Venoco) de “capitales antichavistas” por el programa de la TV estatal venezolana La Hojilla, conducido por Mario Silva, amigo del presidente Hugo Chávez. La realidad parece circular por la vereda de enfrente.

Industrias Venoco, que ayer negó tener relaciones con Antonini Wilson, es una empresa petrolera mediana definida como “parachavista”, es decir, independiente pero con buenas relaciones con el gobierno. La compañía es propiedad desde noviembre de 2004 de Carlos Kaufman, Franklin Duran y de la empresa Perfoalca de Daniel Albornoz. Ese año, Kaufman compró Venoco a HL Boulton, poseedora del 39,27% del capital, y a la familia Sosa (30%) por 12.800.000 dólares. Venoco entró en desgracia dentro de la industria petrolera venezolana, en donde todo pasa por los contratos y subcontratos que se realizan con la estatal PDVSA, luego del fallido golpe de estado contra Chávez. El presidente interino durante el golpe, Pedro Carmona Estanga, había sido director general de Venoco cuando ésta pertenecía a HL Boulton y a la familia Sosa.

Guido Alejandro Antonini Wilson, según fuentes venezolanas y datos publicados por el influyente sitio web Descifrado.com, tiene 46 años, posee pasaporte venezolano y está inscripto como votante en el registro electoral del Consulado de Venezuela en Miami, en donde posee una casa de un millón de dólares. Antonini Wilson, Kaufman y otros ejecutivos de Venoco son fanáticos de las carreras de autos. Tanto que Kaufman, el titular de la petrolera, llevó a tres de los principales socios y ejecutivos de la empresa (Wilson, Duran y Pardo) a correr este año el Rally Gumball de Rumania. Las dos parejas largaron en los puestos 25 y 26 en un Porsche Carrera GT y en un SLR de McLaren, con el Venoco 1 y el Venoco 2.

Más allá de sus hobbies, fuentes venezolanas relacionan a Antonini Wilson con Pedro Guerrero, residente en Miami, quien tendría más que buenos contactos con la empresa Armor Holding, especializada en la fabricación y comercialización de armamento militar. Armor Holding es subsidiaria de Global BAE Systems, una compañía de primera línea de tecnología armamentística. Fuentes en Caracas dijeron ayer a Clarín que la presencia de Antonini Wilson en Buenos Aires podría tener como objetivo conseguir contratos militares para esas compañías.

Kirchner afirmó que por primera vez en la Argentina se combate en serio la corrupción, el gobierno de Venezuela dijo que el empresario trabaja para una petrolera antichavista y De Vido echó al funcionario que lo dejó subir al avión rentado por Enarsa. El implicado ya no está en el país.

La fiscal en lo Penal y Económico María Luz Rivas Diez investiga si el maletín hallado en Aeroparque con US$ 800 mil en una valija que traía un viajero venezolano sería contrabando o una mera infracción por no haber sido declarado, pero hay una línea concreta que relaciona ese dinero con una presunta financiación del gobierno de Hugo Chávez a actividades piqueteras argentinas, con las que mantiene estrechos lazos.

El vuelo de la empresa privada Royal Class, que perteneciera a Yabrán, embarcó en Caracas a miembros del staff de Petróleos de Venezuela con el titular de Enarsa, Exequiel Espinosa, el exonerado Claudio Uberti (del Órgano de Control de Concesiones Viales, a cargo del Ministerio de Planificación), una joven agente de relaciones públicas llamada Victoria Bereziuk y el portador del maletín, un ciudadano venezolano llamado Guido Alejandro Antonini Wilson, quien está vinculado presuntamente a una distribuidora de armas con sede en Miami, además de una petrolera satélite de PDVSA.

Este último ya no está en la Argentina, pese a que no está claro el destino que daría al dinero hallado en su valija. Lo curioso es que el gobierno de Chávez se encargó de propalar por la prensa de su país que la contratista para la que presuntamente trabaja Antonini Wilson sería “antichavista”, con lo cual pretendió afirmar la hipótesis de que le habían plantado la maleta desde el imperialismo americano, como adujo el mandatario.
También el gobierno argentino se despegó de cualquier vinculación con la valija, aunque despidió al funcionario que presuntamente permitió que embarcara el misterioso empresario en un charter pagado por Enarsa ( entre US$ 60 y 90.000).

El presidente Néstor Kirchner dijo por la mañana que “por primera vez en esta Argentina se combate en serio la corrupción”. Y advirtió que perseguirá la verdad “le toque a quien le toque, caiga quien caiga, porque yo no pongo las manos en el fuego por nadie”.
Recalcó: “Yo no tapo nada. Cuando algo pasa, tomamos las medidas como corresponde”. Afirmó además que tiene “las manos absolutamente limpias” para que nadie lo condicione.

Por la mañana Julio de Vido había confirmado el desplazamiento de Uberti al afirmar que le pidió la renuncia al funcionario porque consideró que fue “un error” haber permitido que ese empresario utilizara el charter aéreo que había contratado ENARSA.

