<p>Barack Obama ya ha ordenado a Timothy Geithner (Tesoro) difundir ciertos detalles al respecto, a raíz de presiones legislativas. Si bien se supone que todos los bancos han superado la prueba, unas instituciones fatalmente aparecerán más vulnerables que otras. Esto puede generar una huida de inversores en su desmedro. Por eso, se trata de no poner en evidencia ciertos detalles. <br />
Para atenuar desvelos, el gobierno intenta que los propios bancos informen públicamente, por su cuenta, proyecciones sobre su evolución de ahora (ejercicio 2009/10) a 2011/2. Pero, en verdad, cualquiera de ambas vías puede alarmar al mercado, dado que –desde el megarrescate de octubre, US$ 700.000 millones, a los dos billones actuales- la imagen del sector es mala.<br />
Hasta el último fin de semana, el Tesoro se limitaba a anticipar que revelará los montos de cualquier inyección de capitales a entidades que los reguladores juzguen en peligro si la crisis sistémica se prolonga o la economía tarda en reactivarse. Benjamin Bernanke (Reserva Federal) cree que lo primero es factible. En lo tocante al “golpe de efecto” ensayado por Goldman Sachs el jueves (colocar US$ 5.000 millones en papeles y repagar 10.000 millones al fisco si el gobierno los toma), hay muchos escépticos. <br />
El clima en el Congreso no es precisamente positivo. Hace dos semanas,<br />
asesores de parlamentarios que supervisan el megarrescate financiero pidieron “sacarnos de encima ejecutivos superiores y entidades sin salida”. A su juicio, “será el mejor modo de resolver esta crisis de una vez por todas”.<br />
En un duro informe, el grupo sostiene que “el departamento del Tesoro partió de un contexto color de rosa al asignar los US$ 700.000 millones del primer salvamento, cuyos resultados –a seis meses- son relativos”. El comité alude al programa pro alivio de activos tóxicos (TARP) y censura a Henry Paulson y Benjamin Bernanke, sus promotores.<br />
“En general, las acciones más efectivas en estas crisis han involucrado despedir cúpulas y tomar el control del proceso contable, o sea los estados financieros”. Así opinan los asesores del panel, encabezados por Elizabeth Warren (Harvard). El sucesor de Paulson, Geithner, ha modificado aspectos del TARP para aumentar inyecciones de fondos y descargar activos ilíquidos por más de un billón de dólares. El gobierno también trabaja para descongelar el mercado de créditos mediante un programa de la Reserva Federal, que facilitará préstamos a quienes inviertan en bonos privados. <br />
Warren admite que “Geithner exhibe mejor gestión, pero debiera ser más transparente en cuanto al uso de dinero de los contribuyentes. Es preciso ir mucho más lejos en lo tocante a malos banqueros”. Como vienen opinando economistas sistémicos, como Paul Krugman, “Geithner sigue muy pegado a Paulson y Bernanke, quizá por haber sido presidente de la RF Nueva York”. </p>
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Hora de la verdad para 19 grandes bancos de EE.UU
Washington planea revelar los resultados de pruebas ácidas sobre las mayores entidades financieras privadas. Esto puede ocurrir durante la semana, si hallan la forma de que ejecutivos, accionistas e inversores no se pongan histéricos.