Irak y el curso de la guerra crean más dudas en los mercados

Tras alzas desbordantes de en la III semana de marzo –originado en el optimismo triunfalista de Washington-, en la siguiente los mercados de riesgo se dejaron ganar por el desaliento. Ahora, las amenazas a Siria e Irán generan más temores.

1 abril, 2004

Seis días antes de terminar marzo, el Banco Central Europeo, las bolsas de Londres y Nueva York, en Pentágono y, por fin, el equipo de George W.Bush fueron abandonando la idea de que la guerra no pasaría de pocas semanas. Pese a que las fuerza aliadas mantuvieran el avance, todos empezaron a hablar de “meses”. Muchos analistas y operadores sospecharon, entonces, que era una forma diferente de acción psicológica. Ahora, temen que haya sido el preludio de algo más inquietante: la ampliación del conflicto armado a Siria e Irán.

Este fin de semana, en efecto, Donald Rumsfeld –secretario de Defensa- denunció que Siria estaba proveyendo a Irak de “material bélico, inclusive dispositivos para atacar en la obscuridad”. Poco después, Ari Fleischer (vocero de la Casa Blanca) acusó a Tehrán de adiestrar milicias shiítas iraquíes en el Kurdistán iraní. En ninguno de ambos casos se aportaron evidencias ni fuentes.

Las manifestaciones de Rumsfeld y Fleischer se cernían sobre las primeras ruedas de abril en las plazas bursátil, cambiaria y petrolera. Además, generaban alarma en varios gobiernos, entre ellos el británico (aliado principal de EE.UU.). “Todavía no saben qué hacer con la crisis en Nigeria y ya plantean involucrar a Siria e Irán en la guerra de Irak. Sumada a las incertidumbre en la economía norteamericana real, esta actitud añade volatilidad a los mercados ”, comentaba el economista Paul Krugman, el domingo por la TV alemana.

Seis días antes de terminar marzo, el Banco Central Europeo, las bolsas de Londres y Nueva York, en Pentágono y, por fin, el equipo de George W.Bush fueron abandonando la idea de que la guerra no pasaría de pocas semanas. Pese a que las fuerza aliadas mantuvieran el avance, todos empezaron a hablar de “meses”. Muchos analistas y operadores sospecharon, entonces, que era una forma diferente de acción psicológica. Ahora, temen que haya sido el preludio de algo más inquietante: la ampliación del conflicto armado a Siria e Irán.

Este fin de semana, en efecto, Donald Rumsfeld –secretario de Defensa- denunció que Siria estaba proveyendo a Irak de “material bélico, inclusive dispositivos para atacar en la obscuridad”. Poco después, Ari Fleischer (vocero de la Casa Blanca) acusó a Tehrán de adiestrar milicias shiítas iraquíes en el Kurdistán iraní. En ninguno de ambos casos se aportaron evidencias ni fuentes.

Las manifestaciones de Rumsfeld y Fleischer se cernían sobre las primeras ruedas de abril en las plazas bursátil, cambiaria y petrolera. Además, generaban alarma en varios gobiernos, entre ellos el británico (aliado principal de EE.UU.). “Todavía no saben qué hacer con la crisis en Nigeria y ya plantean involucrar a Siria e Irán en la guerra de Irak. Sumada a las incertidumbre en la economía norteamericana real, esta actitud añade volatilidad a los mercados ”, comentaba el economista Paul Krugman, el domingo por la TV alemana.

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