Israel suspendió las negociaciones

El premier israelí puso una pausa en el diálogo. Arafat lo mandó "al diablo". Cerraron el aeropuerto de Gaza y la frontera de Rafah , con Egipto.

23 octubre, 2000

Al término de la cumbre árabe en El Cairo, que analizó la situación palestina, Barak informó que el objetivo de la pausa es “reexaminar el proceso de paz en el nuevo contexto” de la violencia de las últimas tres semanas. El premier laborista no especificó cuánto durará esa pausa, que calificó de “clara necesidad” y “natural”.

“Mi respuesta a Barak es que el pueblo palestino sigue su marcha hacia Jerusalén, que será la capital del Estado palestino, tanto si le gusta a Barak como si no… ¡Que se vaya al diablo!”, gritó el presidente palestino en un duro tono poco común en él.

En medio de esta batalla de acciones y palabras, la violencia continuaba en el terreno. Ayer, otros 4 palestinos murieron en enfrentamientos con los soldados israelíes en Gaza y Cisjordania.

Con la paralización de las negociaciones de paz, Barak cumple la principal condición del líder de la oposición de derecha, el “halcón” Ariel Sharon, para que el Likud ingrese en un gobierno de emergencia nacional con los laboristas, mientras al mismo tiempo mantiene una puerta abierta aunque dudosa a la continuación del proceso.

La decisión de Barak enfureció a la mayoría de sus ministros, quienes no fueron consultados ni votaron a favor de la medida.

El presidente de Estados Unidos le reclamó a su par israelí que no deje morir el proceso de paz en Oriente Medio.

Las autoridades israelíes volvieron a ordenar el cierre, por tiempo indefinido, del aeropuerto palestino de Gaza y la frontera terrestre de Rafah con Egipto.

Al término de la cumbre árabe en El Cairo, que analizó la situación palestina, Barak informó que el objetivo de la pausa es “reexaminar el proceso de paz en el nuevo contexto” de la violencia de las últimas tres semanas. El premier laborista no especificó cuánto durará esa pausa, que calificó de “clara necesidad” y “natural”.

“Mi respuesta a Barak es que el pueblo palestino sigue su marcha hacia Jerusalén, que será la capital del Estado palestino, tanto si le gusta a Barak como si no… ¡Que se vaya al diablo!”, gritó el presidente palestino en un duro tono poco común en él.

En medio de esta batalla de acciones y palabras, la violencia continuaba en el terreno. Ayer, otros 4 palestinos murieron en enfrentamientos con los soldados israelíes en Gaza y Cisjordania.

Con la paralización de las negociaciones de paz, Barak cumple la principal condición del líder de la oposición de derecha, el “halcón” Ariel Sharon, para que el Likud ingrese en un gobierno de emergencia nacional con los laboristas, mientras al mismo tiempo mantiene una puerta abierta aunque dudosa a la continuación del proceso.

La decisión de Barak enfureció a la mayoría de sus ministros, quienes no fueron consultados ni votaron a favor de la medida.

El presidente de Estados Unidos le reclamó a su par israelí que no deje morir el proceso de paz en Oriente Medio.

Las autoridades israelíes volvieron a ordenar el cierre, por tiempo indefinido, del aeropuerto palestino de Gaza y la frontera terrestre de Rafah con Egipto.

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