La Argentina que desaparece

En nuestro país hay unos 430 pueblos, de hasta 2000 habitantes cada uno, que están desapareciendo por falta de trabajo, salud, educación y medios de transporte.

28 agosto, 2000

No hace falta ir muy lejos. A unos 120 kilómetros del “centro de todo”, en la provincia de Buenos Aires, se encuentra uno de los primeros pueblos que está a punto de desaparecer; se llama Zenón Videla Dorna y se ha quedado con –apenas– 30 habitantes. De acuerdo a investigaciones llevadas a cabo por el Conicet y el Banco Mundial, en la Argentina hay otros 429 pueblos en vías de extinción; entre ellos suman unas 163 mil personas.

René Bonetto –presidente de la Federación Agraria Argentina– coincide con el diagnóstico realizado por ambas investigaciones y señala que la sangría poblacional comenzó hace muchos años, agravándose en la década de los ´80. Agregó que , los pueblos que desaparecen, están íntimamente ligados a la actividad agropecuaria, especialmente a los pequeños productores que se hallan inmersos en una profunda crisis.

Bonetto señala, como solución, reconstruir las economías regionales y afirma que esto no podrá hacerse sin la intervención del Estado. “No es financiando la pobreza como se sale, sino creando condiciones de recuperación”, acota el titular de la entidad agraria, mientras explica que la deuda agropecuaria supera los $ 10 mil millones y que –sólo en el Banco Nación– hay hipotecadas 13 millones de hectáreas (la superficie total apta para producción, del país es de 33 millones).

El documento “Las voces de los pobres” del Banco Mundial, afirma que en la Argentina hay zonas ignoradas, hasta por las encuestas, que se encuentran en zonas rurales y que sufren desempleo crónico, falta de educación y carencia de servicios públicos. Las causas de esta situación serían el desempleo, la caída de los precios en la actividad agrícola y la limitación de acceso a los créditos.

Como cifras importantes para realizar una diagnóstico de la situación, las investigaciones realizadas muestran que 70% de los poblados ha perdido su actividad económica principal; 71% no cuenta con transportes; 60% no posee asfalto; la mitad no tiene ningún tipo de atención médica y 83% no tiene agua corriente. En cuanto al nivel de desocupación, llega al 80%.

En algunos pocos casos, este tipo de pueblos ha podido recuperarse con ayuda de estamentos gubernamentales. En Misiones, junto al Inta y al Programa Social Agropecuario, más de 2 mil familias hicieron una minirevolución productiva. Deseosos de salir del monocultivo de tabaco, comenzaron a cultivar hortalizas en huertas ecológicas. Luego sumaron otros productos de granja, y comenzaron a comercializarlos en 25 ferias francas en diversas zonas de la provincia; ahora, transmiten su modelo a otras poblaciones del país.

No hace falta ir muy lejos. A unos 120 kilómetros del “centro de todo”, en la provincia de Buenos Aires, se encuentra uno de los primeros pueblos que está a punto de desaparecer; se llama Zenón Videla Dorna y se ha quedado con –apenas– 30 habitantes. De acuerdo a investigaciones llevadas a cabo por el Conicet y el Banco Mundial, en la Argentina hay otros 429 pueblos en vías de extinción; entre ellos suman unas 163 mil personas.

René Bonetto –presidente de la Federación Agraria Argentina– coincide con el diagnóstico realizado por ambas investigaciones y señala que la sangría poblacional comenzó hace muchos años, agravándose en la década de los ´80. Agregó que , los pueblos que desaparecen, están íntimamente ligados a la actividad agropecuaria, especialmente a los pequeños productores que se hallan inmersos en una profunda crisis.

Bonetto señala, como solución, reconstruir las economías regionales y afirma que esto no podrá hacerse sin la intervención del Estado. “No es financiando la pobreza como se sale, sino creando condiciones de recuperación”, acota el titular de la entidad agraria, mientras explica que la deuda agropecuaria supera los $ 10 mil millones y que –sólo en el Banco Nación– hay hipotecadas 13 millones de hectáreas (la superficie total apta para producción, del país es de 33 millones).

El documento “Las voces de los pobres” del Banco Mundial, afirma que en la Argentina hay zonas ignoradas, hasta por las encuestas, que se encuentran en zonas rurales y que sufren desempleo crónico, falta de educación y carencia de servicios públicos. Las causas de esta situación serían el desempleo, la caída de los precios en la actividad agrícola y la limitación de acceso a los créditos.

Como cifras importantes para realizar una diagnóstico de la situación, las investigaciones realizadas muestran que 70% de los poblados ha perdido su actividad económica principal; 71% no cuenta con transportes; 60% no posee asfalto; la mitad no tiene ningún tipo de atención médica y 83% no tiene agua corriente. En cuanto al nivel de desocupación, llega al 80%.

En algunos pocos casos, este tipo de pueblos ha podido recuperarse con ayuda de estamentos gubernamentales. En Misiones, junto al Inta y al Programa Social Agropecuario, más de 2 mil familias hicieron una minirevolución productiva. Deseosos de salir del monocultivo de tabaco, comenzaron a cultivar hortalizas en huertas ecológicas. Luego sumaron otros productos de granja, y comenzaron a comercializarlos en 25 ferias francas en diversas zonas de la provincia; ahora, transmiten su modelo a otras poblaciones del país.

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