Intifada en Egipto, vigilia en Siria

En el contexto de un posible ataque de las potencias occidentales a Siria, la Hermandad Musulmana sumó su convocatoria a una "intifada" contra el golpe de Estado en Egipto que derrocara al presidente islamista Mursi. 

30 agosto, 2013

La sangrienta convulsión en Oriente crece y se torna más trágica a pesar de los infructuosos esfuerzos de las potencias occidentales por morigerarla. En Estados Unidos, Barack Obama envió a los principales responsables de seguridad de su Gobierno al Congreso para presentar las pruebas sobre el uso de armas químicas por parte del régimen de Bachar el Asad, así como detalles de los planes militares para responder de forma limitada.

Y en el breve tiempo que los inspectores de ONU finalizan su labor en Siria, también el primer ministro británico, David Cameron, se afana por obtener el respaldo del Parlamento para participar en la intervención. Del otro lado del Mediterráneo, la Hermandad -agrupación a la que perteneció Mohamed Mursi hasta acceder al poder- redobló también la apuesta y, a través de la cuenta de Facebook de su brazo político, el Partido Libertad y Justicia (PLJ) señala que “el 30 de agosto, el pueblo recuperará su revolución en el comienzo de una intifada”.

Así, la agrupación islamista convocó a los egipcios a manifestarse de manera masiva contra el golpe de Estado “sangriento y opresor” para “recuperar la libertad”, informó la agencia de noticias EFE. Asimismo, denunciaron que el gobierno de facto, apoyado por los medios de comunicación, ulemas (estudiantes del islam), artistas e intelectuales, “acabaron con la libertad de expresión, devolvieron el poder a los corruptos, arruinaron el país y llevaron al Ejército a luchar contra el pueblo”.

La Hermandad Musulmana se preguntó si es posible que el gobierno civil “golpista y dictador” instalado interinamente por el Ejército tras el golpe establezca un Estado respetable, y concluyó que ese “es el sueño de los arrogantes”. La agrupación islamista llamó a los egipcios a salir a las calles “pacíficamente” para recuperar la revolución del 25 de enero de 2011 que derrocó al entonces presidente Hosni Mubarak, actualmente con prisión domiciliaria en un hospital militar.

Desde el 3 de julio, las calles de Egipto se convirtieron en escenario de batallas y enfrentamientos entre los islamistas seguidores de Mursi y el Ejército. La tensión de redujo hace dos semanas, aunque sólo después de una sangrienta represión policial que dejó 1.000 muertos y unos 5.000 heridos en un solo día, en su mayoría seguidores de la Hermandad, y de que varios líderes del movimiento islamista fueran detenidos.

Entre los detenidos, está el máximo líder y guía espiritual de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Badia, quien se encuentra con prisión preventiva en la cárcel de Tora, junto a Jairat Al Shater y Rashad Bayumi entre otros miembros de la agrupación.

El domingo último comenzó un juicio contra ellos por incitar al asesinato de manifestantes anti Mursi, pero fue aplazado hasta octubre por motivos de seguridad. El Ministerio del Interior aseguró que sus fuerzas están “totalmente preparadas” para enfrentar cualquier conato de violencia que se registre durante las manifestaciones convocadas mañana por los islamistas.

En un comunicado, la cartera dijo que la policía empleará munición real en el caso de defensa legítima. Interior subrayó también que sus fuerzas “repelerán con firmeza y fuerza las tentativas de perjudicar la seguridad pública o de atacar las instalaciones gubernamentales, policiales y religiosas”. La nota recordó que protestas similares convocadas en el último mes se caracterizaron por “violencia acompañada de caos y actos de sabotaje”.

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