Japón y las claves de su decadencia
Tras la Segunda guerra mundial, las empresas niponas se reinventaron drásticamente. Primero, en su país. Después, en el escenario internacional vía comercio. Hacia 1990, parecían marchar al dominio del mundo. Pero no.
1 diciembre, 2010
<p>Según el analista del Insead, los japoneses tienen dos cosas actuando en contra suya. “Una es la escasa aptitud para adaptarse a mercados distantes. Otra es una plaza local en contracción básicamente demográfica, o sea por envejecimiento”. La población del archipiélago probablemente haya tocado techo en 2004 (125 millones de habitantes) y ahora va cediendo para rozar apenas 90 millones hacia 2050.<br />
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”Es muy difícil mantener una economía industrial en crecimiento si la población decrece –subraya Black- y ese fenómeno no se compensa vía inmigración u otros métodos”. En cierto sentido, Japón se parece a Europa occidental o Estados Unidos, donde el racismo traba la importación de mano de obra.<br />
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Por ende, las perspectivas económicas internas no son buenas. Las compañías niponas en verdad se expandieron en el exterior, levantado plantas en EE.UU., Unión Europea y otros lugares. Pero, de acuerdo con Black, “fallaron en armar cuadros ejecutivos multinacionales y globalizarse en serio. Al observar las altas jerarquías de sus empresas, se nota que 99% de esos niveles se compone de nipones. La cifras equivalentes son 78% en la UE y 82% en EE.UU.”<br />
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Por lo visto, las transnacionales siguen dominadas por elencos nativos, pero sólo las japonesas carecen casi totalmente de ejecutivos extranjeros. Por tanto, les faltan oportunidades de debate interno en sus filiales exteriores, experiencia en cada mercado remoto y factores asociados a estrategias de marketing.</p>
<p>“En términos de ingresos, eran las tres primeras entre las 500 globales de la lista Fortune” recuerda Stewart Black, del Institut européen d’administration des affaires (Insead). “En materia de porción de mercado, Japón era número uno (36%) y Estados Unidos lo seguía con 30%”.<br />
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Pero las cosas han cambiado y el imperio cayó a alrededor de 12%. En verdad, la economía japonesa viene estancándose durante casi dos decenios. A criterio del experto, esta decadencia refleja al fracaso de sus multinacionales en adaptarse las nuevas tendencias globales. “Hace unos setenta años, Tokio no había entrado en guerra y su economía era séptima en el planeta. Cincuenta años después, era la primera”, apunta Black. <br />
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El Sol naciente llegó al pináculo “esencialmente vía su éxito interno. La exportación, pese a su relevancia, funciona como activadora hasta cierto punto. Luego, es preciso expandirse literalmente en el exterior, instalar fábricas, etcétera. Ahí fue donde se cometió un craso error: enviar mayoritariamente japoneses”. <br />
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En términos de producto bruto interno, Japón queda tercero y Black cree que retrocederá un poco más. ¿Por qué? Porque lo que lo llevó a exitosos parámetros exportadores “ya no funciona cuando se expande a mercados diferentes o exóticos (para los nipones). Allí es donde el modelo tropieza y continuará tropezando”.<br />
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