George W.Bush planea un ataque relámpago contra Irán

Según Vincent Cannistraro, ex director de antiterrorismo en la CIA, el presidente “quiere darle una lección ejemplar a Tehrán” y lo hará el próximo trimestre. Así declaró el experto al diario conservador “Corriere della sera” (Milán).

14 febrero, 2007

Cannistraro prevé ese “castigo” para la primavera o el principio del invierno boreal. El ataque partirá probablemente del portaviones “Eisenhower” vía superbombarderos B1B y B52. Lo mismo señaló por TV Hillary Mann, especialista en Irán y otrora miembro del consejo de seguridad de la Casa Blanca.

Bush “considera ilegítimo el régimen iraní y su vicepresidente, Richard Cheney, lo urge para ordenar un ataque relámpago a instalaciones nucleares. La estrategia consiste -explica Cannistraro- en provocar una reacción del ese gobierno y presentar al congreso un hecho consumado”.

A criterio de Mann, “la tentación de ambos es enorme. No quieren terminar los mandatos sin una dura lección a Tehrán”. Sólo que, con el inesperado acuerdo norcoreano, no hay potenciales “enemigos atómicos” fuera de Irán mismo. “Bush y Cheney están seguros de que un ataque como el que imaginan hará que los persas depongan a Majmud Ajmadinedyad. No tiene presenta que el poder real lo tienen los ayatollá o que un ataque norteamericano consolidará al presidente”.

Sea como fuere, ninguno de ambos ha arribado a una decisión final. Todo depende de cómo evolucionen las cosas en Irak, Irán, sus vecinos, la Otan, la ONU y la Unión Europea. Tampoco pueden dejar de lado las reacciones de Rusia y China, aunque estén seguros de que Saudiarabia y sus títeres del golfo los apoyarán (Riyadh ya entrega armas a las guerrillas sunníes en la Mesopotamia”.

Por su parte, los demócratas y varios medios norteamericanos temen que Bush y Cheney sigan adelante con esas ideas. No obstante, un ataque abierto sobre Irán exige la autorización parlamentaria, pues no será posible disfrazarlo como “escaramuzas fronteriza contra guerrillas infiltradas”. Sin embargo, el jefe del estado mayor, Peter Pace (fundamentalista evangélico que cree a Bush imbuido de una misión divina), no parece querer asumir la responsabilidad de otra guerra. Pero Mann y Cannistraro abrigan serios temores: “No creo –dice éste- que Bush aguante hasta 2008 sin pasar a las vías de hecho. No por nada ha entregado armas antiproyectiles a países de la península arábiga y enviado dragaminas al estrecho de Ormuz”,

Cannistraro prevé ese “castigo” para la primavera o el principio del invierno boreal. El ataque partirá probablemente del portaviones “Eisenhower” vía superbombarderos B1B y B52. Lo mismo señaló por TV Hillary Mann, especialista en Irán y otrora miembro del consejo de seguridad de la Casa Blanca.

Bush “considera ilegítimo el régimen iraní y su vicepresidente, Richard Cheney, lo urge para ordenar un ataque relámpago a instalaciones nucleares. La estrategia consiste -explica Cannistraro- en provocar una reacción del ese gobierno y presentar al congreso un hecho consumado”.

A criterio de Mann, “la tentación de ambos es enorme. No quieren terminar los mandatos sin una dura lección a Tehrán”. Sólo que, con el inesperado acuerdo norcoreano, no hay potenciales “enemigos atómicos” fuera de Irán mismo. “Bush y Cheney están seguros de que un ataque como el que imaginan hará que los persas depongan a Majmud Ajmadinedyad. No tiene presenta que el poder real lo tienen los ayatollá o que un ataque norteamericano consolidará al presidente”.

Sea como fuere, ninguno de ambos ha arribado a una decisión final. Todo depende de cómo evolucionen las cosas en Irak, Irán, sus vecinos, la Otan, la ONU y la Unión Europea. Tampoco pueden dejar de lado las reacciones de Rusia y China, aunque estén seguros de que Saudiarabia y sus títeres del golfo los apoyarán (Riyadh ya entrega armas a las guerrillas sunníes en la Mesopotamia”.

Por su parte, los demócratas y varios medios norteamericanos temen que Bush y Cheney sigan adelante con esas ideas. No obstante, un ataque abierto sobre Irán exige la autorización parlamentaria, pues no será posible disfrazarlo como “escaramuzas fronteriza contra guerrillas infiltradas”. Sin embargo, el jefe del estado mayor, Peter Pace (fundamentalista evangélico que cree a Bush imbuido de una misión divina), no parece querer asumir la responsabilidad de otra guerra. Pero Mann y Cannistraro abrigan serios temores: “No creo –dice éste- que Bush aguante hasta 2008 sin pasar a las vías de hecho. No por nada ha entregado armas antiproyectiles a países de la península arábiga y enviado dragaminas al estrecho de Ormuz”,

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