viernes, 25 de abril de 2025

¿Ganó Ibarra o perdió Cavallo?

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Un triunfo amasado con el capital político de la UCR, la buena campaña mediática del triunfador de la jornada y los errores de su adversario. El menemismo dispersó los votos justicialistas.

Muchas y complejas razones pueden esgrimirse para explicar los resultados de los comicios de ayer. La capital es un bastión histórico del radicalismo; Carlos Saúl Menem logró, finalmente, pulverizar el voto peronista, dispersado en muchas candidaturas. A tal punto que, aseguran testigos presenciales, Raúl Granillo Ocampo, al tomar conciencia de la catástrofe, no pudo contener las lágrimas. Ibarra ganó la batalla en los medios de información y Cavallo hizo todo lo posible por perderla.

Los encuestadores lograron esta vez revalidar sus pronósticos. Los resultados acompañaron a la mayoría de los vaticinios. Sin embargo la ineficacia del sistema de recuento, no sólo logró desencajar hasta el paroxismo al ex ministro de Economía, sino que alimentó versiones, intencionadas o no, sobre fraude, y alentaba la voluntad de Cavallo de ir a segunda vuelta aunque la diferencia fuera de un voto.

Dejemos las anécdotas y los relatos puntuales para los diarios y las emisoras audiovisuales. Intentemos un primer análisis:
· Gran triunfo de Aníbal Ibarra, del Frepaso y de la Alianza, en ese orden.

· De la Rúa logra una tregua a las presiones que recibió en las últimas semanas en las calles del país y en los coloquios íntimos o públicos con empresarios, banqueros, productores agropecuarios y representantes de instituciones que, como la Iglesia, reclaman consideración para los grupos marginados por la globalización.

· Ese mismo día, la columna política de Clarín, medio que difícilmente pueda ser tachado de opositor, reclamaba del gobierno mayor ímpetu, señalaba el peligro de la imagen de inmovilidad oficial -riesgo de comparación con las “palomitas” de Illia- y hasta colocaba sobre el tapete la dramática situación de la industria pesquera, la existencia en un cajón del escritorio presidencial del decreto destinado a regular la actividad para evitar la desaparición de la merluza y prevenía sobre una posible concentración de la flota de los pescadores para bloquear el puerto metropolitano.

· La misma columna titulaba hoy: “Una victoria para volver a empezar”. Reconoce que el gobierno ganó oxígeno, desliza alguna duda acerca de si la Alianza podrá aprovecharla para enderezar el rumbo y deja entrever que el crecimiento del Frepaso puede generar una polémica interna sobre la disyuntiva de aceptar a ojos cerrado las imposiciones del FMI o encarar medidas de acción social

.

No se puede sino compartir esas apreciaciones del analista Eduardo Van Der Kooy

Los triunfadores no deben minimizar la diferencia en la votación para fórmula Ibarra-Felgueras y para la legislatura. Interpretación: voto por la continuidad de un gobierno que tiene apenas cinco meses de ejercicio para evitar el peligro de un eventual colapso político en un relativo corto plazo; crítica tácita a lo realizado por la Alianza en el gobierno de la ciudad.

La gente apunta en el Debe de la contabilidad el Código de Convivencia, el llamado “garantismo” judicial, las inundaciones recientes, el desorden en el tránsito, el lamentable estado de la mayoría de las calles, la contaminación y otros problemas que, por supuesto, no le es fácil a nadie remediar en lo inmediato.

Todo el mundo tiene un techo en su aptitud personal. Si lo sobrepasa, ingresa en el nivel de incompetencia, tan costoso para las empresas que promueven a hombres cuya capacidad tiene el límite de su última función exitosa.

Domingo Felipe Cavallo demostró ser un buen piloto de tormentas cuando Menem, arrinconado por el fracaso de sus economistas, lo convocó para salvar su gobierno. Puede compartirse o no la política que aplicó. Pero no hay dudas de que terminó con la histórica inflación argentina, ordenó las finanzas, mejoró los índices económicos y convirtió al país en fuente de ingreso de inversiones. ¿Comprendió la necesidad de, en una etapa posterior, preocuparse por una justa distribución del ingreso? Aquí surgen las dudas. Tal vez la mayoría de los argentinos piensen que no. Pero no tuvo ocasión de intentarlo, si alguna vez pasó por su mente.

De lo que no parece haber dudas es de que Cavallo tiene su techo en la economía. La política, como arte de negociar el uso del poder, se le escapa de las manos. Exhibió una imagen de hombre apasionado hasta el descontrol, tozudo, inseguro ante las cámaras y los micrófonos, cuando debió recordar al Alvaro Alsogaray de “pasar el invierno”, con sus gráficos, cuadros y exposiciones catedráticas ante las pantallas de televisión.

Egresado de Harvard, creador de la Fundación Mediterránea, conferencista reclamado en diversos países, no debe descender a la diatriba y a la ira.

No pudo o no quiso mostrarse como cabeza de un equipo compartido con Gustavo Béliz e integrado por políticos y técnicos de alto nivel. Ni atinó a estructurar una campaña orquestada por profesionales de la comunicación y no basada en su imagen personal. ¿Cuántos votos le costó esa imagen?.

