La crisis palestina, en la perspectiva de Foreign Affairs

“Debiera aislarse el ala armada de Hamás, como ocurrió con el IRA en Ulster”. Así resume el problema James Hoge, norteamericano, director de la influyente revista, cuya propuesta fue formulada en Davos, días atrás.

30 enero, 2006

En realidad, la exposición de Hoge y un informe petrolero (ve “mercados y finanzas”) fueron lo más interesante acaecido durante la reunión 2006 del Foro Económico Mundial. La entidad viene perdiendo peso desde que la abandonara su fundador, Jeffrey Sachs, desilusionado por el sesgo pro mercado financiero que prima en esos encuentros.

Por supuesto, al principio “la victoria de Hamás en las elecciones legislativas acercará George W.Bush aún más a Israel. No obstante –señalaba el experto-, lo mejor que puede hacer la Casa Blanca es optar por el silencio”. Más tarde, debiera apuntar, junto con el aliado británico, a “separar el brazo armado y el político, dejando que éste evolucione como partido civil”.

Naturalmente, los resultados del comicio “polarizan la situación en todo Levante, desde Turquía hasta Irán, Irak y los vecinos de Israel-Palestina”- En lo tocante al triunfo de Hamás, Hoge lo vincula a “la corrupción, el nepotismo, la ineptitud de Al Fataj -legado de Yaser Arafat- y la debilidad de Abú Mazén”.

En contraste, el grupo terrorista ha desarrollado una eficaz red de atención médica y asistencia social que cubre poblaciones pobres y desarraigadas. En cierto modo, parece una versión árabe de lo que hizo el terrorismo judío (Yirgún) hace más de cincuenta años, bajo la dirección de M’nahem Beigin.

En cuanto al papel y los presuntos errores de la Unión Europea, el director de “Foreign Affairs” les atribuye menos peso que “la acción política y financiera de Irán, respaldo clave de Hamás también en Líbano, y a la ambigüedad del gobierno sirio”. Por supuesto, Tehrán ve el resultado electoral como triunfo propio, un factor más relevante que el presunto arsenal nuclear “si la meta es desempeñar un papel geopolítico importante en la zona”.

La cautela de Turquía, Rusia, Alemania, Saudiarabia y el gobierno civil iraquí ponen a EE.UU. “en posìción difícil. Estos comicios fueron pacíficos, más transparentes que los hechos en Irak e Irán. Por ende, deben aceptarse los resultados. Pero sin cooperar con quienes insisten en la destrucción de Israel y no desechan el terrorismo”. De ahí que el analista recuerde la experiencia británica en Ulster y el paulatino desarme del IRA. Sin embargo, por el momento la Casa Blanca se muestra menos hostil de cuanto se esperaba y existe un “grupo de gobiernos útiles como árbitros: Francia, Alemania, Libia, Egipto, Omán, la Unión de Emiratos Árabes, etc. En cuanto al escenario interno, faltan las elecciones israelíes”.

En realidad, la exposición de Hoge y un informe petrolero (ve “mercados y finanzas”) fueron lo más interesante acaecido durante la reunión 2006 del Foro Económico Mundial. La entidad viene perdiendo peso desde que la abandonara su fundador, Jeffrey Sachs, desilusionado por el sesgo pro mercado financiero que prima en esos encuentros.

Por supuesto, al principio “la victoria de Hamás en las elecciones legislativas acercará George W.Bush aún más a Israel. No obstante –señalaba el experto-, lo mejor que puede hacer la Casa Blanca es optar por el silencio”. Más tarde, debiera apuntar, junto con el aliado británico, a “separar el brazo armado y el político, dejando que éste evolucione como partido civil”.

Naturalmente, los resultados del comicio “polarizan la situación en todo Levante, desde Turquía hasta Irán, Irak y los vecinos de Israel-Palestina”- En lo tocante al triunfo de Hamás, Hoge lo vincula a “la corrupción, el nepotismo, la ineptitud de Al Fataj -legado de Yaser Arafat- y la debilidad de Abú Mazén”.

En contraste, el grupo terrorista ha desarrollado una eficaz red de atención médica y asistencia social que cubre poblaciones pobres y desarraigadas. En cierto modo, parece una versión árabe de lo que hizo el terrorismo judío (Yirgún) hace más de cincuenta años, bajo la dirección de M’nahem Beigin.

En cuanto al papel y los presuntos errores de la Unión Europea, el director de “Foreign Affairs” les atribuye menos peso que “la acción política y financiera de Irán, respaldo clave de Hamás también en Líbano, y a la ambigüedad del gobierno sirio”. Por supuesto, Tehrán ve el resultado electoral como triunfo propio, un factor más relevante que el presunto arsenal nuclear “si la meta es desempeñar un papel geopolítico importante en la zona”.

La cautela de Turquía, Rusia, Alemania, Saudiarabia y el gobierno civil iraquí ponen a EE.UU. “en posìción difícil. Estos comicios fueron pacíficos, más transparentes que los hechos en Irak e Irán. Por ende, deben aceptarse los resultados. Pero sin cooperar con quienes insisten en la destrucción de Israel y no desechan el terrorismo”. De ahí que el analista recuerde la experiencia británica en Ulster y el paulatino desarme del IRA. Sin embargo, por el momento la Casa Blanca se muestra menos hostil de cuanto se esperaba y existe un “grupo de gobiernos útiles como árbitros: Francia, Alemania, Libia, Egipto, Omán, la Unión de Emiratos Árabes, etc. En cuanto al escenario interno, faltan las elecciones israelíes”.

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