Kirchner visita Estados Unidos y Lavagna sigue operando

Aprovechando fallos en Alemania e Italia y brechas entre los “lobbies”, Economía se lanza a la caza de acreedores sueltos, par desplazar a fondos buitres y sus comités. Entretanto, Kirchner busca el apoyo de empresarios estadounidenses.

5 mayo, 2004

Mientras Horst Köhler entra en el pasado recomendando apoyar políticamente a Néstor Kirchner, Roberto Lavagna se pone en contacto –pocas semanas antes de la propuesta definitiva a acreedores privados- con una firma experta en ubicar bonistas. El objetivo es claro: restarles espacios a los “comités de bonistas”, cuya representatividad sigue siendo dudosa.

El reciente fallo en Italia y los emitidos tiempo atrás en Alemania, declarando responsables a bancas y otros intermediarios por venderle a la gente papeles de alto riesgo –sin explicar el detalle-, mejora la posición argentina. De paso, pone en evidencia los escasos esfuerzos de los “defensores de ahorristas” en beneficio de sus presuntos mandantes. Tanta pasividad sugiere a nexos entre ciertas bancas y estos “comités”.

En verdad, esos grupos están desde marzo en tratos con cinco organizaciones “cazabonistas”. Ahora, Lavagna está por seleccionar una –quizá la sexta de las que se presentaron en aquel momento- para identificar portadores de bonos y comunicarse con ellos. Naturalmente, la meta es debilitar al llamado “comité global”. Tampoco se descarta que el estado imite a los bonistas alemanes e italianos, demandando a bancas y firmas de valores por haber colocado deuda sin explicar los riesgos a los tomadores. Con ello, también se perjudicó la imagen del emisor.

Interesa notar que, según estimaciones informales, la masa de papeles detectada representa alrededor de US$ 51.700 millones en acreencias afectadas por el cese de pagos unilateral. De ese monto, 51,6% está en manos norteamericanas, 26,1% en italianas, 16,3% en alemanas y resto (5,4%) en manos japonesas. Amén de que la suma no coincide con los totales manejados por el FMI, debe notarse un detalle: los bonos pueden estar a nombre de A, B o C pero –en general- los manejan fondos y otros agentes de valores.

Mientras tanto y contra predicciones de medios allegados a los acreedores, Néstor Kirchner encontró buen clima en Estados Unidos. Varios empresarios calificaron de positivos los encuentros del martes 4. Entre ellos, Michael Kennedy (vice de Motorola y jefe de la Asociación de la Industrial de Telecomunicaciones), Warren Stakey (Cargill), Scott Yohe (Delta Airlines), Lorenzo Tallarigo (Eli Lilly), Christopher Caines (vice de IBM), Ronald Covais (Lockheed) y Rodrigo Calderón (Coca-Cola).

Por supuesto, el “comité global” de bonistas hizo lo imposible para interferir con la visita presidencias. Desde lanzar versiones sobre negativas de George W.Bush o Colin Powell a hablar con Kirchner, hasta presentar otras 75 demandas al mismo juez en Nueva York.

Mientras Horst Köhler entra en el pasado recomendando apoyar políticamente a Néstor Kirchner, Roberto Lavagna se pone en contacto –pocas semanas antes de la propuesta definitiva a acreedores privados- con una firma experta en ubicar bonistas. El objetivo es claro: restarles espacios a los “comités de bonistas”, cuya representatividad sigue siendo dudosa.

El reciente fallo en Italia y los emitidos tiempo atrás en Alemania, declarando responsables a bancas y otros intermediarios por venderle a la gente papeles de alto riesgo –sin explicar el detalle-, mejora la posición argentina. De paso, pone en evidencia los escasos esfuerzos de los “defensores de ahorristas” en beneficio de sus presuntos mandantes. Tanta pasividad sugiere a nexos entre ciertas bancas y estos “comités”.

En verdad, esos grupos están desde marzo en tratos con cinco organizaciones “cazabonistas”. Ahora, Lavagna está por seleccionar una –quizá la sexta de las que se presentaron en aquel momento- para identificar portadores de bonos y comunicarse con ellos. Naturalmente, la meta es debilitar al llamado “comité global”. Tampoco se descarta que el estado imite a los bonistas alemanes e italianos, demandando a bancas y firmas de valores por haber colocado deuda sin explicar los riesgos a los tomadores. Con ello, también se perjudicó la imagen del emisor.

Interesa notar que, según estimaciones informales, la masa de papeles detectada representa alrededor de US$ 51.700 millones en acreencias afectadas por el cese de pagos unilateral. De ese monto, 51,6% está en manos norteamericanas, 26,1% en italianas, 16,3% en alemanas y resto (5,4%) en manos japonesas. Amén de que la suma no coincide con los totales manejados por el FMI, debe notarse un detalle: los bonos pueden estar a nombre de A, B o C pero –en general- los manejan fondos y otros agentes de valores.

Mientras tanto y contra predicciones de medios allegados a los acreedores, Néstor Kirchner encontró buen clima en Estados Unidos. Varios empresarios calificaron de positivos los encuentros del martes 4. Entre ellos, Michael Kennedy (vice de Motorola y jefe de la Asociación de la Industrial de Telecomunicaciones), Warren Stakey (Cargill), Scott Yohe (Delta Airlines), Lorenzo Tallarigo (Eli Lilly), Christopher Caines (vice de IBM), Ronald Covais (Lockheed) y Rodrigo Calderón (Coca-Cola).

Por supuesto, el “comité global” de bonistas hizo lo imposible para interferir con la visita presidencias. Desde lanzar versiones sobre negativas de George W.Bush o Colin Powell a hablar con Kirchner, hasta presentar otras 75 demandas al mismo juez en Nueva York.

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