(EFE).- La Iglesia Católica de la Argentina criticó hoy (sábado 11) con dureza el modelo económico nacional, al que calificó de “tiranía” y “salvaje”, y advirtió que las desigualdades sociales atentan contra la paz y la armonía del país.
“Acostumbrarnos a vivir en un mundo con excluidos y sin equidad es una grave falta moral que deteriora la dignidad del hombre y compromete la armonía y la paz social”, señaló la jerarquía de la Iglesia Católica en un extenso documento enviado hoy a los medios de comunicación.
La difusión de la declaración, en la que se menciona que el país atraviesa “un momento crítico” caracterizado por una “sensación generalizada de abatimiento y desilusión”, constituyó el acto final de seis días de deliberaciones a puerta cerrada de los obispos argentinos.
En el documento se citan “la exclusión social y brecha creciente entre ricos y pobres, la inseguridad, la corrupción, la violencia familiar y social y los serios fallos en la educación y en la salud pública” como “los aspectos negativos de la globalización y la tiranía de los mercados”.
“Los excluidos por este modelo económico, que tienen nombres, apellidos, espíritus y rostros, ya hay que contarlos por centenares de miles”, se destaca en otro párrafo de la declaración.
Los obispos reclaman en el texto a los gobernantes “gestos de grandeza” y planes económicos y sociales para favorecer “un crecimiento sostenido y solidario, donde se privilegie a los más necesitados”.
En otro tramo de la declaración exhortan a la población a no resignarse “a aceptar pasivamente la tiranía de lo económico”.
“No proponemos planes económicos, sino que reconocemos las necesidades del hombre argentino: hay más desocupados que antes y hay una exclusión como jamás la hubiéramos soñado hace algunos años”, advirtió monseñor Eduardo Miras, vicepresidente de la Conferencia Episcopal Argentina, en una breve rueda de prensa al entregar el documento elaborado en el cónclave.
(EFE).- La Iglesia Católica de la Argentina criticó hoy (sábado 11) con dureza el modelo económico nacional, al que calificó de “tiranía” y “salvaje”, y advirtió que las desigualdades sociales atentan contra la paz y la armonía del país.
“Acostumbrarnos a vivir en un mundo con excluidos y sin equidad es una grave falta moral que deteriora la dignidad del hombre y compromete la armonía y la paz social”, señaló la jerarquía de la Iglesia Católica en un extenso documento enviado hoy a los medios de comunicación.
La difusión de la declaración, en la que se menciona que el país atraviesa “un momento crítico” caracterizado por una “sensación generalizada de abatimiento y desilusión”, constituyó el acto final de seis días de deliberaciones a puerta cerrada de los obispos argentinos.
En el documento se citan “la exclusión social y brecha creciente entre ricos y pobres, la inseguridad, la corrupción, la violencia familiar y social y los serios fallos en la educación y en la salud pública” como “los aspectos negativos de la globalización y la tiranía de los mercados”.
“Los excluidos por este modelo económico, que tienen nombres, apellidos, espíritus y rostros, ya hay que contarlos por centenares de miles”, se destaca en otro párrafo de la declaración.
Los obispos reclaman en el texto a los gobernantes “gestos de grandeza” y planes económicos y sociales para favorecer “un crecimiento sostenido y solidario, donde se privilegie a los más necesitados”.
En otro tramo de la declaración exhortan a la población a no resignarse “a aceptar pasivamente la tiranía de lo económico”.
“No proponemos planes económicos, sino que reconocemos las necesidades del hombre argentino: hay más desocupados que antes y hay una exclusión como jamás la hubiéramos soñado hace algunos años”, advirtió monseñor Eduardo Miras, vicepresidente de la Conferencia Episcopal Argentina, en una breve rueda de prensa al entregar el documento elaborado en el cónclave.