La crisis iniciada en 2006 costará US$ dos billones
Según estadísticas del Fondo Monetario Internacional, revisadas, las pérdidas derivadas sistémicas en Estados Unidos alcanzaron el par de billones (millones de millones) hasta fin de 2009. Como sucede hoy en la Unión Europea, es un fracaso colectivo, sostiene Jefffrey Sachs.
30 junio, 2010
<p>La continua baja de precios inmobiliarios y el aumento de morosos e incobrables, por sí solos, determinaban hasta 2008 quebrantos por US$ 565.000 millones, Así estima el informe anual sobre estabilidad financiera global, difundido este martes en Washington. El otro monto incluye títulos y obligaciones comerciales ligados a bienes raíces, amén de préstamos a deudores insolventes, tanto individuos como sociedades.<br />
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El trabajo del Fondo señala que lo peor del apriete crediticio pasó, pero ahora aparece la crisis europea. Hasta diciembre, en efecto, bancos y firmas de valores occidentales han depreciado o liquidado activos por US$ 750.000 millones. A raíz de eso, las instancias reguladoras presionarán para que el sector privado busque capitales frescos, con el objeto de frenar el deterioro de balances y del crecimiento.<br />
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“Las nuevas turbulencias son algo más que problemas de liquidez. Por el contrario –apunta el documento-, reflejan profundas fragilidades contables y débiles bases de capital. Entonces, sus efectos pueden ser aun más amplios, hondos y recurrentes, por lo cual comportan riesgos de continuar durante un lapso considerable”.<br />
Todavía bajo Rodrigo Rato, hace justo dos años, el Fondo predecía que la doble crisis tendría consecuencias acotadas y ello se debía a “falta de comprensión sobre riesgos involucrados en ciertos instrumentos financieros, por ejemplo los derivados”.<br />
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Con Dominique Strauss-Kahn en el timón, se acabaron los eufemismos típicos de la alta burocracia fondista. Por ende, las proyecciones del FMI superan a las de bancas y analistas privados. Por ejemplo, los US$ 600.000 millones que presumía, en febrero de 2009, Union des Banques Suisses. <br />
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“Los gobiernos debieran preparar planes contingentes –sostiene el trabajo- para afrontar grandes masas de activos deteriorados, si las depreciaciones conducen a una dinámica rupturista en la economía real”. <br />
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En el pasado, el organismo “no ha señalado con bastante énfasis una serie de peligros asociados al colapso de malas hipotecas y sus efectos en el sistema financiero”, admitía Strauss-Kahn, en clara alusión a su desangelado antecesor. Por cierto, en abril de 2007, el FMI afirmaba: “no existen serias amenazas de tipo sistémico. La titulización de hipotecas secundarias no implicará pérdidas relevantes”. Lo único positivo es otro fenómeno imprevisto: el desacople de mercados asiáticos, latinoamericanos y ruso respecto de las crisis en economías centrales. <br />
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