Greenspan: la crisis hipotecaria alcanzará otros sectores

El ex presidente de la Reserva Federal coincide con el duro informe de Merrill Lynch, no con el “optimismo a medida del mercado” de Benjamin Bernanke, su sucesor. Mientras, sesenta gurúes desmientes parcialmente a ML, sin nombrarla.

16 marzo, 2007

Al igual que los pronósticos de la firma de valores, el del banquero retirado sostiene que, si siguen cediendo los precios inmobiliarios, la economía real empezará a sufrir consecuencias negativas. Esta actitud es exactamente opuesta a la exhibida por Greenspan hasta no hace mucho, que hoy recoge Bernanke.

“Si los valores continúan en descenso y se acumulan incobrables en el segmento subordinado (‘subprime`), la situación desbordará a otras áreas”, señaló ante la Futures industry association. Vale decir, los “caballeros de industria” que especulan con futuros, opciones y derivativos. “El fenómeno aún no se nota, pero cabe esperarlo”. Ésa es una diferencia con Merrill Lynch, que lo da por iniciado.

Los prestatarios de mala calificación crediticia, que han tomado dinero a tasas usurarias, “entran en cese de pagos, pues sus prestamistas les permitieron endeudarse mucho más de lo razonable”, indica quien –mientras conducía la RF- jamás abrió la boca sobre el tema. Igual que ML hasta esta semana. Sin embargo, en febrero, Greenspan aún no imaginaba que ese descalabro pudiese contagiar al resto de la economía.

“No es cuestión menor, como suponen en Wall Street. Si tuviéramos una varita mágica –explicó- y eleváramos 10% los precios inmobiliarios, el problema se esfumaría. Pero no”. Por el contrario, ML estima que los precios caerán otro 10% durante 2007. En lo tocante al horizonte recesivo, Greenspan lo ha planteado tres meses en un mes y le concede un tercio de probabilidades, contra el 100% de la firma bursátil.

Alarmados por las presunciones de Merrill Lynch, entretanto, algunos de sus rivales (con Goldman Sachs a la cabeza, o sea Henry Paulson) presionaron al “Wall Street journal” y éste salió a decir que “los problemas inmobiliarios no causarán recesión”. Al parecer, la mayoría de los analistas financieros –no son economistas, como imagina el columnista Phillip Izzo- supone que “el contagio se limitará al sector de bienes raíces. EE.UU. no entrará en recesión”.

Tratando de poner paños fríos, Moodys’s opina que “los mercados han reaccionado de manera exagerada”, aludiendo a los vaivenes iniciados el 27 de febrero. “Los problemas de repago no son tan graves como quieren hacernos creer. Si fuera así, veríamos una baja en la confianza del público”, acota John Lonski, de esa calificadora. Pero olvida que ese descenso ya se produjo, como lo señalaban hace algunos días la Conference board y la universidad de Michigan.

El WSJ es un poco ambiguo. De sesenta gurúes consultados el jueves, treinta y dos ven muy o bastante probable que la crisis de préstamos subordinados se extienda al resto del mercado de bienes raíces. Veintiséis no lo estiman probable. Apenas veintidós creen que esos problemas afectarán al resto de la economía. Casi al unísono, lo cual sugiere una bajada de línea, afirman que “lo peor del bajón inmobiliario ya ha pasado”.

Durante esos sondeos, al parecer nadie mencionó a Merrill Lynch, pero varios apelaron a su actual opositora, Goldman Sachs. La misma que, durante la burbuja puntocom de 1996/200 –fomentada por Abigail Cohen, por entonces su gurú estelar-, proclamó el fin de la economía fisica y el nacimiento de la virtual (sólo un sueño de Nicholas Negroponte).

Mientras ML teme tasas anuales de 1,5/1,75% para el producto bruto interno a fines de 2007, los gurúes prevén 2,3% este trimestre y un increíble 3% en el último. Tampoco creen que subirá el desempleo pero ¡oh! ven 25% de probabilidades de recesión en los próximos doce meses. Amén de contradecir aquel 3% del PBI en octubre-diciembre, no está lejos del 33% previsto por Greenspan. No obstante,, el WSJ cree llegada “la hora de volver a comprar viviendas.

