Italia: sus propios aliados quieren marginar a Berlusconi

La segunda vuelta electoral es el comienzo del fin para el poder de Silvio Berlusconi. Sus aliados (reunidos en la pomposa “casa de las libertades”) ya presionan para marginarlo, tras la dura derrota sufrida en sus reductos.

29 junio, 2004

La caída de “Forza Italia” –consigna futbolera transformada hecha partido neofascista- en Milán, Florencia y Bérgamo inicia una serie de planteos por parte de sus aliados de centroderecha. En particular la Liga Norte (Umberto Bossi), que retoma ciertas veleidades separatistas, y la Unión Democristiana (Gianfranco Fini).

Fiel a su estilo, calcado de Carlos S.Ménem, Berlusconi sostiene que las derrotas son “coyunturales” y no tendría sentido reemplazarlo como primer ministro, pues “no hace falta otro Cavaliere. Para eso estoy yo”. Por supuesto, los medios conservadores parecen pensar igual. El influyente “Corriere della Sera” es un ejemplo: tras pasarse dos campañas electorales resaltando defectos de la coalición opositora, sigue en igual tesitura.

Parte de eso se debe a que Berlusconi controla demasiados medios, algo que Ménem no podía hacer. Otra parte, al apoyo que el gobierno italiano le da a George W.Bush, afín a posturas pro Washington de grandes empresas italianas. En este plano, resulta curioso que la voz crítica más fuerte sea Luca Cordero Montezemolo, CEO de Fiat SpA y jefe de Confindustria (la poderosa UIA peninsular).

Sea como fuere, algunos resultados del domingo son demoledores. Por ejemplo, en la provincia de Milán, el centroizquierda ganó por casi 54%, margen igualado por la comuna de Bérgamo y superado escandalosamente en Florencia: casi 66%. Esto pesará mucho en el plenario oficialista (jueves 30), donde se exigirá que un nuevo reparto del poder interno refleje la caída de “Forza Italia”.

Naturalmente, los operadores del “premier” (tanto ostensibles como encubiertos: la caja y los espacios de Mediaset compran voluntades) intentará dejar todo congelado hasta los próximos comicios nacionales. Pero los separatistas y parte del resto preferirían convocar a elecciones internas.

La actual composición del Parlamento, por cierto, es un anacronismo y no corresponde al mapa del voto. Amén del nuevo predominio opositor, “Forza Italia” ya no es clave en la coalición de gobierno. Su caso se parece al de la UCR en Argentina: sus bloques nada tienen que ver con su base real de votos.

La caída de “Forza Italia” –consigna futbolera transformada hecha partido neofascista- en Milán, Florencia y Bérgamo inicia una serie de planteos por parte de sus aliados de centroderecha. En particular la Liga Norte (Umberto Bossi), que retoma ciertas veleidades separatistas, y la Unión Democristiana (Gianfranco Fini).

Fiel a su estilo, calcado de Carlos S.Ménem, Berlusconi sostiene que las derrotas son “coyunturales” y no tendría sentido reemplazarlo como primer ministro, pues “no hace falta otro Cavaliere. Para eso estoy yo”. Por supuesto, los medios conservadores parecen pensar igual. El influyente “Corriere della Sera” es un ejemplo: tras pasarse dos campañas electorales resaltando defectos de la coalición opositora, sigue en igual tesitura.

Parte de eso se debe a que Berlusconi controla demasiados medios, algo que Ménem no podía hacer. Otra parte, al apoyo que el gobierno italiano le da a George W.Bush, afín a posturas pro Washington de grandes empresas italianas. En este plano, resulta curioso que la voz crítica más fuerte sea Luca Cordero Montezemolo, CEO de Fiat SpA y jefe de Confindustria (la poderosa UIA peninsular).

Sea como fuere, algunos resultados del domingo son demoledores. Por ejemplo, en la provincia de Milán, el centroizquierda ganó por casi 54%, margen igualado por la comuna de Bérgamo y superado escandalosamente en Florencia: casi 66%. Esto pesará mucho en el plenario oficialista (jueves 30), donde se exigirá que un nuevo reparto del poder interno refleje la caída de “Forza Italia”.

Naturalmente, los operadores del “premier” (tanto ostensibles como encubiertos: la caja y los espacios de Mediaset compran voluntades) intentará dejar todo congelado hasta los próximos comicios nacionales. Pero los separatistas y parte del resto preferirían convocar a elecciones internas.

La actual composición del Parlamento, por cierto, es un anacronismo y no corresponde al mapa del voto. Amén del nuevo predominio opositor, “Forza Italia” ya no es clave en la coalición de gobierno. Su caso se parece al de la UCR en Argentina: sus bloques nada tienen que ver con su base real de votos.

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