Irán: Ajmadinedyad continúa perdiendo apoyo público

Hay dos ironías en Tehrán. Primera: el verborrágico presidente –sólo lo es de nombre- es criticado, especialmente por las mujeres. Segunda: un diálogo sobre Irak entre Estados Unidos-Unión Europea y Siria-Irán lo debilitará.

5 marzo, 2007

Recientes desbordes de Majmud Ajmadinedyad acerca de política nuclear y un rechazo, este fin de semana, al diálogo con Siria, EE.UU. y la UE lo expusieron a críticas. En esta oportunidad, tanto de conservadores como de reformistas en el consejo islámico, poder real en Irán.

Por ejemplo, el ayatollá Alí Jamenéi –jefe supremo del país- parece cada día menos satisfecho con su ex protegido y su “turismo” por medio mundo. Pero, dìas atrás, el religioso hizo algo más significativo: objetó la política interior del presidente, durante una reunión con ministros y dirigentes, donde Ajmadineyad no estaba.

“Sus expresiones sólo consiguen provocar a Occidentes, además de a EE.UU.”, sostuvo el ayatollá. Luego de aludir a nuevas medidas del consejo de seguridad contra el programa atómico iraní, Jamenéi señaló que “debemos ser en extremo cuidadosos, si aparecen más signos de que Wasghington aceptaría un diálogo con los sirios y nosotros sobre la guerra civil en Irak”.

La ola de ataques presidenciales a Occidente –uno de ellos mientras visitaba Saudiarabia, tan luego- irrita a los reformistas encabezados por Akbar Rafsandyaní, como es lógico, pero también molesta a los conservadores. Éstos apoyaban al presidente hasta hace poco, mas ahora el sector teme que la retórica de barricada sea contraproducente. Según fuentes europeo, lo mismo le ha dicho Hugo Chávez, alguien insospechable de pronorteamericanismo.

En el frente interno, dirigentes y público están cansados de Ajmadinedyad y su perpetuo hostigamiento a sectores sociales. En especial, las combativas mujeres musulmanas y los intelectuales. “¿Por qué emplea un lenguaje que da vergûenza?”, preguntaba hace poco el periódico reformista “Etemad-i-mellí”. Casi mismo tiempo, el conservador “Resalat” lo descalificaba por “un estilo innecesariamente ofensivo en política exterior. Se precisan delicadeza, formalidad, diplomacia y actitudes maduras”.

Por supuesto, la inesperada y amplia derrota en las elecciones municipales de diciembre (exhibieron una limpieza infrecuente es el mundo islámico), ayudó a desencadenar las objeciones al presidente y su forma de comportarse. Como lo subrayan ambas publicaciones, Ajmadinedyad debe ocuparse menos de Occidente que de la economía iraní. Al respecto, le recuerdan que la política exterior es resorte de Jamenéi.

Recientes desbordes de Majmud Ajmadinedyad acerca de política nuclear y un rechazo, este fin de semana, al diálogo con Siria, EE.UU. y la UE lo expusieron a críticas. En esta oportunidad, tanto de conservadores como de reformistas en el consejo islámico, poder real en Irán.

Por ejemplo, el ayatollá Alí Jamenéi –jefe supremo del país- parece cada día menos satisfecho con su ex protegido y su “turismo” por medio mundo. Pero, dìas atrás, el religioso hizo algo más significativo: objetó la política interior del presidente, durante una reunión con ministros y dirigentes, donde Ajmadineyad no estaba.

“Sus expresiones sólo consiguen provocar a Occidentes, además de a EE.UU.”, sostuvo el ayatollá. Luego de aludir a nuevas medidas del consejo de seguridad contra el programa atómico iraní, Jamenéi señaló que “debemos ser en extremo cuidadosos, si aparecen más signos de que Wasghington aceptaría un diálogo con los sirios y nosotros sobre la guerra civil en Irak”.

La ola de ataques presidenciales a Occidente –uno de ellos mientras visitaba Saudiarabia, tan luego- irrita a los reformistas encabezados por Akbar Rafsandyaní, como es lógico, pero también molesta a los conservadores. Éstos apoyaban al presidente hasta hace poco, mas ahora el sector teme que la retórica de barricada sea contraproducente. Según fuentes europeo, lo mismo le ha dicho Hugo Chávez, alguien insospechable de pronorteamericanismo.

En el frente interno, dirigentes y público están cansados de Ajmadinedyad y su perpetuo hostigamiento a sectores sociales. En especial, las combativas mujeres musulmanas y los intelectuales. “¿Por qué emplea un lenguaje que da vergûenza?”, preguntaba hace poco el periódico reformista “Etemad-i-mellí”. Casi mismo tiempo, el conservador “Resalat” lo descalificaba por “un estilo innecesariamente ofensivo en política exterior. Se precisan delicadeza, formalidad, diplomacia y actitudes maduras”.

Por supuesto, la inesperada y amplia derrota en las elecciones municipales de diciembre (exhibieron una limpieza infrecuente es el mundo islámico), ayudó a desencadenar las objeciones al presidente y su forma de comportarse. Como lo subrayan ambas publicaciones, Ajmadinedyad debe ocuparse menos de Occidente que de la economía iraní. Al respecto, le recuerdan que la política exterior es resorte de Jamenéi.

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