“Concebimos que hubo errores al subir a esta persona al avión y le solicitamos la renuncia al cargo, que me acaba de entregar y que acabo de aceptar”, afirmó De Vido en declaraciones radiales. “Uberti en Venezuela realizó tareas muy importantes y cuando hizo algo que yo no fui consultado y hubo un error el hombre renuncia”, agregó.

Uberti comandaba las millonarias negociaciones comerciales con Venezuela, desde los convenios con PDVSA a la venta de maquinaria agrícola, y era catalogado como la mano derecha de De Vido.

Era un contacto de suma confianza de Chávez, lo cual explicaría la presencia del empresario con la valija cargada de dinero en el avión.
El ministro también está en la mira de la justicia por el caso Skanska, en el que se investigan sobreprecios en la construcción de gasoductos, aunque por el momento no se ha avanzado demasiado, con la excusa de la feria judicial.

El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, confirmó en sus declaraciones de esta mañana la estrechez del vínculo, al decir que hubo “un abuso de la buena fe de los funcionarios argentinos por parte de los venezolanos que le pidieron que traigan a una persona que traía una valija con semejante cantidad de dinero sin que nadie lo supiera”. También defendió a otro de los funcionarios que viajaban en el charter, el titular de ENARSA, Exequiel Espinosa, de quien afirmó que “no tiene nada que ver con este tema”.

Piqueteros

La campaña preelectoral en curso ha puesto de nuevo en carrera a las organizaciones piqueteras en las esferas oficiales. Luis D´Elía ha cultivado una excelente relación con los bolivarianos, que inclusive lo llevaron a alinearse en actitudes antisemitas del gobierno de Chávez.

Los piqueteros organizaron y financiaron, por ejemplo, los actos multitudinarios que desarrolló Chávez en sus diferentes visitas a la Argentina. Obvio que no con fondos propios.

En la Casa Rosada hay preocupación por el asunto, especialmente en Cristina Kirchner.

La senadora y candidata oficialista ya estaba inquieta por el tenor de esta reciente visita del mandatario venezolano y la proyección de que un escándalo de esta naturaleza sería un golpe duro para su campaña.
En la edición de “Clarín”, Darío D´Atri firma un artículo que describe al misterioso empresario venezolano que trajo el dinero oculto y se fue del país, sin ninguna traba.

“Es cualquier cosa menos un antichavista”. Eso dice un ejecutivo venezolano consultado por Clarín de Guido Alejandro Antonini Wilson, el empresario demorado el sábado en Aeroparque al intentar ingresar una valija con 800.000 dólares. Antonini Wilson fue ayer acusado en Caracas de formar parte de una empresa (Venoco) de “capitales antichavistas” por el programa de la TV estatal venezolana La Hojilla, conducido por Mario Silva, amigo del presidente Hugo Chávez. La realidad parece circular por la vereda de enfrente.

Industrias Venoco, que ayer negó tener relaciones con Antonini Wilson, es una empresa petrolera mediana definida como “parachavista”, es decir, independiente pero con buenas relaciones con el gobierno. La compañía es propiedad desde noviembre de 2004 de Carlos Kaufman, Franklin Duran y de la empresa Perfoalca de Daniel Albornoz. Ese año, Kaufman compró Venoco a HL Boulton, poseedora del 39,27% del capital, y a la familia Sosa (30%) por 12.800.000 dólares. Venoco entró en desgracia dentro de la industria petrolera venezolana, en donde todo pasa por los contratos y subcontratos que se realizan con la estatal PDVSA, luego del fallido golpe de estado contra Chávez. El presidente interino durante el golpe, Pedro Carmona Estanga, había sido director general de Venoco cuando ésta pertenecía a HL Boulton y a la familia Sosa.

Guido Alejandro Antonini Wilson, según fuentes venezolanas y datos publicados por el influyente sitio web Descifrado.com, tiene 46 años, posee pasaporte venezolano y está inscripto como votante en el registro electoral del Consulado de Venezuela en Miami, en donde posee una casa de un millón de dólares. Antonini Wilson, Kaufman y otros ejecutivos de Venoco son fanáticos de las carreras de autos. Tanto que Kaufman, el titular de la petrolera, llevó a tres de los principales socios y ejecutivos de la empresa (Wilson, Duran y Pardo) a correr este año el Rally Gumball de Rumania. Las dos parejas largaron en los puestos 25 y 26 en un Porsche Carrera GT y en un SLR de McLaren, con el Venoco 1 y el Venoco 2.

Más allá de sus hobbies, fuentes venezolanas relacionan a Antonini Wilson con Pedro Guerrero, residente en Miami, quien tendría más que buenos contactos con la empresa Armor Holding, especializada en la fabricación y comercialización de armamento militar. Armor Holding es subsidiaria de Global BAE Systems, una compañía de primera línea de tecnología armamentística. Fuentes en Caracas dijeron ayer a Clarín que la presencia de Antonini Wilson en Buenos Aires podría tener como objetivo conseguir contratos militares para esas compañías.

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