Una pregunta final: ¿A partir de esta jornada política, le quedan chances para cumplir su aspiración presidencial?

Sergio Ceron

Muchas y complejas razones pueden esgrimirse para explicar los resultados de los comicios de ayer. La capital es un bastión histórico del radicalismo; Carlos Saúl Menem logró, finalmente, pulverizar el voto peronista, dispersado en muchas candidaturas. A tal punto que, aseguran testigos presenciales, Raúl Granillo Ocampo, al tomar conciencia de la catástrofe, no pudo contener las lágrimas. Ibarra ganó la batalla en los medios de información y Cavallo hizo todo lo posible por perderla.

Los encuestadores lograron esta vez revalidar sus pronósticos. Los resultados acompañaron a la mayoría de los vaticinios. Sin embargo la ineficacia del sistema de recuento, no sólo logró desencajar hasta el paroxismo al ex ministro de Economía, sino que alimentó versiones, intencionadas o no, sobre fraude, y alentaba la voluntad de Cavallo de ir a segunda vuelta aunque la diferencia fuera de un voto.

Dejemos las anécdotas y los relatos puntuales para los diarios y las emisoras audiovisuales. Intentemos un primer análisis:
· Gran triunfo de Aníbal Ibarra, del Frepaso y de la Alianza, en ese orden.

· De la Rúa logra una tregua a las presiones que recibió en las últimas semanas en las calles del país y en los coloquios íntimos o públicos con empresarios, banqueros, productores agropecuarios y representantes de instituciones que, como la Iglesia, reclaman consideración para los grupos marginados por la globalización.

· Ese mismo día, la columna política de Clarín, medio que difícilmente pueda ser tachado de opositor, reclamaba del gobierno mayor ímpetu, señalaba el peligro de la imagen de inmovilidad oficial -riesgo de comparación con las “palomitas” de Illia- y hasta colocaba sobre el tapete la dramática situación de la industria pesquera, la existencia en un cajón del escritorio presidencial del decreto destinado a regular la actividad para evitar la desaparición de la merluza y prevenía sobre una posible concentración de la flota de los pescadores para bloquear el puerto metropolitano.

· La misma columna titulaba hoy: “Una victoria para volver a empezar”. Reconoce que el gobierno ganó oxígeno, desliza alguna duda acerca de si la Alianza podrá aprovecharla para enderezar el rumbo y deja entrever que el crecimiento del Frepaso puede generar una polémica interna sobre la disyuntiva de aceptar a ojos cerrado las imposiciones del FMI o encarar medidas de acción social

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No se puede sino compartir esas apreciaciones del analista Eduardo Van Der Kooy

Los triunfadores no deben minimizar la diferencia en la votación para fórmula Ibarra-Felgueras y para la legislatura. Interpretación: voto por la continuidad de un gobierno que tiene apenas cinco meses de ejercicio para evitar el peligro de un eventual colapso político en un relativo corto plazo; crítica tácita a lo realizado por la Alianza en el gobierno de la ciudad.

La gente apunta en el Debe de la contabilidad el Código de Convivencia, el llamado “garantismo” judicial, las inundaciones recientes, el desorden en el tránsito, el lamentable estado de la mayoría de las calles, la contaminación y otros problemas que, por supuesto, no le es fácil a nadie remediar en lo inmediato.

Todo el mundo tiene un techo en su aptitud personal. Si lo sobrepasa, ingresa en el nivel de incompetencia, tan costoso para las empresas que promueven a hombres cuya capacidad tiene el límite de su última función exitosa.

Domingo Felipe Cavallo demostró ser un buen piloto de tormentas cuando Menem, arrinconado por el fracaso de sus economistas, lo convocó para salvar su gobierno. Puede compartirse o no la política que aplicó. Pero no hay dudas de que terminó con la histórica inflación argentina, ordenó las finanzas, mejoró los índices económicos y convirtió al país en fuente de ingreso de inversiones. ¿Comprendió la necesidad de, en una etapa posterior, preocuparse por una justa distribución del ingreso? Aquí surgen las dudas. Tal vez la mayoría de los argentinos piensen que no. Pero no tuvo ocasión de intentarlo, si alguna vez pasó por su mente.

De lo que no parece haber dudas es de que Cavallo tiene su techo en la economía. La política, como arte de negociar el uso del poder, se le escapa de las manos. Exhibió una imagen de hombre apasionado hasta el descontrol, tozudo, inseguro ante las cámaras y los micrófonos, cuando debió recordar al Alvaro Alsogaray de “pasar el invierno”, con sus gráficos, cuadros y exposiciones catedráticas ante las pantallas de televisión.

Egresado de Harvard, creador de la Fundación Mediterránea, conferencista reclamado en diversos países, no debe descender a la diatriba y a la ira.

No pudo o no quiso mostrarse como cabeza de un equipo compartido con Gustavo Béliz e integrado por políticos y técnicos de alto nivel. Ni atinó a estructurar una campaña orquestada por profesionales de la comunicación y no basada en su imagen personal. ¿Cuántos votos le costó esa imagen?.

Una pregunta final: ¿A partir de esta jornada política, le quedan chances para cumplir su aspiración presidencial?

Sergio Ceron

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