Habría que importar electricidad en noviembre por adelanto del verano

El consumo de aire acondicionado en las grandes ciudades forzará a importar energía de Brasil y comprar generadores. Este anticipo del clima aplazó el alquiler de tres barcos para conectar a la red de la costa atlántica en los meses de veraneo.

2 octubre, 2007

Anticipos meteorológicos que se manejan tanto en la Secretaría
de Energía cuanto en las principales industrias del país dan cuenta
que noviembre se presenta como un anticipo del verano, con altas temperaturas
que demandarán un pico de electricidad para abastecer el consumo de los
equipos de aire acondicionado y refrigeradores en los centros urbanos más
poblados.

La perspectiva de este adelanto de estación, en medio de la actividad
normal sobre todo dentro del área metropolitana, movió a los funcionarios
a activar los mecanismos de importación, sobre todo de Brasil, para satisfacer
esos mayores requerimientos de energía previos al período de las
vacaciones.

En este sentido, el grueso de la demanda de energía se desplaza en enero
hacia la costa atlántica, lo cual alivia la situación en las grandes
ciudades, en receso hasta que finalizan las ferias administrativas, judiciales
y educativas.

Las previsiones oficiales eran reforzar durante enero la oferta de electricidad
en los centros de veraneo de la costa, para lo cual se pensó en alquilar
tres barcos con generadores para abastecer a las redes de distribución
desde Necochea y Mar del Plata hacia la bahía de Samborombón.

La incertidumbre que causa la probabilidad de que se anticipe el verano hizo
postergar hasta fin de octubre la licitación para la provisión
de energía ambulante destinada a cubrir el pico de la temporada, en el
primer mes del año.

La visita de la candidata presidencial a Brasil dio pábulo a versiones
de que, al menos de palabra, intentará acordar con Lula la compra de
1.000 mw de electricidad provenientes de la usina de Paraná, lo cual
significará una erogación de divisas que triplica el costo de
generación de una usina nacional.

El gobierno ha empezado a conversar con las empresas la posibilidad de que
se vuelva a racionar la energía a los usuarios que poseen generadores
o están en condiciones de comprarlos, en cuanto empiece a apretar el
calor.

Incluso muchas que tenían turbinas a gas optaron por cambiar de tecnología
luego de que el gobierno anunciara el plan Energía Total, que promueve
el consumo de combustibles líquidos en lugar de gas. Y la preocupación
llegó también a los particulares, que comenzaron a equiparse ante
la posibilidad de que en un futuro no muy lejano se produzcan cortes domiciliarios.

Los equipos utilizados por la industria (entre 500 y 1500 Kva) pueden oscilar
entre los US$ 50.000 y los US$ 150.000. A ello hay que agregarle costos de instalación,
mantenimiento y combustible.

En los primeros seis meses del año se importaron 32.711 autogeneradores
por más de US$ 44 millones, según el Indec. Es casi el doble de
lo que la Argentina había importado en todo 2004. El problema radica
en que “cada kilovatio autogenerado cuesta no menos de seis veces lo que
sale la energía de red”.

Para 2008, se estima que las ventas a otros mercados de combustibles líquidos
y gaseosos y de energía eléctrica alcanzarán los US$ 5.200
millones, casi 31% menos que lo exportado por el país durante 2006.

Esto generaría que el saldo de la balanza comercial del sector energético
sea de apenas US$ 2.200 millones, es decir, 62% menos que los US$ 5.785 millones
alcanzados dos años antes.

Este invierno, las bajas temperaturas habían estimulado la demanda residencial
de gas (y también electricidad) para calefacción. Como resultado,
la disponibilidad de gas para la generación termoeléctrica se
vio disminuida y, consecuentemente, las centrales necesitaron sustituir dicho
combustibles por combustibles líquidos como el fueloil y gasoil. Así,
según explicaron desde la entidad, la cantidad consumida de fuel oil
se incrementó 47% anual en julio, lo que explicó el fuerte incremento
de las importaciones de combustibles líquidos.

