<p>“Primero los balances, después los premios”, es el lema en Wall Street y Londres. Sin atender a la creciente irritación pública en Estados Unidos, Gran Bretaña y la Eurozona, GS y otras entidades buscan ganar tiempo. Por ejemplo, esta semana la banca de inversión –disfrazada de banco comercial- divulgará los números completos de 2009, aunque no el monto exacto de remuneraciones a operadores estelares.<br />
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Existe empero un dato que da idea de esos estipendios “secretos”: para los tres primeros trimestres, Goldman Sachs apartó US$ 16.700 millones en efectivo y opciones. Ello sugiere que el monto total del año rondará los 21.000 millones. <br />
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Mientras tanto, en Gran Bretaña corre un rumor, según el cual la Autoridad de Servicios Financieros (FSA en la sigla inglesa) contempla bloquear los planes bonificatorios de la banca privada. Blankfein lo negó redondamente. Pero la reguladora británica ya había aplicado en diciembre un gravamen de 50% sobre premios superiores a ₤ 25.000 (unos US$ 40.000) por cabeza.<br />
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Al mismo tiempo, el ministro de hacienda Alistair Darling imponía severas normas a las remuneraciones de todo el sector financiero privado. Por supuesto, los peores excesos en gratificar operadores estelares se dan en Estados Unidos y afectan a bancos beneficiarios de rescates según el programa pro alivio de activos tóxicos (US$ 700.000 millones). Irónicamente, esos activos habían sido armados por esos operadores. <br />
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A todo esto, un banco ajeno a la Eurozona, Crédit Suisse, reaccionó inmediatamente a la medida de la FSA y descontará 30% de los premios a ejecutivos londinenses. El objeto es mitigar los efectos de aquel 50% sobre bonificaciones. Ahora sólo falta que sus colegas suizos saquen pasaporte británico para aprovechar la bolada.<br />
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Entretanto, continúa la cruzada contra la abusiva munificencia de los banqueros anglosajones hacia sus operadores favoritos. Hace dos días, Gordon Brown reiteró una propuesta casi blasfema, ya lanzada en la última cumbre del grupo de los 20. Concebida a principios de los 90 por James Tobin (Nobel 1981), es una tasa sobre ganancias provenientes de la especulación financiera supranacional. La nueva versión incluye el plano nacional. <br />
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Goldman Sachs, Gordon Brown y las remuneraciones
Por una parte, el primer ministro británico insiste en una tasa Tobin sobre la especulación financiera. Por la otra, Lloyd Blankfein, director ejecutivo de GS, no quiere dar detalles de sus bonificaciones, sin duda generosas.