Una potente explosión hizo estremecer ayer (miércoles 22) el centro de la ciudad israelí de Hadera, a unos cincuenta kilómetros al norte de Tel Aviv, cuando un coche bomba estalló junto a un autobús de pasajeros, matando a dos personas e hiriendo a otras 51, cinco de ellas de gravedad.
A consecuencia del impacto, el transporte ómnibus se incrustó contra las marquesinas de varios comercios, destruyéndolos completamente e hiriendo a varias personas más.
Hasta últimas horas de la noche, ninguna organización se había adjudicado la responsabilidad del atentado aunque, según la primera cadena de televisión israelí, los responsables de la seguridad piensan que el atentado fue cometido por el movimiento integrista Yihad Islámica.
El ataque se produjo horas después de que cuatro palestinos miembros de la agrupación Tanzim, uno de ellos comandante regional de esa organización armada, murieran en una emboscada del ejército israelí.
Inmediatamente después del atentado, el primer ministro israelí Ehud Barak responsabilizó al gobierno de la Autoridad Palestina, quien se dijo «conmocionada» por las acusaciones del gobierno de Israel.
Una potente explosión hizo estremecer ayer (miércoles 22) el centro de la ciudad israelí de Hadera, a unos cincuenta kilómetros al norte de Tel Aviv, cuando un coche bomba estalló junto a un autobús de pasajeros, matando a dos personas e hiriendo a otras 51, cinco de ellas de gravedad.
A consecuencia del impacto, el transporte ómnibus se incrustó contra las marquesinas de varios comercios, destruyéndolos completamente e hiriendo a varias personas más.
Hasta últimas horas de la noche, ninguna organización se había adjudicado la responsabilidad del atentado aunque, según la primera cadena de televisión israelí, los responsables de la seguridad piensan que el atentado fue cometido por el movimiento integrista Yihad Islámica.
El ataque se produjo horas después de que cuatro palestinos miembros de la agrupación Tanzim, uno de ellos comandante regional de esa organización armada, murieran en una emboscada del ejército israelí.
Inmediatamente después del atentado, el primer ministro israelí Ehud Barak responsabilizó al gobierno de la Autoridad Palestina, quien se dijo «conmocionada» por las acusaciones del gobierno de Israel.