El economista Francisco Mezzadri aseguró que desde 1993 se observa una
caída en la productividad del gas por pozo y con respecto al petróleo,
precisó que las reservas vienen en caída desde 1998.

Según el analista para el próximo año se estima que la
extracción de crudo será de un 0,4% menos que 2007. De esta manera,
la cantidad exportada de petróleo sería el año que viene
un 29% menor a la de este y alrededor de 50% más baja que la registrada
en 2006.

En este contexto, según un informe del Instituto Tecnológico
de Buenos Aires (ITBA), el país necesita una inversión de entre
US$ 3.000 y 4.500 M al año para volver a autoabastecerse de energía
y ser más competitivo.

Para lograr que se inviertan esos capitales se requiere que exista un consenso
técnico respecto de lo que hay que hacer, y que se prevea la formación
de los recursos humanos calificados para el sector. Las conclusiones surgen
de un informe sobre ´Abastecimiento sustentable de energía´, presentado
en el precoloquio del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina
(IDEA).

De acuerdo con la publicación de un diario mexicano denominado Milenio,
sobre la base de informaciones aparecidas en el diario brasileño O Estado
de Sao Paulo, los envíos energéticos del Brasil se elevarán
de 700 a 1.000 MW (1 MW = 1000 kilovatios, equivalentes a una turbina y a la
cuarta parte de otra en Itaipú).

En varios medios periodísticos de la región se menciona que Brasil
venderá su electricidad a un precio superior al que se paga en su mercado,
porque la solicitud Argentina lo está obligando a echar manos a fuentes
generadoras de energía que son más ineficientes (centrales térmicas
a carbón, gas natural y petróleo diesel). Argentina anunció
que no tiene dificultades en asumirlo.

El mismo diario mexicano señala que, de acuerdo a datos de la Cámara
de Comercialización de Energía Eléctrica, el MWh medido
en las zonas sudeste/centro-oeste de Brasil tiene un precio de 69 dólares,
un 66.38% más que la semana anterior.

Eletrobrás paga a Itaipú apenas 24,79 US$/MWh, según cálculos
realizados por Carlos Manuel Cardozo Florentín, ex jefe técnico
de Itaipú.

El presidente de la ANDE, Martín González, asegura que la empresa
eléctrica brasileña paga a la Itaipú 36 US$/MWh, en tanto
que publicaciones del diario O Estado de São Paulo del Brasil indican
que llega a 31,95 US$/MWh.

Medidas

Varias son las medidas que estudia el gobierno para trasladar a la población
este mayor costo por importaciones de energía. Aunque en ningún
caso se adelantarían al final de los comicios, las tarifas vuelven a
ponerse sobre el tapete.

En el área metropolitana, el precio de un kilovatio/hora es el mismo
para cualquier categoría de consumidor residencial, en cualquier horario.

La consecuencia de este desfase es que la diferencia con el costo de la energía
se cubre con subsidios. Y el problema adicional es que estimulan una mayor demanda.

Al respecto, se supo que la venta de equipos de aire acondicionado bate todos
los récords, lo cual ha inspirado a las autoridades a gravarlos con un
impuesto adicional.

En la columna dominical que escribe para La Nación Néstor Scibona,
se hace referencia a un trabajo elaborado por Diego Bondorevsky (publicado en
el último boletín informativo Techint) que revela que sería
posible sin costo fiscal eximir de cualquier ajuste tarifario al 5% de la población
más pobre y a la vez aumentar las tarifas entre 20 y 50%. Según
el especialista, el costo de esa tarifa social (que oscilaría entre 123
y 256 millones de pesos anuales) podría surgir de dos fondos específicos
(de Compensación Tarifaria y de Desarrollo Eléctrico del Interior),
que este año recaudarán unos 316 millones.