Al igual que los pronósticos de la firma de valores, el del banquero retirado sostiene que, si siguen cediendo los precios inmobiliarios, la economía real empezará a sufrir consecuencias negativas. Esta actitud es exactamente opuesta a la exhibida por Greenspan hasta no hace mucho, que hoy recoge Bernanke.

“Si los valores continúan en descenso y se acumulan incobrables en el segmento subordinado (‘subprime`), la situación desbordará a otras áreas”, señaló ante la Futures industry association. Vale decir, los “caballeros de industria” que especulan con futuros, opciones y derivativos. “El fenómeno aún no se nota, pero cabe esperarlo”. Ésa es una diferencia con Merrill Lynch, que lo da por iniciado.

Los prestatarios de mala calificación crediticia, que han tomado dinero a tasas usurarias, “entran en cese de pagos, pues sus prestamistas les permitieron endeudarse mucho más de lo razonable”, indica quien –mientras conducía la RF- jamás abrió la boca sobre el tema. Igual que ML hasta esta semana. Sin embargo, en febrero, Greenspan aún no imaginaba que ese descalabro pudiese contagiar al resto de la economía.

“No es cuestión menor, como suponen en Wall Street. Si tuviéramos una varita mágica –explicó- y eleváramos 10% los precios inmobiliarios, el problema se esfumaría. Pero no”. Por el contrario, ML estima que los precios caerán otro 10% durante 2007. En lo tocante al horizonte recesivo, Greenspan lo ha planteado tres meses en un mes y le concede un tercio de probabilidades, contra el 100% de la firma bursátil.

Alarmados por las presunciones de Merrill Lynch, entretanto, algunos de sus rivales (con Goldman Sachs a la cabeza, o sea Henry Paulson) presionaron al “Wall Street journal” y éste salió a decir que “los problemas inmobiliarios no causarán recesión”. Al parecer, la mayoría de los analistas financieros –no son economistas, como imagina el columnista Phillip Izzo- supone que “el contagio se limitará al sector de bienes raíces. EE.UU. no entrará en recesión”.

Tratando de poner paños fríos, Moodys’s opina que “los mercados han reaccionado de manera exagerada”, aludiendo a los vaivenes iniciados el 27 de febrero. “Los problemas de repago no son tan graves como quieren hacernos creer. Si fuera así, veríamos una baja en la confianza del público”, acota John Lonski, de esa calificadora. Pero olvida que ese descenso ya se produjo, como lo señalaban hace algunos días la Conference board y la universidad de Michigan.

El WSJ es un poco ambiguo. De sesenta gurúes consultados el jueves, treinta y dos ven muy o bastante probable que la crisis de préstamos subordinados se extienda al resto del mercado de bienes raíces. Veintiséis no lo estiman probable. Apenas veintidós creen que esos problemas afectarán al resto de la economía. Casi al unísono, lo cual sugiere una bajada de línea, afirman que “lo peor del bajón inmobiliario ya ha pasado”.

Durante esos sondeos, al parecer nadie mencionó a Merrill Lynch, pero varios apelaron a su actual opositora, Goldman Sachs. La misma que, durante la burbuja puntocom de 1996/200 –fomentada por Abigail Cohen, por entonces su gurú estelar-, proclamó el fin de la economía fisica y el nacimiento de la virtual (sólo un sueño de Nicholas Negroponte).

Mientras ML teme tasas anuales de 1,5/1,75% para el producto bruto interno a fines de 2007, los gurúes prevén 2,3% este trimestre y un increíble 3% en el último. Tampoco creen que subirá el desempleo pero ¡oh! ven 25% de probabilidades de recesión en los próximos doce meses. Amén de contradecir aquel 3% del PBI en octubre-diciembre, no está lejos del 33% previsto por Greenspan. No obstante,, el WSJ cree llegada “la hora de volver a comprar viviendas.

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