Fuerte aumento de la inflación en EE.UU.

El índice IPC se situó en 3,4% en 2000, el mayor incremento en una década, mientras la producción industrial descendió 0,6% en diciembre. Suben las posibilidades de que la Fed decrete nuevas bajas en las tasas. Por Patricia Souza

17 enero, 2001

La inflación de Estados Unidos se disparó el año pasado hasta 3,4%, lo que representa el mayor aumento en una década y un nuevo aviso sobre el cambio de tendencia en el rumbo de la economía del país.

Paralelamente, la producción industrial de Estados Unidos cayó 1,1% en el último trimestre de 2000, tras experimentar un descenso de 0,6% en diciembre, el más serio de los últimos dos años y medio.

Esa fuerte caída, unida al hecho de que la inflación de diciembre fue baja –tan sólo dos décimas–, son muestras de que la anunciada ralentización parece haber llegado a una economía que se mostró imbatible durante casi una década.

Los expertos consideran que la producción industrial y la inflación de diciembre, divulgados hoy, ofrecen razones para que la Reserva Federal rebaje de nuevo las tasas de interés en su próxima reunión, prevista para el 30 y el 31 de enero. Según señalan, el recorte podría ser de hasta medio punto.

El pasado día 3, el banco central de Estados Unidos aprobó, por sorpresa, una rebaja de medio punto en el tipo interbancario hasta situarlo en 6% y declaró que, en este momento, el mayor riesgo para la economía es la posibilidad de una brusca desaceleración y no la inflación.

Son pocos los expertos que creen que la economía estadounidense, bajo el mandato del presidente George W. Bush, podrá mantener el mismo ritmo que durante los últimos nueve años: fuerte crecimiento, inflación contenida y escaso desempleo.

En su audiencia de confirmación ante el Senado, Paul O´Neill, propuesto para secretario del Tesoro, se comprometió hoy a luchar por “mantener los índices de inflación donde estaban antes”, al tiempo que a tratar de que el dólar siga fuerte y a mantener el esfuerzo por la disciplina fiscal.

El Gobierno saliente de Bill Clinton, que abandonará la Casa Blanca el próximo sábado 20, siempre mantuvo que un dólar fuerte ayuda a mantener baja la inflación y atrae también la inversión extranjera.

El riesgo de que la cada vez más probada desaceleración acabe desembocando en recesión en Estados Unidos es objeto de una fuerte controversia entre los equipos económicos de Bush y Clinton.

El primero afirma que es una posibilidad que tiene su raíz en acontecimientos vividos en meses anteriores, pero Clinton señala que sólo habrá una ralentización moderada y que el crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) puede situarse este año en 2,5%.

El Departamento de Trabajo informó hoy de que el Indice de Precios al Consumo (IPC) se situó en 3,4% el año pasado en Estados Unidos, el mayor incremento en una década, y que la inflación subyacente –que excluye precios volátiles como la energía y los alimentos– fue de 2,6%.

En 1999, la inflación había sido de 2,7 por ciento y la inflación subyacente había supuesto 1,9%.
En la pasada década, el resultado más abultado se produjo en 1990, cuando la inflación creció a un fuerte ritmo de 6,1%.

A la vez, la Reserva Federal dio hoy a conocer el resultado de la producción industrial de diciembre en Estados Unidos.

Por tercer mes consecutivo, registró un descenso (de 0,6%), una situación que se produjo por primera vez desde la recesión de 1991.

Aunque la producción industrial para todo 2000 experimentó un fuerte aumento, de 5,7% frente a 4,2 del año anterior, el resultado del último trimestre (una caída de 1,1%) es signo de una desaceleración en el crecimiento.

Con estos indicadores en la mano y con el resultado del PIB del último trimestre de 2000 –que se conocerá el mismo 31 de enero–, la Reserva Federal decidirá si alegra a los inversores y acuerda una nueva rebaja de las tasas de interés.

La mayoría de los analistas está convencido de que así lo hará.

El autor es periodista de EFE

La inflación de Estados Unidos se disparó el año pasado hasta 3,4%, lo que representa el mayor aumento en una década y un nuevo aviso sobre el cambio de tendencia en el rumbo de la economía del país.

Paralelamente, la producción industrial de Estados Unidos cayó 1,1% en el último trimestre de 2000, tras experimentar un descenso de 0,6% en diciembre, el más serio de los últimos dos años y medio.

Esa fuerte caída, unida al hecho de que la inflación de diciembre fue baja –tan sólo dos décimas–, son muestras de que la anunciada ralentización parece haber llegado a una economía que se mostró imbatible durante casi una década.

Los expertos consideran que la producción industrial y la inflación de diciembre, divulgados hoy, ofrecen razones para que la Reserva Federal rebaje de nuevo las tasas de interés en su próxima reunión, prevista para el 30 y el 31 de enero. Según señalan, el recorte podría ser de hasta medio punto.

El pasado día 3, el banco central de Estados Unidos aprobó, por sorpresa, una rebaja de medio punto en el tipo interbancario hasta situarlo en 6% y declaró que, en este momento, el mayor riesgo para la economía es la posibilidad de una brusca desaceleración y no la inflación.

Son pocos los expertos que creen que la economía estadounidense, bajo el mandato del presidente George W. Bush, podrá mantener el mismo ritmo que durante los últimos nueve años: fuerte crecimiento, inflación contenida y escaso desempleo.

En su audiencia de confirmación ante el Senado, Paul O´Neill, propuesto para secretario del Tesoro, se comprometió hoy a luchar por “mantener los índices de inflación donde estaban antes”, al tiempo que a tratar de que el dólar siga fuerte y a mantener el esfuerzo por la disciplina fiscal.

El Gobierno saliente de Bill Clinton, que abandonará la Casa Blanca el próximo sábado 20, siempre mantuvo que un dólar fuerte ayuda a mantener baja la inflación y atrae también la inversión extranjera.

El riesgo de que la cada vez más probada desaceleración acabe desembocando en recesión en Estados Unidos es objeto de una fuerte controversia entre los equipos económicos de Bush y Clinton.

El primero afirma que es una posibilidad que tiene su raíz en acontecimientos vividos en meses anteriores, pero Clinton señala que sólo habrá una ralentización moderada y que el crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) puede situarse este año en 2,5%.

El Departamento de Trabajo informó hoy de que el Indice de Precios al Consumo (IPC) se situó en 3,4% el año pasado en Estados Unidos, el mayor incremento en una década, y que la inflación subyacente –que excluye precios volátiles como la energía y los alimentos– fue de 2,6%.

En 1999, la inflación había sido de 2,7 por ciento y la inflación subyacente había supuesto 1,9%.
En la pasada década, el resultado más abultado se produjo en 1990, cuando la inflación creció a un fuerte ritmo de 6,1%.

A la vez, la Reserva Federal dio hoy a conocer el resultado de la producción industrial de diciembre en Estados Unidos.

Por tercer mes consecutivo, registró un descenso (de 0,6%), una situación que se produjo por primera vez desde la recesión de 1991.

Aunque la producción industrial para todo 2000 experimentó un fuerte aumento, de 5,7% frente a 4,2 del año anterior, el resultado del último trimestre (una caída de 1,1%) es signo de una desaceleración en el crecimiento.

Con estos indicadores en la mano y con el resultado del PIB del último trimestre de 2000 –que se conocerá el mismo 31 de enero–, la Reserva Federal decidirá si alegra a los inversores y acuerda una nueva rebaja de las tasas de interés.

La mayoría de los analistas está convencido de que así lo hará.

El autor es periodista de EFE

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