La Argentina beneficiada por suba de los mercados

La recuperación se dio porque EE.UU. bajaría la tasa . Buenos Aires subió 3,52%, aumentaron los bonos argentinos y bajó el riesgo país .

6 diciembre, 2000

El titular de la Reserva Federal de los Estados Unidos, Alan Greenspan, reconoció que el crecimiento de la economía estadounidense “se ha moderado apreciablemente”; esto fue interpretado por los operadores financieros entendieron como un anuncio de reducción en las tasas de interés a comienzos de 2001.

La reacción no se hizo esperar: Wall Street subió 3,15% y el Nasdaq, que agrupa a las golpeadas empresas tecnológicas, saltó 10,45%, la ganancia porcentual más alta de su historia.

El clima optimista se extendió al resto del mundo: el Bovespa de Brasil creció 4,97%, y el MerVal argentino, 3,52%.

Las palabras de Greenspan también repercutieron en los papeles argentinos: el índice EMBI, que mide el comportamiento de los títulos de la deuda pública, subió 0,95%, achicando el “riesgo país” (la sobretasa que debe pagar la Argentina por conseguir fondos en el exterior) en 11 puntos básicos, equivalentes a 0,11%.

Según los analistas, un aflojamiento en la política monetaria de los Estados Unidos tendría efectos positivos en la Argentina, pues tiene sus tasas de interés ligadas a las del país del norte.

“El efecto inmediato de la baja de tasas es una mejora en las condiciones generales de liquidez (efectivo disponible), que podría resultar auspiciosa para los mercados de deuda y acciones de la Argentina”.

Los expertos afirman que, en la reunión del 19 de diciembre, el día que se reúne el próximo comité de gobernadores de la Reserva Federal, habrá un cambio en el lenguaje del banco.

En vez de advertir sobre los peligros de la inflación, como lo venía haciendo hasta ahora, debería reconocer que la economía se desinfló.

El titular de la Reserva Federal de los Estados Unidos, Alan Greenspan, reconoció que el crecimiento de la economía estadounidense “se ha moderado apreciablemente”; esto fue interpretado por los operadores financieros entendieron como un anuncio de reducción en las tasas de interés a comienzos de 2001.

La reacción no se hizo esperar: Wall Street subió 3,15% y el Nasdaq, que agrupa a las golpeadas empresas tecnológicas, saltó 10,45%, la ganancia porcentual más alta de su historia.

El clima optimista se extendió al resto del mundo: el Bovespa de Brasil creció 4,97%, y el MerVal argentino, 3,52%.

Las palabras de Greenspan también repercutieron en los papeles argentinos: el índice EMBI, que mide el comportamiento de los títulos de la deuda pública, subió 0,95%, achicando el “riesgo país” (la sobretasa que debe pagar la Argentina por conseguir fondos en el exterior) en 11 puntos básicos, equivalentes a 0,11%.

Según los analistas, un aflojamiento en la política monetaria de los Estados Unidos tendría efectos positivos en la Argentina, pues tiene sus tasas de interés ligadas a las del país del norte.

“El efecto inmediato de la baja de tasas es una mejora en las condiciones generales de liquidez (efectivo disponible), que podría resultar auspiciosa para los mercados de deuda y acciones de la Argentina”.

Los expertos afirman que, en la reunión del 19 de diciembre, el día que se reúne el próximo comité de gobernadores de la Reserva Federal, habrá un cambio en el lenguaje del banco.

En vez de advertir sobre los peligros de la inflación, como lo venía haciendo hasta ahora, debería reconocer que la economía se desinfló.

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