Gates y Buffett: un fondo de beneficencia por US$ 60.000 millones
El megafinancista Warren Buffett cedió gran parte de su fortuna a la Fundación William y Belinda Gates. Eso implica unir a los dos hombres más ricos del mundo en un esfuerzo común contra enfermedades y otras lacras en zonas paupérrimas.
La donación asciende a US$ 37.100 millones –84,3% de la fortuna de Buffett, estimada en 44.000 millones- y eleva a cerca de 60.000 millones las tenencias de la fundación. Esto supera de lejos a cualquier otra entidad similar en Estados Unidos y al producto bruto de varios países, inclusive el petrolero emirato de Kuweit.
Gates, la persona más rica del planeta, ha iniciado su retiro en etapas, pero sigue siendo presidente no ejecutivo de Microsoft, un gigante del software. Su amigo Buffett, de 75 años, ocupa el segundo puesto en la lista de multimillonarios. Su fortuna se basa en la especulación financiera, cuya clave Berkshire Hathaway, una firma de inversiones y seguros cuya dirección dejará en breve.
“No me entusiasman las fortunas dinásticas. Especialmente cuando hay miles de millones de gente cuyas vidas están tan lejos de nuestra prosperidad y nuestro tren de gastos”. Así señaló Buffett durante el acto donde él y los Gates firmaron los papeles, en la sede central de la biblioteca pública de Nueva York (reducto liberal, si lo hay).
Gates es mucho menor (tiene 50 años), pero su fortuna es superior a la del financista: US$ 50.000 millones. Recientemente anunció que acabará de retirarse como empresario en julio de 2008, para dedicarse a la beneficencia. Además, se dedicará a mejorar el acceso de las bibliotecas norteamericanas a la tecnología informática.
En el convenio, Buffett compromete diez millones de acciones clase B de Berkshire Hathaway. Además, entrega a la fundación 2.050.000 papeles similares en nombre de su esposa Susan, fallecida en 2004, y sus tres hijos Susan, Howard y Peter. Se trata de la iniciativa benéfica más grande cumplida de una sola vez en EE.UU. Buffett la decidió a pocos meses de saber que su empresa había encontrado sucesor.
La donación asciende a US$ 37.100 millones –84,3% de la fortuna de Buffett, estimada en 44.000 millones- y eleva a cerca de 60.000 millones las tenencias de la fundación. Esto supera de lejos a cualquier otra entidad similar en Estados Unidos y al producto bruto de varios países, inclusive el petrolero emirato de Kuweit.
Gates, la persona más rica del planeta, ha iniciado su retiro en etapas, pero sigue siendo presidente no ejecutivo de Microsoft, un gigante del software. Su amigo Buffett, de 75 años, ocupa el segundo puesto en la lista de multimillonarios. Su fortuna se basa en la especulación financiera, cuya clave Berkshire Hathaway, una firma de inversiones y seguros cuya dirección dejará en breve.
“No me entusiasman las fortunas dinásticas. Especialmente cuando hay miles de millones de gente cuyas vidas están tan lejos de nuestra prosperidad y nuestro tren de gastos”. Así señaló Buffett durante el acto donde él y los Gates firmaron los papeles, en la sede central de la biblioteca pública de Nueva York (reducto liberal, si lo hay).
Gates es mucho menor (tiene 50 años), pero su fortuna es superior a la del financista: US$ 50.000 millones. Recientemente anunció que acabará de retirarse como empresario en julio de 2008, para dedicarse a la beneficencia. Además, se dedicará a mejorar el acceso de las bibliotecas norteamericanas a la tecnología informática.
En el convenio, Buffett compromete diez millones de acciones clase B de Berkshire Hathaway. Además, entrega a la fundación 2.050.000 papeles similares en nombre de su esposa Susan, fallecida en 2004, y sus tres hijos Susan, Howard y Peter. Se trata de la iniciativa benéfica más grande cumplida de una sola vez en EE.UU. Buffett la decidió a pocos meses de saber que su empresa había encontrado sucesor.
