Gran parte de los acreedores son argentinos
El secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, puntualizó que 38 por ciento de los bonos en cesación de pagos están en manos de inversionistas locales.
De ese porcentaje, el 20 está en poder de las AFJP locales y el resto pertenece a acreedores extranjeros.
El funcionario explicó que incluso una porción importante de la
“deuda domiciliada en el exterior puede ser de residentes
argentinos”.
Nielsen subrayó además que el 27 por ciento de la deuda que hoy
tiene la Argentina “fue emitida necesariamente para salir de la
crisis”. “A diferencia de la deuda defaulteada, esta fue colocada para mantener en funcionamiento al sistema bancario, y para canjearle a los ahorristas sus depósitos reprogramados. Es deuda que forma parte de la solución a la crisis argentina, y no del problema”.
En consecuencia, ratificó que los bonos BODEN -que se
entregaron a los ahorristas perjudicados por el “corralón
financiero”- no entrarán en el proceso de renegociación.
Finalmente, el secretario de Finanzas aseguró que la Argentina habría necesitado un superávit fiscal del 8,8 por ciento del PBI -y no del 3, como pactó con el FMI- “para cumplir con sus vencimientos contractuales en materia de intereses”.
De ese porcentaje, el 20 está en poder de las AFJP locales y el resto pertenece a acreedores extranjeros.
El funcionario explicó que incluso una porción importante de la
“deuda domiciliada en el exterior puede ser de residentes
argentinos”.
Nielsen subrayó además que el 27 por ciento de la deuda que hoy
tiene la Argentina “fue emitida necesariamente para salir de la
crisis”. “A diferencia de la deuda defaulteada, esta fue colocada para mantener en funcionamiento al sistema bancario, y para canjearle a los ahorristas sus depósitos reprogramados. Es deuda que forma parte de la solución a la crisis argentina, y no del problema”.
En consecuencia, ratificó que los bonos BODEN -que se
entregaron a los ahorristas perjudicados por el “corralón
financiero”- no entrarán en el proceso de renegociación.
Finalmente, el secretario de Finanzas aseguró que la Argentina habría necesitado un superávit fiscal del 8,8 por ciento del PBI -y no del 3, como pactó con el FMI- “para cumplir con sus vencimientos contractuales en materia de intereses”.