“Aun así, esta alternativa no despeja la principal incógnita
sobre otra prioridad: cómo se financiará en los próximos
años la inversión en infraestructura energética, que se
ubica entre 3000 y 4000 millones de dólares anuales, para atender un
aumento de la demanda de 5% anual y sostener el crecimiento económico.
El proyecto de presupuesto 2008 no aporta ninguna pista en este sentido, más
allá de varias obras en marcha (ampliación de Yacyretá,
Atucha II o las centrales de Río Turbio, Los Caracoles, etc.)”,
dice Scibona.

Superávit comercial

Los especialistas prevén que habrá un deterioro del superávit
comercial e incluso que este puede ser mucho mayor al previsto fundamentalmente
por la crisis energética y el déficit con Brasil.

Especialistas prevén que el saldo comercial, por primera vez en cinco
años, dejará de tener cinco dígitos. Podría tocar
los US$ 8.000 millones, por debajo de los US$ 12.300 millones de 2006.

Con un saldo acumulado de US$ 6.033 millones durante el período enero-agosto
-26% más bajo que el del mismo lapso de 2006- los analistas ya dan por
descontado que el saldo perforará el piso de los US$ 10.000 millones.

De cumplirse los pronósticos, habría una potencial caída
superior a 30% respecto de la balanza comercial de 2006, cuando el balance cerró
en US$ 12.308 millones, según datos del Centro de Estudios Internacionales
(CEI), dependiente de la Cancillería. Esto significaría además,
una caída de alrededor del 50% frente a los US$ 16.718 millones alcanzados
en 2002, el máximo valor alcanzado por la Argentina, producto del desplome
de las importaciones por efecto del tipo de cambio.

La principal causa está en la paupérrima perfomance del sector
energético. Otro de los factores que inciden en la caída del saldo
es la influencia que el principal socio comercial tiene en las estadísticas
nacionales.

Es más se sabe que cuando finalice 2007 no sólo se habrán
acumulado 55 meses de déficit consecutivos con Brasil, sino que también
este podría convertirse en el peor año en lo que respecta al saldo
comercial en la historia de la relación entre ambos países.

Anticipos meteorológicos que se manejan tanto en la Secretaría
de Energía cuanto en las principales industrias del país dan cuenta
que noviembre se presenta como un anticipo del verano, con altas temperaturas
que demandarán un pico de electricidad para abastecer el consumo de los
equipos de aire acondicionado y refrigeradores en los centros urbanos más
poblados.

La perspectiva de este adelanto de estación, en medio de la actividad
normal sobre todo dentro del área metropolitana, movió a los funcionarios
a activar los mecanismos de importación, sobre todo de Brasil, para satisfacer
esos mayores requerimientos de energía previos al período de las
vacaciones.

En este sentido, el grueso de la demanda de energía se desplaza en enero
hacia la costa atlántica, lo cual alivia la situación en las grandes
ciudades, en receso hasta que finalizan las ferias administrativas, judiciales
y educativas.

Las previsiones oficiales eran reforzar durante enero la oferta de electricidad
en los centros de veraneo de la costa, para lo cual se pensó en alquilar
tres barcos con generadores para abastecer a las redes de distribución
desde Necochea y Mar del Plata hacia la bahía de Samborombón.

La incertidumbre que causa la probabilidad de que se anticipe el verano hizo
postergar hasta fin de octubre la licitación para la provisión
de energía ambulante destinada a cubrir el pico de la temporada, en el
primer mes del año.

La visita de la candidata presidencial a Brasil dio pábulo a versiones
de que, al menos de palabra, intentará acordar con Lula la compra de
1.000 mw de electricidad provenientes de la usina de Paraná, lo cual
significará una erogación de divisas que triplica el costo de
generación de una usina nacional.

El gobierno ha empezado a conversar con las empresas la posibilidad de que
se vuelva a racionar la energía a los usuarios que poseen generadores
o están en condiciones de comprarlos, en cuanto empiece a apretar el
calor.

