Kupchan: doble crisis, un riesgo democrático

“En los años 90 los norteamericanos admirábamos el modelo japonés, no muy democrático. Ahora nos impresiona China, uno de los escasos regímenes comunistas subsistentes. Pero el peligro real reside en nuestra recesión y el endeudamiento europeo”, Charles Kupchan.

5 septiembre, 2011

<p>Seg&uacute;n se&ntilde;ala el soci&oacute;logo Charles Kupchan, autor de <em>End of the American Era </em>(2002), Estados Unidos ha sido paralizado &ldquo;por un hondo desencuentro pol&iacute;tico, en tanto la Uni&oacute;n Europea recae en l&oacute;gicas nacionalistas. En 2007/09, todav&iacute;a era una crisis econ&oacute;mica y financiera, pero su obvia prosecuci&oacute;n en la actualidad adquiere ribetes sociopol&iacute;ticos&rdquo;. Eso explica que, seg&uacute;n un reciente sondeo, la aceptaci&oacute;n p&uacute;blica de Barack Obama haya ca&iacute;do a 40%, un m&iacute;nimo in&eacute;dito desde Watergate o la segunda guerra iraqu&iacute;.<br />
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La primera econom&iacute;a mundial, en efecto, &ldquo;vive una espantosa polarizaci&oacute;n y un auge ultraderechista que paraliza al estado y amenaza a la propia democracia&rdquo;. Mientras tanto, la UE recorre un trayecto inverso: &ldquo;se desideologiza. Ello en s&iacute; es positivo, pero sucede en un contexto de pa&iacute;ses d&eacute;biles ante crisis como la de deuda soberana&rdquo;.<br />
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En verdad, se ha presentado una crisis de gobernabilidad en ambas orillas del Atl&aacute;ntico norte que contrasta con China. &ldquo;Nos equivocamos sobre el gigante. Cre&iacute;amos &ndash;subraya el analista- que ese r&eacute;gimen dictatorial degenerar&iacute;a en una burocracia depredadora e incapaz. Pero resulta que la clase dominante es eficaz y la naciente burgues&iacute;a no exige libertades, pues est&aacute; c&oacute;moda con una meritocracia de matriz confuciana adaptada a la revoluci&oacute;n tecnol&oacute;gica. La gente no pide democracia&rdquo;.<br />
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Kupchan, otros pensadores occidentales y, con mayor raz&oacute;n, de econom&iacute;as emergentes afirman que la sapiencia convencional ha errado en sus evaluaciones sobre Beijing y, de paso, sus recetas econ&oacute;micas. De este modo, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y otras instancias ortodoxas se equivocan al imponer severos programas de austeridad a la periferia d&eacute;bil de la Eurozona, cuando el problema se cifra en la recesi&oacute;n y el desempleo. <br />
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