La OMC prevé crecimiento menor a 3% para 2003

En su informe anual, el organismo predice que la actividad económica mundial será más o menos igual a la de 2002 y menos de la mitad de la media registrada en los años noventa (6,7 por ciento).

23 abril, 2003

Además, los riesgos de que haya que revisar a la baja las previsiones para el 2003 son considerables habida cuenta de la morosidad de la economía mundial y la posibilidad de que siga extendiéndose la epidemia del SARS.

El 2,5 por ciento de crecimiento del comercio correspondiente al año pasado, en contraste con la caída del 1 por ciento sufrida en 2001, se debió fundamentalmente a la fuerte demanda de EEUU y de las grandes economías asiáticas como China.

Esa media del 2,5 por ciento en 2003 oculta además el hecho de que fue un crecimiento desigual, con regiones que crecieron poco o incluso sufrieron una contracción como Europa Occidental y América Latina, en este caso por las crisis argentina y venezolana, señala el informe.

“Las cifras (del informe) reflejan la creciente incertidumbre económica y política del mundo de hoy. Esta incertidumbre es mala para el crecimiento y el desarrollo económico y origina mayor inestabilidad en todo el mundo”, advirtió el director general de la OMC, el tailandés Supachai Panitchpakdi, al presentarlo en Ginebra.

Supachai aprovechó la ocasión para recordarles a los gobiernos que “deben dar señales de que están dispuestos a hacer frente a ese problema” y dijo que “una contribución muy importante consistiría en acelerar las negociaciones de la agenda de Doha”.

La ronda de negociaciones multilaterales, lanzada en Doha en noviembre de 2001, se resiente de la falta de progresos en temas clave como la agricultura o los temas relacionados con el trato especial y diferenciado que reclaman los países en desarrollo.

Según el informe de la OMC, las exportaciones de mercancías crecieron un 4 por ciento hasta un total de 6.240 millardos de dólares mientras que el comercio de servicios se expandió más rápidamente aún y alcanzó un nuevo nivel récord de 1.540 millardos.

El incremento del comercio de servicios se dio pese al miedo persistente a nuevos ataques terroristas y el incremento de los precios del combustible, que contribuyeron a limitar el crecimiento de los viajes y los transportes internacionales.

El debilidad de las inversiones fijas contribuyó además de modo significativo a la atonía del crecimiento en los países industrializados, indica el informe, según el cual disminuyeron las inversiones mundiales en plantas de producción de material electrónico, de “hardware” para tecnología de la información o semiconductores.

Por regiones, el comercio de mercancías de los países en desarrollo de Asia creció un 12,5 por ciento en volumen, lo que hizo que los flujos de importación y exportación de todo el continente crecieran en dos dígitos.

Sin embargo, ese crecimiento fue desigual, y así, el valor de las importaciones y exportaciones de China creció más de un 20 por ciento y el comercio indio aumentó también en dos dígitos mientras que Japón registró un crecimiento de sólo un 3 por ciento de sus exportaciones y una contracción de sus importaciones.

China ha superado al Reino Unido y ocupa ya el quinto lugar mundial por la importancia de su comercio.

Las economías de los países en transición siguieron mostrando un crecimiento firme – de un 10 por ciento aproximadamente debido a la fuerte demanda interna y a la llegada de nuevas inversiones extranjeras directas.

Las importaciones estadounidenses crecieron un 3 por ciento debido al consumo de los ciudadanos y a una política fiscal cada vez más expansiva, pero las exportaciones disminuyeron casi un 4 por ciento debido sobre todo al limitado crecimiento de sus principales socios comerciales como Europa Occidental o el Japón y a la contracción de Latinoamérica.

El volumen del comercio de Europa Occiedental sufrió un práctico estancamiento en volumen: las exportaciones crecieron sólo un 0,6 por ciento mientras que las importaciones cayeron un 0,5 por ciento.

América Latina, por su parte, registró uno de los peores años desde los problemas de la deuda de los ochenta en términos comerciales debido a las crisis de Argentina y Venezuela y las dificultades de Brasil en el período que precedió a las elecciones.

Las importaciones latinoamericanas cayeron más de un 5 por ciento mientras que las exportaciones crecieron en torno a un 2 por ciento, señala también el informe, según el cual la caída en el comercio intrarregional – especialmente entre los países de Mercosur- se vio compensado por el incremento de las exportaciones a otras regiones.

A su vez, el grupo de países menos desarrollados registró un incremento de su comercio, que sigue siendo pese a todo marginal.
Los países menos desarrollados exportadores de petróleo se beneficiaron, sin embargo, de un incremento del valor de sus exportaciones de crudo debido al aumento de la producción y de su comercio.

Los precios del crudo, del dólar y de los productos agrícolas crecieron en 2002 en beneficio de los exportadores del mundo en desarrollo, pero los de los minerales y metales en general continuaron cayendo.

Por su parte, los flujos internacionales de capitales, que crecieron en los años noventa hasta alcanzar un récord en 2000, han experimentado desde entonces una fuerte contracción, que ha afectado tanto a países desarrollados y en desarrollo con las únicas excepciones de China y la Europa central y del este.

