La aftosa se erradicará en cuatro años
Lo dijo el presidente del Senasa. Aseguró, además, que no se sacrificará hacienda y negó que el gobierno de Brasil haya solicitado una medida semejante.
(DYN). – El presidente del Senasa, Bernardo Cané, negó hoy (miércoles 4) categóricamente que las autoridades argentinas se dispongan a sacrificar hacienda vacuna en regiones donde se localizó el virus de la aftosa, por pedido del Brasil, y reconoció que el control de la enfermedad en el país demandará unos “cuatro años”, un plazo que “no es antojadizo”, subrayó.
En ese contexto, aseguró desconocer el origen de esa versión, debido a que el director de sanidad animal del país vecino “en ningún momento nos los pidió”, sino que sólo solicitó “garantía” sanitaria en los planteles ganaderos locales, para impedir que el virus se propague en el estado de Río Grande do Sul, que se mantiene rango de región libre de aftosa sin vacunación.
Asimismo, Cané anticipó que el “desafío” que enfrenta su gestión de regreso al organismo sanitario es lograr para el país el status de “libre de aftosa pero con vacunación, inicialmente”, para alcanzar “en cuatro años” el rango anterior que tuvo la Argentina para su ganadería vacuna.
“El plazo no es antojadizo, ya que ese fue el tiempo que insumió el logro en la década pasada, al largarse el plan en diciembre del 89, para localizar el último foco en abril del 94”, explicó el funcionario, que estuvo a cargo del programa por entonces y dejó el cargo en 1997 por diferencias internas que tuvo Felipe Solá, responsable de la secretaría de Agricultura en esa fecha.
Respecto de la versión que daba cuenta sobre un eventual sacrificio de animales que encararía la Argentina, Cané admitió que es una “estrategia posible de implementar”, pero descalificó la posibilidad de hacerlo en este momento, debido al avance de la enfermedad viral en el territorio nacional.
En ese sentido, graficó que la metodología puede utilizarse en una instancia “muy temprana de una epidemia”, así como que la Argentina la aplicó entre 1993 y 1994, pero aclaró que “no es este el momento” de hacerlo debido a que existe una “fuerte diseminación de focos aftósicos dentro del territorio”.
Ver más información en Aftosa: tampoco Arabia compra.
(DYN). – El presidente del Senasa, Bernardo Cané, negó hoy (miércoles 4) categóricamente que las autoridades argentinas se dispongan a sacrificar hacienda vacuna en regiones donde se localizó el virus de la aftosa, por pedido del Brasil, y reconoció que el control de la enfermedad en el país demandará unos “cuatro años”, un plazo que “no es antojadizo”, subrayó.
En ese contexto, aseguró desconocer el origen de esa versión, debido a que el director de sanidad animal del país vecino “en ningún momento nos los pidió”, sino que sólo solicitó “garantía” sanitaria en los planteles ganaderos locales, para impedir que el virus se propague en el estado de Río Grande do Sul, que se mantiene rango de región libre de aftosa sin vacunación.
Asimismo, Cané anticipó que el “desafío” que enfrenta su gestión de regreso al organismo sanitario es lograr para el país el status de “libre de aftosa pero con vacunación, inicialmente”, para alcanzar “en cuatro años” el rango anterior que tuvo la Argentina para su ganadería vacuna.
“El plazo no es antojadizo, ya que ese fue el tiempo que insumió el logro en la década pasada, al largarse el plan en diciembre del 89, para localizar el último foco en abril del 94”, explicó el funcionario, que estuvo a cargo del programa por entonces y dejó el cargo en 1997 por diferencias internas que tuvo Felipe Solá, responsable de la secretaría de Agricultura en esa fecha.
Respecto de la versión que daba cuenta sobre un eventual sacrificio de animales que encararía la Argentina, Cané admitió que es una “estrategia posible de implementar”, pero descalificó la posibilidad de hacerlo en este momento, debido al avance de la enfermedad viral en el territorio nacional.
En ese sentido, graficó que la metodología puede utilizarse en una instancia “muy temprana de una epidemia”, así como que la Argentina la aplicó entre 1993 y 1994, pero aclaró que “no es este el momento” de hacerlo debido a que existe una “fuerte diseminación de focos aftósicos dentro del territorio”.
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