La Alianza entre el abismo y la reconstrucción

Planteada como una opción progresista, la coalición gobernante no pudo nunca superar sus propias contradicciones internas, y las limitaciones para afrontar una crisis económica sin precedentes.

14 mayo, 2001

El ex presidente Raúl Alfonsín advirtió sobre la necesidad de conformar “una alianza grande” que no excluya al Partido justicialista porque se está “perdiendo la batalla cultural contra el neoliberalismo”, mientras que ex vicepresidente y probablemente la máxima figura del Frepaso, Carlos Chacho Alvarez, aseveró que “votaría” a la diputada radical rebelde, Elisa Carrió, en las próximas elecciones legislativas.

Ambas declaraciones constituyen las evidencias más claras de que la alianza política, que se planteó en sus inicios como una opción progresista pero que no pudo superar nunca sus propias contradicciones como coalición, atraviesa su peor momento.

Alvarez manifestó que “votaría a Carrió, pero dijo que no se presenta” en los comicios de octubre. Así, resaltó la labor de la diputada que encabeza la comisión que investiga operaciones de narcolavado en el Congreso, y que en los últimos meses ganó un lugar importante entre los referentes críticos a la gestión de Gobierno.

Por su parte, el ex jefe de Gabinete y uno de los fundadores de la Alianza, Rodolfo Terragno, dijo que fue un error convocar al Gobierno al ministro de Economía, Domingo Cavallo, ya que “sus objetivos no son” los de la coalición oficialista.

“Para subir impuestos, transferir US$ 5.000 millones del sector privado al público y hacer las cosas que se están haciendo, no hacía falta Cavallo”, sostuvo Terragno, quien abandonó la administración en octubre último.

El ex ministro del Interior, Federico Storani, aseveró que “el Gobierno no es ni chicha ni limonada. Todavía existe una alianza conservadora. Se expresa en diferentes ámbitos: lo hizo en el menemismo y también se expresa con De la Rúa”.

Storani también apoyó abiertamente a Elisa Carrió, y aseguró que la Alianza requiere de una segunda etapa donde la diputada debería tener un rol protagónico.

Para muchos el descontento y la falta de acoples en la coalición gobernante responde a cuestiones de fondo y que de alguna manera vendrían a explicar las reacciones de Cacho Alvarez, quien no sólo renunció a la vicepresidencia sino que decidió abandonar drásticamente la conducción del Frepaso tras haber sido uno de sus fundadores.

En declaraciones a Pagina 12,ayer domingo, Alvarez dijo del entorno de Fernando De la Rúa, que antes de que asumieran, “ya en el hotel Panamericano, empezaron las maniobras para achicar la Alianza y, de hecho, los principales asesores del Presidente jugaron permanentemente a eso”.

El ex vice, dijo que se propone “trabajar en la política desde otros ámbitos, distintos a los de la cotidianidad partidaria. Tomar un poco de distancia de todo lo que es coyuntura electoral, candidaturas y tratar de aportar propuestas o cuestionamientos desde un lugar distinto”.

De cara a las próximas elecciones la Alianza no tiene demasiadas cartas y afronta una paradójica situación: la ruptura de la coalición traería más de un dolor de cabeza y fortalecería la posición de los candidatos justicialista; pero el éxito a la hora de reflotar la maltrecha economía, si bien será un logro para el Gobierno, tendrá una beneficiario mayor e igual de problemático para la Alianza, Domingo Cavallo.

Quizás eso explique la preocupación de algunos dirigentes aliancistas por oxigenar la coalición promoviendo a dirigentes menos cuestionados o con un plus de imagen distinto.

Todo en medio de peleas internas que nunca terminan de aclararse pero que tiñen de incertidumbre a los que esperan un escenario político un poco más previsible.

El ex presidente Raúl Alfonsín advirtió sobre la necesidad de conformar “una alianza grande” que no excluya al Partido justicialista porque se está “perdiendo la batalla cultural contra el neoliberalismo”, mientras que ex vicepresidente y probablemente la máxima figura del Frepaso, Carlos Chacho Alvarez, aseveró que “votaría” a la diputada radical rebelde, Elisa Carrió, en las próximas elecciones legislativas.

Ambas declaraciones constituyen las evidencias más claras de que la alianza política, que se planteó en sus inicios como una opción progresista pero que no pudo superar nunca sus propias contradicciones como coalición, atraviesa su peor momento.

Alvarez manifestó que “votaría a Carrió, pero dijo que no se presenta” en los comicios de octubre. Así, resaltó la labor de la diputada que encabeza la comisión que investiga operaciones de narcolavado en el Congreso, y que en los últimos meses ganó un lugar importante entre los referentes críticos a la gestión de Gobierno.

Por su parte, el ex jefe de Gabinete y uno de los fundadores de la Alianza, Rodolfo Terragno, dijo que fue un error convocar al Gobierno al ministro de Economía, Domingo Cavallo, ya que “sus objetivos no son” los de la coalición oficialista.

“Para subir impuestos, transferir US$ 5.000 millones del sector privado al público y hacer las cosas que se están haciendo, no hacía falta Cavallo”, sostuvo Terragno, quien abandonó la administración en octubre último.

El ex ministro del Interior, Federico Storani, aseveró que “el Gobierno no es ni chicha ni limonada. Todavía existe una alianza conservadora. Se expresa en diferentes ámbitos: lo hizo en el menemismo y también se expresa con De la Rúa”.

Storani también apoyó abiertamente a Elisa Carrió, y aseguró que la Alianza requiere de una segunda etapa donde la diputada debería tener un rol protagónico.

Para muchos el descontento y la falta de acoples en la coalición gobernante responde a cuestiones de fondo y que de alguna manera vendrían a explicar las reacciones de Cacho Alvarez, quien no sólo renunció a la vicepresidencia sino que decidió abandonar drásticamente la conducción del Frepaso tras haber sido uno de sus fundadores.

En declaraciones a Pagina 12,ayer domingo, Alvarez dijo del entorno de Fernando De la Rúa, que antes de que asumieran, “ya en el hotel Panamericano, empezaron las maniobras para achicar la Alianza y, de hecho, los principales asesores del Presidente jugaron permanentemente a eso”.

El ex vice, dijo que se propone “trabajar en la política desde otros ámbitos, distintos a los de la cotidianidad partidaria. Tomar un poco de distancia de todo lo que es coyuntura electoral, candidaturas y tratar de aportar propuestas o cuestionamientos desde un lugar distinto”.

De cara a las próximas elecciones la Alianza no tiene demasiadas cartas y afronta una paradójica situación: la ruptura de la coalición traería más de un dolor de cabeza y fortalecería la posición de los candidatos justicialista; pero el éxito a la hora de reflotar la maltrecha economía, si bien será un logro para el Gobierno, tendrá una beneficiario mayor e igual de problemático para la Alianza, Domingo Cavallo.

Quizás eso explique la preocupación de algunos dirigentes aliancistas por oxigenar la coalición promoviendo a dirigentes menos cuestionados o con un plus de imagen distinto.

Todo en medio de peleas internas que nunca terminan de aclararse pero que tiñen de incertidumbre a los que esperan un escenario político un poco más previsible.

Compartir:
Notas Relacionadas

Suscripción Digital

Suscríbase a Mercado y reciba todos los meses la mas completa información sobre Economía, Negocios, Tecnología, Managment y más.

Suscribirse Archivo Ver todos los planes

Newsletter


Reciba todas las novedades de la Revista Mercado en su email.

Reciba todas las novedades