La economía marchó con la política

Tanto a nivel nacional como internacional, los vaivenes políticos marcaron el rumbo de la economía. Petróleo en alza, bolsas en baja y pronósticos reservados en el caso de la Argentina.

14 octubre, 2000

Esta semana la economía estuvo signada por el rumbo político. Tanto a nivel nacional como internacional, los mercados y las finanzas no pudieron sustraerse de los conflictos.

El crudo registró un alza notable el día jueves, cuando las bolsas del mundo se acompasaron en baja; todo como consecuencia del conflicto en Medio Oriente.

En la Argentina el destino económico siguió la suerte de la crisis política; el miércoles el comentario generalizado de los observadores afirmaba que la crisis política argentina parecía no haber afectado a la economía; los mercados reaccionaron casi sin novedad y en la primera semana de octubre las reservas del Banco Central habían crecido US$ 1400 millones.

Una de las explicaciones de por qué la situación no había repercutido en un alza notoria de las tasas era que había dinero sobrante en los bancos que era necesario colocar. Prueba de ello es que, sin intervención de la banca oficial, los volúmenes ofertados fueron 3,7 veces mayores que lo ofrecido por el Gobierno en la licitación de letras a tres meses y 2,7 veces más que la oferta a seis meses.

Los remezones políticos no influyeron debido a la confianza de los inversores en que era conveniente mantener los títulos públicos hasta su vencimiento y beneficiarse mientras tanto con elevadas tasas de mercado. De todas maneras, desde Nueva York un vocero de la firma Atlantic Assert Management expresaba que Wall Street no debe reaccionar en función de lo que lea un día en el periódico, porque la cuestión que realmente preocupa es la gobernabilidad de la Argentina y ésta incógnita sólo se despejará en varias semanas.

A pesar de la calma de mitad de semana, sobre el fin el Gobierno emitió una clara señal destinada a tranquilizar a los inversores y atemperar los comentarios de los analistas financieros internacionales.

El jueves el jefe de Gabinete, Christyan Colombo, en uso de un papel protagónico asumido desde su asunción al cargo, declaró de manera contundente la decisión del Ejecutivo de no abandonar la convertibilidad.

Expresiones tan categóricas tienen explicación para los observadores políticos y económicos en la necesidad de salir al paso de las declaraciones formuladas por Raúl Alfonsín en un programa del Canal 7, en el cual uno de los párrafos fue girado textualmente al exterior y provocó diversas reacciones en los centros financieros. El ex Presidente y titular de la UCR dijo: “Voy a decir una cosa que va a caer muy mal: el episodio más grave del siglo para Argentina en lo económico es la ley de Convertibilidad”.

De todas maneras, la opinión generalizada en el exterior es que a pesar de la crisis política, el sistema de convertibilidad no corre riesgo. Sin embargo, el banco de inversión Goldman Sachs recomendó a sus clientes que operan en el país, la compra de dólares y afirmó que la remoción de Fernando de Santibañes enviaría haca el exterior una señal “muy negativa”.

En las declaraciones de los voceros del banco neoyorquino se desliza la posibilidad de que el Presidente De la Rúa resista las presiones y se apoye en el sector de la ortodoxia económica, renunciando a negociar hombres y cargos con el Frepaso y que, como alternativa al mantenimiento de la Alianza, busque apoyo en el peronismo y eventualmente con el partido de Cavallo.

En este último supuesto, ¿con qué peronismo?, se preguntan los analistas. ¿Con el de Menem o con el de los gobernadores y jefes de bloques justicialistas que parecen prepararse para marcar su espacio de poder real?.

Pero Goldman Sachs no fue la única consultora interesada en la Argentina. Standard & Poor´s emitió un documento en el que se manifiesta su preocupación por “el deterioro del contexto económico y político argentino”, a la vez que señaló que ha aumentado el riesgo de refinanciación de las compañías locales.

En el seminario organizado por The Council of the Americas sobre las perspectivas económicas para el 2001, la crisis política de la Argentina , y sus derivaciones sobre la economía local y regional, se transformó en el tema central.

Los analistas económicos y financieros de los bancos de inversión más importantes de Nueva York coincidieron en señalar una fuerte “preocupación por la situación política de la Argentina”, aunque también expresaron su confianza en que el Presidente “dé los pasos justos” para salir de esta coyuntura.

Hay muchas miradas analizando cómo resuelve la Argentina la crisis política en la que se encuentra sumergida; de acuerdo a los pasos que se sigan en las próximas horas, esta coyuntura puede ser un desafío interesante o derivar en la profundización de la crisis.