Incluso muchas que tenían turbinas a gas optaron por cambiar de tecnología
luego de que el gobierno anunciara el plan Energía Total, que promueve
el consumo de combustibles líquidos en lugar de gas. Y la preocupación
llegó también a los particulares, que comenzaron a equiparse ante
la posibilidad de que en un futuro no muy lejano se produzcan cortes domiciliarios.

Los equipos utilizados por la industria (entre 500 y 1500 Kva) pueden oscilar
entre los US$ 50.000 y los US$ 150.000. A ello hay que agregarle costos de instalación,
mantenimiento y combustible.

En los primeros seis meses del año se importaron 32.711 autogeneradores
por más de US$ 44 millones, según el Indec. Es casi el doble de
lo que la Argentina había importado en todo 2004. El problema radica
en que “cada kilovatio autogenerado cuesta no menos de seis veces lo que
sale la energía de red”.

Para 2008, se estima que las ventas a otros mercados de combustibles líquidos
y gaseosos y de energía eléctrica alcanzarán los US$ 5.200
millones, casi 31% menos que lo exportado por el país durante 2006.

Esto generaría que el saldo de la balanza comercial del sector energético
sea de apenas US$ 2.200 millones, es decir, 62% menos que los US$ 5.785 millones
alcanzados dos años antes.

Este invierno, las bajas temperaturas habían estimulado la demanda residencial
de gas (y también electricidad) para calefacción. Como resultado,
la disponibilidad de gas para la generación termoeléctrica se
vio disminuida y, consecuentemente, las centrales necesitaron sustituir dicho
combustibles por combustibles líquidos como el fueloil y gasoil. Así,
según explicaron desde la entidad, la cantidad consumida de fuel oil
se incrementó 47% anual en julio, lo que explicó el fuerte incremento
de las importaciones de combustibles líquidos.

El economista Francisco Mezzadri aseguró que desde 1993 se observa una
caída en la productividad del gas por pozo y con respecto al petróleo,
precisó que las reservas vienen en caída desde 1998.

Según el analista para el próximo año se estima que la
extracción de crudo será de un 0,4% menos que 2007. De esta manera,
la cantidad exportada de petróleo sería el año que viene
un 29% menor a la de este y alrededor de 50% más baja que la registrada
en 2006.

En este contexto, según un informe del Instituto Tecnológico
de Buenos Aires (ITBA), el país necesita una inversión de entre
US$ 3.000 y 4.500 M al año para volver a autoabastecerse de energía
y ser más competitivo.

Para lograr que se inviertan esos capitales se requiere que exista un consenso
técnico respecto de lo que hay que hacer, y que se prevea la formación
de los recursos humanos calificados para el sector. Las conclusiones surgen
de un informe sobre ´Abastecimiento sustentable de energía´, presentado
en el precoloquio del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina
(IDEA).

De acuerdo con la publicación de un diario mexicano denominado Milenio,
sobre la base de informaciones aparecidas en el diario brasileño O Estado
de Sao Paulo, los envíos energéticos del Brasil se elevarán
de 700 a 1.000 MW (1 MW = 1000 kilovatios, equivalentes a una turbina y a la
cuarta parte de otra en Itaipú).

En varios medios periodísticos de la región se menciona que Brasil
venderá su electricidad a un precio superior al que se paga en su mercado,
porque la solicitud Argentina lo está obligando a echar manos a fuentes
generadoras de energía que son más ineficientes (centrales térmicas
a carbón, gas natural y petróleo diesel). Argentina anunció
que no tiene dificultades en asumirlo.

El mismo diario mexicano señala que, de acuerdo a datos de la Cámara
de Comercialización de Energía Eléctrica, el MWh medido
en las zonas sudeste/centro-oeste de Brasil tiene un precio de 69 dólares,
un 66.38% más que la semana anterior.

