En los últimos 20 años, el tamaño de su clase media se cuadruplicó y 1% de los pobres han cruzado la línea de pobreza cada año. Simultáneamente, el crecimiento poblacional bajó de su tasa histórica de 2,2% anual a 1,7%, lo que significa que el crecimiento ha significado más ingresos per cápita: de US$ 1.178 en 1980 a US$ 3.051 en la actualidad (en términos de poder adquisitivo). Hoy India es la cuarta economía del mundo y pronto, superará a Japón. El vaticinio pertenecen a un análisis realizado por el especialista Gurcharan Das en Foreign Affairs.
Pero lo más notable del surgimiento de India no es que sea reciente sino el camino que ha tomado. En lugar de adoptar la clásica estrategia asiática- exportar a Occidente productos manufacturados de trabajo intensivo y bajo precio – India confió en su mercado interno más que en las exportaciones, en el consumo más que en la inversión, en los servicios más que en la industria y en la alta tecnología más que en la manufactura no calificada. Se método significó que la economía india se mantuvo más aislada de las dificultades globales y pueda mostrar ahora un grado de estabilidad que impresiona tanto como la tasa de su expansión.
Otro elemento digno de mención es que en lugar de crecer con ayuda del Estado, India lo hace, en gran medido, a pesar del Estado. El emprendedor está claramente en el centro de su éxito. India hoy tiene empresas privadas altamente competitivas, un mercado de valores floreciente y un sector financiero moderno y muy disciplinado.
Todo esto ayuda a explicar por qué, en apenas dos semanas, el grupo Reliance Industries de Muekesh Ambani, consiguió US$ 1.750 millones en el mercado de valores de Estados Unidos.
Reliance Industries es la holding con sede en Mumbai, India, de un conglomerado de empresas que operan en cinco grandes segmentos: exploración y producción, refinación y marketing, petroquímicos, retail y telecomunicaciones. Reunió esa cantidad en dos operaciones: una a diez años y otra a 30 a tasas que la compañía dice son las de más bajo interés jamás conseguidas por un emisor asiático. Los costos fueron una fracción de lo que Reliance pagaría en su mercado interno si fuera posible contraer allí una deuda a tan largo plazo.
Durante años las empresas indias buscaron aprovechar el bajo costo del capital en Estados Unidos. Hoy, sin embargo, Reliance y la misma India, figuran entre los pocos nombres de Asia que gozan de una cálida recepción en los mercados internacionales de capital. Y eso se lo ganó la India y sus empresas, que han recorrido un camino mucho más acertado que la mayoría de los otros mercados emergentes.