Hace setenta años, Hitler y Stalin invadían Polonia

Tras firmarse el secreto “pacto de hierro” (23 de agosto de 1939) entre Joachim von Ribbentrop y Vyácheslav Molotov, Alemania y la Unión Soviética desataron la Segunda guerra mundial. A diferencia de la primera, Gran Bretaña y Francia no la vieron venir.

31 agosto, 2009

<p>El primero de septiembre, los alemanes dieron la se&ntilde;al. Con el pretexto de recobrar Danzig (Gda&ntilde;sk), en veintis&eacute;is d&iacute;as tomaban Varsovia. El d&iacute;a 17, los rusos invad&iacute;an Polonia desde el este. Buena parte de Occidente necesit&oacute; ambas se&ntilde;ales extremas para asumir la terrible realidad: Europa afrontaba algo peor que la gran guerra de 1914/8.<br />
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Como en el siglo XVIII pero a mayor velocidad y sin el difunto imperio austr&iacute;aco, Mosc&uacute; y Berl&iacute;n se repartieron una Polonia que, con altibajos, los separaba desde el siglo XIII. La &ldquo;blitzkrieg&rdquo; (guerra rel&aacute;mpago) alemana anticip&oacute; la de 1940 sobre Francia, B&eacute;lgica, Holanda, Dinamarca y Luxemburgo. Polonia fue destrozada por ataques a&eacute;reos y su flota fue deshecha en Gdynia.<br />
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Hay un detalle poco citado: la relativa paridad de ej&eacute;rcitos entre Alemania (1.500.000 efectivos) y Polonia (un mill&oacute;n), aunque no con la URSS (apenas 650.000 hombres). Pero la nueva doctrina b&eacute;lica germana se apoyaba en tanques (2.700), artiller&iacute;a (9.000 piezas) y aviones (2.000). Los polacos dispon&iacute;an s&oacute;lo de 500, 2.600 y 400 en igual orden. No hubieran podido resistir, m&aacute;xime cuando los sovi&eacute;ticos pusieron en juego 4.700 tanques, 4.000 piezas de artiller&iacute;a y 3.000 aviones. Tecnol&oacute;gicamente, el liderazgo alem&aacute;n era imbatible.<br />
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Este martes se recuerdan los hechos de 1939 en Gda&ntilde;sk/Danzig. Participar&aacute;n de los actos los jefes de estado o gobierno de Polonia, Alemania, Rusia, los pa&iacute;ses escandinavos y otros. El caso brit&aacute;nico es emblem&aacute;tico: en 1937 el entonces primer ministro Neville Chamberlain &ndash;como el ef&iacute;mero Eduardo VIII, german&oacute;filo- le entreg&oacute; Austria y Checoslovaquia a Adolf Hitler.<br />
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Dos a&ntilde;os m&aacute;s tarde, Londres y Paris les declaraban la guerra a Berl&iacute;n y Mosc&uacute;. Otros dos a&ntilde;os despu&eacute;s, el 22 de junio de 1941, el f&uuml;hrer invadi&oacute; la URSS sin aviso previo. En escaso tiempo, &eacute;sta se convirti&oacute; en aliada de Occidente y, para 1942, Stalingrado es una tumba para las aspiraciones continentales de Hitler.</p>
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