Eletrobrás paga a Itaipú apenas 24,79 US$/MWh, según cálculos
realizados por Carlos Manuel Cardozo Florentín, ex jefe técnico
de Itaipú.

El presidente de la ANDE, Martín González, asegura que la empresa
eléctrica brasileña paga a la Itaipú 36 US$/MWh, en tanto
que publicaciones del diario O Estado de São Paulo del Brasil indican
que llega a 31,95 US$/MWh.

Medidas

Varias son las medidas que estudia el gobierno para trasladar a la población
este mayor costo por importaciones de energía. Aunque en ningún
caso se adelantarían al final de los comicios, las tarifas vuelven a
ponerse sobre el tapete.

En el área metropolitana, el precio de un kilovatio/hora es el mismo
para cualquier categoría de consumidor residencial, en cualquier horario.

La consecuencia de este desfase es que la diferencia con el costo de la energía
se cubre con subsidios. Y el problema adicional es que estimulan una mayor demanda.

Al respecto, se supo que la venta de equipos de aire acondicionado bate todos
los récords, lo cual ha inspirado a las autoridades a gravarlos con un
impuesto adicional.

En la columna dominical que escribe para La Nación Néstor Scibona,
se hace referencia a un trabajo elaborado por Diego Bondorevsky (publicado en
el último boletín informativo Techint) que revela que sería
posible sin costo fiscal eximir de cualquier ajuste tarifario al 5% de la población
más pobre y a la vez aumentar las tarifas entre 20 y 50%. Según
el especialista, el costo de esa tarifa social (que oscilaría entre 123
y 256 millones de pesos anuales) podría surgir de dos fondos específicos
(de Compensación Tarifaria y de Desarrollo Eléctrico del Interior),
que este año recaudarán unos 316 millones.

“Aun así, esta alternativa no despeja la principal incógnita
sobre otra prioridad: cómo se financiará en los próximos
años la inversión en infraestructura energética, que se
ubica entre 3000 y 4000 millones de dólares anuales, para atender un
aumento de la demanda de 5% anual y sostener el crecimiento económico.
El proyecto de presupuesto 2008 no aporta ninguna pista en este sentido, más
allá de varias obras en marcha (ampliación de Yacyretá,
Atucha II o las centrales de Río Turbio, Los Caracoles, etc.)”,
dice Scibona.

Superávit comercial

Los especialistas prevén que habrá un deterioro del superávit
comercial e incluso que este puede ser mucho mayor al previsto fundamentalmente
por la crisis energética y el déficit con Brasil.

Especialistas prevén que el saldo comercial, por primera vez en cinco
años, dejará de tener cinco dígitos. Podría tocar
los US$ 8.000 millones, por debajo de los US$ 12.300 millones de 2006.

Con un saldo acumulado de US$ 6.033 millones durante el período enero-agosto
-26% más bajo que el del mismo lapso de 2006- los analistas ya dan por
descontado que el saldo perforará el piso de los US$ 10.000 millones.

De cumplirse los pronósticos, habría una potencial caída
superior a 30% respecto de la balanza comercial de 2006, cuando el balance cerró
en US$ 12.308 millones, según datos del Centro de Estudios Internacionales
(CEI), dependiente de la Cancillería. Esto significaría además,
una caída de alrededor del 50% frente a los US$ 16.718 millones alcanzados
en 2002, el máximo valor alcanzado por la Argentina, producto del desplome
de las importaciones por efecto del tipo de cambio.

La principal causa está en la paupérrima perfomance del sector
energético. Otro de los factores que inciden en la caída del saldo
es la influencia que el principal socio comercial tiene en las estadísticas
nacionales.

Es más se sabe que cuando finalice 2007 no sólo se habrán
acumulado 55 meses de déficit consecutivos con Brasil, sino que también
este podría convertirse en el peor año en lo que respecta al saldo
comercial en la historia de la relación entre ambos países.

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