Esta semana la economía estuvo signada por el rumbo político. Tanto a nivel nacional como internacional, los mercados y las finanzas no pudieron sustraerse de los conflictos.

El crudo registró un alza notable el día jueves, cuando las bolsas del mundo se acompasaron en baja; todo como consecuencia del conflicto en Medio Oriente.

En la Argentina el destino económico siguió la suerte de la crisis política; el miércoles el comentario generalizado de los observadores afirmaba que la crisis política argentina parecía no haber afectado a la economía; los mercados reaccionaron casi sin novedad y en la primera semana de octubre las reservas del Banco Central habían crecido US$ 1400 millones.

Una de las explicaciones de por qué la situación no había repercutido en un alza notoria de las tasas era que había dinero sobrante en los bancos que era necesario colocar. Prueba de ello es que, sin intervención de la banca oficial, los volúmenes ofertados fueron 3,7 veces mayores que lo ofrecido por el Gobierno en la licitación de letras a tres meses y 2,7 veces más que la oferta a seis meses.

Los remezones políticos no influyeron debido a la confianza de los inversores en que era conveniente mantener los títulos públicos hasta su vencimiento y beneficiarse mientras tanto con elevadas tasas de mercado. De todas maneras, desde Nueva York un vocero de la firma Atlantic Assert Management expresaba que Wall Street no debe reaccionar en función de lo que lea un día en el periódico, porque la cuestión que realmente preocupa es la gobernabilidad de la Argentina y ésta incógnita sólo se despejará en varias semanas.

A pesar de la calma de mitad de semana, sobre el fin el Gobierno emitió una clara señal destinada a tranquilizar a los inversores y atemperar los comentarios de los analistas financieros internacionales.

El jueves el jefe de Gabinete, Christyan Colombo, en uso de un papel protagónico asumido desde su asunción al cargo, declaró de manera contundente la decisión del Ejecutivo de no abandonar la convertibilidad.

Expresiones tan categóricas tienen explicación para los observadores políticos y económicos en la necesidad de salir al paso de las declaraciones formuladas por Raúl Alfonsín en un programa del Canal 7, en el cual uno de los párrafos fue girado textualmente al exterior y provocó diversas reacciones en los centros financieros. El ex Presidente y titular de la UCR dijo: “Voy a decir una cosa que va a caer muy mal: el episodio más grave del siglo para Argentina en lo económico es la ley de Convertibilidad”.

De todas maneras, la opinión generalizada en el exterior es que a pesar de la crisis política, el sistema de convertibilidad no corre riesgo. Sin embargo, el banco de inversión Goldman Sachs recomendó a sus clientes que operan en el país, la compra de dólares y afirmó que la remoción de Fernando de Santibañes enviaría haca el exterior una señal “muy negativa”.

En las declaraciones de los voceros del banco neoyorquino se desliza la posibilidad de que el Presidente De la Rúa resista las presiones y se apoye en el sector de la ortodoxia económica, renunciando a negociar hombres y cargos con el Frepaso y que, como alternativa al mantenimiento de la Alianza, busque apoyo en el peronismo y eventualmente con el partido de Cavallo.

En este último supuesto, ¿con qué peronismo?, se preguntan los analistas. ¿Con el de Menem o con el de los gobernadores y jefes de bloques justicialistas que parecen prepararse para marcar su espacio de poder real?.

Pero Goldman Sachs no fue la única consultora interesada en la Argentina. Standard & Poor´s emitió un documento en el que se manifiesta su preocupación por “el deterioro del contexto económico y político argentino”, a la vez que señaló que ha aumentado el riesgo de refinanciación de las compañías locales.

En el seminario organizado por The Council of the Americas sobre las perspectivas económicas para el 2001, la crisis política de la Argentina , y sus derivaciones sobre la economía local y regional, se transformó en el tema central.

Los analistas económicos y financieros de los bancos de inversión más importantes de Nueva York coincidieron en señalar una fuerte “preocupación por la situación política de la Argentina”, aunque también expresaron su confianza en que el Presidente “dé los pasos justos” para salir de esta coyuntura.

Hay muchas miradas analizando cómo resuelve la Argentina la crisis política en la que se encuentra sumergida; de acuerdo a los pasos que se sigan en las próximas horas, esta coyuntura puede ser un desafío interesante o derivar en la profundización de la crisis.

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