Fuente: EFE

Además, los riesgos de que haya que revisar a la baja las previsiones para el 2003 son considerables habida cuenta de la morosidad de la economía mundial y la posibilidad de que siga extendiéndose la epidemia del SARS.

El 2,5 por ciento de crecimiento del comercio correspondiente al año pasado, en contraste con la caída del 1 por ciento sufrida en 2001, se debió fundamentalmente a la fuerte demanda de EEUU y de las grandes economías asiáticas como China.

Esa media del 2,5 por ciento en 2003 oculta además el hecho de que fue un crecimiento desigual, con regiones que crecieron poco o incluso sufrieron una contracción como Europa Occidental y América Latina, en este caso por las crisis argentina y venezolana, señala el informe.

“Las cifras (del informe) reflejan la creciente incertidumbre económica y política del mundo de hoy. Esta incertidumbre es mala para el crecimiento y el desarrollo económico y origina mayor inestabilidad en todo el mundo”, advirtió el director general de la OMC, el tailandés Supachai Panitchpakdi, al presentarlo en Ginebra.

Supachai aprovechó la ocasión para recordarles a los gobiernos que “deben dar señales de que están dispuestos a hacer frente a ese problema” y dijo que “una contribución muy importante consistiría en acelerar las negociaciones de la agenda de Doha”.

La ronda de negociaciones multilaterales, lanzada en Doha en noviembre de 2001, se resiente de la falta de progresos en temas clave como la agricultura o los temas relacionados con el trato especial y diferenciado que reclaman los países en desarrollo.

Según el informe de la OMC, las exportaciones de mercancías crecieron un 4 por ciento hasta un total de 6.240 millardos de dólares mientras que el comercio de servicios se expandió más rápidamente aún y alcanzó un nuevo nivel récord de 1.540 millardos.

El incremento del comercio de servicios se dio pese al miedo persistente a nuevos ataques terroristas y el incremento de los precios del combustible, que contribuyeron a limitar el crecimiento de los viajes y los transportes internacionales.

El debilidad de las inversiones fijas contribuyó además de modo significativo a la atonía del crecimiento en los países industrializados, indica el informe, según el cual disminuyeron las inversiones mundiales en plantas de producción de material electrónico, de “hardware” para tecnología de la información o semiconductores.

Por regiones, el comercio de mercancías de los países en desarrollo de Asia creció un 12,5 por ciento en volumen, lo que hizo que los flujos de importación y exportación de todo el continente crecieran en dos dígitos.

Sin embargo, ese crecimiento fue desigual, y así, el valor de las importaciones y exportaciones de China creció más de un 20 por ciento y el comercio indio aumentó también en dos dígitos mientras que Japón registró un crecimiento de sólo un 3 por ciento de sus exportaciones y una contracción de sus importaciones.

China ha superado al Reino Unido y ocupa ya el quinto lugar mundial por la importancia de su comercio.

Las economías de los países en transición siguieron mostrando un crecimiento firme – de un 10 por ciento aproximadamente debido a la fuerte demanda interna y a la llegada de nuevas inversiones extranjeras directas.

Las importaciones estadounidenses crecieron un 3 por ciento debido al consumo de los ciudadanos y a una política fiscal cada vez más expansiva, pero las exportaciones disminuyeron casi un 4 por ciento debido sobre todo al limitado crecimiento de sus principales socios comerciales como Europa Occidental o el Japón y a la contracción de Latinoamérica.

El volumen del comercio de Europa Occiedental sufrió un práctico estancamiento en volumen: las exportaciones crecieron sólo un 0,6 por ciento mientras que las importaciones cayeron un 0,5 por ciento.

América Latina, por su parte, registró uno de los peores años desde los problemas de la deuda de los ochenta en términos comerciales debido a las crisis de Argentina y Venezuela y las dificultades de Brasil en el período que precedió a las elecciones.

Las importaciones latinoamericanas cayeron más de un 5 por ciento mientras que las exportaciones crecieron en torno a un 2 por ciento, señala también el informe, según el cual la caída en el comercio intrarregional – especialmente entre los países de Mercosur- se vio compensado por el incremento de las exportaciones a otras regiones.

A su vez, el grupo de países menos desarrollados registró un incremento de su comercio, que sigue siendo pese a todo marginal.
Los países menos desarrollados exportadores de petróleo se beneficiaron, sin embargo, de un incremento del valor de sus exportaciones de crudo debido al aumento de la producción y de su comercio.

Los precios del crudo, del dólar y de los productos agrícolas crecieron en 2002 en beneficio de los exportadores del mundo en desarrollo, pero los de los minerales y metales en general continuaron cayendo.

Por su parte, los flujos internacionales de capitales, que crecieron en los años noventa hasta alcanzar un récord en 2000, han experimentado desde entonces una fuerte contracción, que ha afectado tanto a países desarrollados y en desarrollo con las únicas excepciones de China y la Europa central y del este.

Fuente: EFE

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