La Cumbre del Mercosur es buena oportunidad

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Frente a recientes resultados decepcionantes del bloque, se abre una ventana.

El Mercosur tendrá en los próximos días (a mediados de julio 2017) su cumbre presidencial. El bloque no ha atravesado por su mejor momento en los últimos años. Diferencias políticas, institucionales y comerciales han afectado su vigencia. Como resultado, el comercio del bloque ha menguado. Una agenda que durante mucho tiempo estuvo más enfocada a discutir problemas domésticos y de corto plazo y no a prever destinos estratégicos y globales, generó un largo “momentum” que hizo del bloque una región con decreciente flujo comercial.

Es ésta, pues, una ocasión para relanzar, corregir, reformular, modernizar; y para avanzar en reformas necesarias, incluso solicitadas por no pocos de sus miembros, según sostiene Marcelo Elizondo, director de la consultora DNI. La inminente reunión cumbre consistirá, pues, en el reencuentro de los líderes del bloque, la oportunidad de dar una “vuelta de página” al mal momento de la historia reciente, la necesidad de tomar nota de los malos resultados y la oportunidad de generar acciones virtuosas para revivir el bloque.

Las exportaciones de los 4 miembros fundadores del Mercosur (en este trabajo no se incluye en la mayoría de las referencias a Venezuela dado que su incorporación fue posterior al origen del bloque, luego Venezuela fue suspendida –lo está actualmente-, además no ha incorporado la mayoría de las normas del bloque, a lo que hay que adicionar que no hay datos sobre el comercio exterior de Venezuela en 2016 publicados oficialmente aun), han caído desde 2012 desde US$ 344.394 millones hasta US$ 260.143 millones en 2016.

Este menguante resultado tiene parte de su explicación (y causa) en el descenso del comercio mundial en general.

Pero otra buena parte del descenso en verdad está explicado en el hecho de que el boque ha padecido un gran debilitamiento comercial tanto en su relación con el resto del mundo como en su vínculo intra zona.

El comercio del bloque se ha retraído de manera muy relevante. El total de exportaciones mundiales de bienes fue de US$ 15,4 billones en 2016, mientras había sido de US$ 17.9 billones en 2012 (año en el que comienza la desaceleración del comercio en volúmenes y la caída medida en dólares). Lo que lleva a referir que mientras el Mercosur explicaba 1,92% del comercio mundial en 2012, significó 1,68% del total de exportaciones mundiales de bienes en 2016. Esto es: El Mercosur pierde participación en el comercio mundial.

El siguiente grafico elaborado por el BID (esta institución aun no registra el dato completo de 2016) muestra la tendencia del comercio del bloque.

En verdad, la suerte del Mercosur está vinculada con la de las dos principales economías (por dimensión) que lo integran. Argentina y Brasil son dos economías que muestran gran dificultad de inserción internacional, enfocadas “hacia adentro” y que por ello llevan al propio Mercosur a una configuración “hacia adentro”.

De acuerdo al Banco Mundial Brasil y Argentina son dos de las 11 economías con peor ratio exportaciones/PBI de todos los medidos en el mundo en 2016. Y son a la vez nada menos que dos de los tres países con menor ratio importaciones/PBI de todo el mundo medido en esa lista.

Pero aun así Brasil es, según la OMC, el único miembro del Mercosur que se encuentra entre los principales 30 exportadores mundiales (es el nro. 25 y sus exportaciones representan el 1,2% del total mundial), aunque es su volumen general (el comercio internacional participa de modo débil en su economía, que es una de las 10 mayores del mundo) lo que justifica ese lugar.

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