La actividad industrial bajó 1,4% en septiembre

La actividad industrial subió el 13,4 por ciento en septiembre respecto de igual mes del 2002, pero el dato sorpresa fue que retrocedió 1,4 por ciento si se la compara con agosto último.

17 octubre, 2003

La razón de este leve retroceso se debió, según los técnicos
del INDEC, a que varias empresas pararon sus plantas para
adecuarlas a la mayor demanda que esperan en el último trimestre
del año.

El INDEC dio a conocer ayer los adelantos de la actividad
fabril, que en los primeros nueve meses del año aumentó 16,7 por
ciento respecto de igual período del año anterior.

Las cifras oficiales fueron en sentido contrario a las
proyecciones alentadoras que venían trascendiendo, y pusieron un
freno a los cuatro meses de suba consecutiva respecto del mes
anterior.

La baja de septiembre respecto de agosto, según los analistas
del INDEC, “no tiene relevancia técnica”, porque en el mes
anterior “varias empresas, que ya tienen importantes pedidos para
el último trimestre y utilizan gran parte de su capacidad
instalada, hicieron paradas técnicas para poner en línea sus
plantas”.

Según el director del INDEC, Julio Rotman, la paralización de
las plantas es una necesidad técnica “para poder hacer frente a la
gran demanda, tanto interna como externa, prevista hasta fin de
año”.

El mayor nivel de actividad comparando septiembre con igual mes
del año anterior, se reflejó en la encuesta cualitativa que
realiza el INDEC entre diversos empresarios.

Un 42,9 por ciento de las compañías consultadas estimó una suba
de la demanda interna hasta fin de año, contra sólo un 2 por
ciento que estima que bajará, mientras que el restante 55,1 por
ciento considera que no habrá modificaciones.

Dentro de los empresarios vinculados con la exportación, el
37,5 por ciento anticipa una suba en sus ventas, contra un 10,4
que opina que disminuirán, y un 52,1 que se mantendrán.

En el rubro horas trabajadas, el 66 por ciento de las empresas
anticipa un ritmo estable en la cantidad de horas trabajadas
respecto de igual trimestre del 2002.

En cuanto a la cantidad de personal, un 72,6 por ciento de las
firmas no advierte cambios mientras que un 19,6 estima que habrá
un suba y el 7,8 anticipa una disminución.

El INDEC dio a conocer también un nuevo informe sobre la
capacidad instalada de las empresas, cuyo nivel de utilización
alcanzó en septiembre un 67,2 por ciento, el más alto de los
últimos 21 meses.

En enero último, ese indicador era del 58,9 por ciento y 48,2
en el mismo mes del 2002, el punto más bajo de la historia
económica reciente.

Las industrias metálicas básicas se encuentran utilizando el
91,5 por ciento de su capacidad instalada, la producción de papel
y cartón utilizan un 85,8, y refinación del petróleo, un 84,5 por
ciento.

Entre 1998 y 2001, el período de mayor depresión de la
economía, la industria argentina invirtió en Actividades de
Innovación alrededor de 7.400 millones de pesos, informó el
INDEC.

De ese total, lo destinado a Investigación y Desarrollo alcanzó
a unos 612 millones de pesos.

La inversión en Actividades de Innovación, como porcentaje de
la facturación, alcanzó en pleno proceso recesivo del 2001 al 1,6
por ciento, muy por debajo del 3,7 que promedian los países
europeos.

La razón de este leve retroceso se debió, según los técnicos
del INDEC, a que varias empresas pararon sus plantas para
adecuarlas a la mayor demanda que esperan en el último trimestre
del año.

El INDEC dio a conocer ayer los adelantos de la actividad
fabril, que en los primeros nueve meses del año aumentó 16,7 por
ciento respecto de igual período del año anterior.

Las cifras oficiales fueron en sentido contrario a las
proyecciones alentadoras que venían trascendiendo, y pusieron un
freno a los cuatro meses de suba consecutiva respecto del mes
anterior.

La baja de septiembre respecto de agosto, según los analistas
del INDEC, “no tiene relevancia técnica”, porque en el mes
anterior “varias empresas, que ya tienen importantes pedidos para
el último trimestre y utilizan gran parte de su capacidad
instalada, hicieron paradas técnicas para poner en línea sus
plantas”.

Según el director del INDEC, Julio Rotman, la paralización de
las plantas es una necesidad técnica “para poder hacer frente a la
gran demanda, tanto interna como externa, prevista hasta fin de
año”.

El mayor nivel de actividad comparando septiembre con igual mes
del año anterior, se reflejó en la encuesta cualitativa que
realiza el INDEC entre diversos empresarios.

Un 42,9 por ciento de las compañías consultadas estimó una suba
de la demanda interna hasta fin de año, contra sólo un 2 por
ciento que estima que bajará, mientras que el restante 55,1 por
ciento considera que no habrá modificaciones.

Dentro de los empresarios vinculados con la exportación, el
37,5 por ciento anticipa una suba en sus ventas, contra un 10,4
que opina que disminuirán, y un 52,1 que se mantendrán.

En el rubro horas trabajadas, el 66 por ciento de las empresas
anticipa un ritmo estable en la cantidad de horas trabajadas
respecto de igual trimestre del 2002.

En cuanto a la cantidad de personal, un 72,6 por ciento de las
firmas no advierte cambios mientras que un 19,6 estima que habrá
un suba y el 7,8 anticipa una disminución.

El INDEC dio a conocer también un nuevo informe sobre la
capacidad instalada de las empresas, cuyo nivel de utilización
alcanzó en septiembre un 67,2 por ciento, el más alto de los
últimos 21 meses.

En enero último, ese indicador era del 58,9 por ciento y 48,2
en el mismo mes del 2002, el punto más bajo de la historia
económica reciente.

Las industrias metálicas básicas se encuentran utilizando el
91,5 por ciento de su capacidad instalada, la producción de papel
y cartón utilizan un 85,8, y refinación del petróleo, un 84,5 por
ciento.

Entre 1998 y 2001, el período de mayor depresión de la
economía, la industria argentina invirtió en Actividades de
Innovación alrededor de 7.400 millones de pesos, informó el
INDEC.

De ese total, lo destinado a Investigación y Desarrollo alcanzó
a unos 612 millones de pesos.

La inversión en Actividades de Innovación, como porcentaje de
la facturación, alcanzó en pleno proceso recesivo del 2001 al 1,6
por ciento, muy por debajo del 3,7 que promedian los países
europeos.

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