Fondo Monetario: la actual crisis será prolongada y recurrente

La volatilidad financiera global, derivada de crisis hipotecarias en Estados Unidos y otros países, tiene para largo rato. Hace apenas cinco meses, la entidad sostuvo que no había riesgo de transtornos importantes.

25 septiembre, 2007

“Las consecuencias potenciales de estos episodios no debieran subestimarse” (como lo hizo el organismo), admite ahora el FMI en el informe sobre inestabilidad financiera mundial. El documento será base de debates en la inminente reunión semestral conjunta con el Banco internacional de reconstrucción y fomento (BIRF o Banco Miundial), llamativamente mudo sobre ese mismo tema.

“Las condiciones crediticias probablemente demoren en normalizarse. Pero, antes, sera preciso modificar ciertas prácticas peligrosas que venían proliferando”, añade el Fondo. Entre ellas, las que condujeron al peor colapso inmobiliario sufrido por EE.UU. en dieciséis años, parcialmente replicado en Gran Bretaña, Alemania y España.

Este contexto de creciente iliquidez financiera global, señala el documento, explica casos como la caja hipotecaria británica Northern Rock y otras, que forzaron un salvataje oneroso. Similares problemas afrontan algunos bancos alemanes de primera línea.

La ola de ejecuciones que sufre EE.UU obligó a la Reserva Federal a rebajar medio punto (6,25/5,25 a 5,75/4,75% anual) las tasas básicas. Pero, todavía en abril, el FMI –tras analizar las insolvencias inmobiliarias norteamericanas y sus efectos crediticios- afirmó que “no se divisan en el horizonte dislocaciones importantes”.

A punto de asumir Dominique Strauss-Kahn como nuevo director gerente, la entidad reconoce que “los riesgos han aumentado significativamente. Habrá turbulencias de largo alcance”. No obstante, el Fondo se aferra a sus mitos. Por ejemplo, imagina que esta situación “pueden desacelerar un crecimientode todas formas sólido”. En cuanto a las economías en desarrollo, “quizás experimenten escasez de capitales externos”.

A criterio del organicmo, “los tomadores privados en ciertos mercados secundarios han adoptadop estrategias financieras peligrosas. Especialmente –sostiene el documento- en Europa oriental y Asia central, donde los bancos apelan al mercado de capitales para fomentar la expansión crediticia”. Vale decir, mecanismos recomendados durante años por el Fondo.

En otra muestra del “nuevo realismo”, el FMI reconoce que “las metodologías de la agencias calificadoras de riesgo deben replantearse, pues otorgaron altos puntajes a malas hipotecas y títulos vinculados, cuyo valor se ha venido abajo. La complejidad a esos papeles ha impedido sopesar su valor real, a causa de aquellos puntajes elevados”.

Por tanto, “en lo atinente a paquetes financieros complejos, es preciso mirar más allá de las calificaciones”. Dicho mal y pronto, dejar de creerles a Moody’s, Standard & Poor’s y Fitch ratings.

“Las consecuencias potenciales de estos episodios no debieran subestimarse” (como lo hizo el organismo), admite ahora el FMI en el informe sobre inestabilidad financiera mundial. El documento será base de debates en la inminente reunión semestral conjunta con el Banco internacional de reconstrucción y fomento (BIRF o Banco Miundial), llamativamente mudo sobre ese mismo tema.

“Las condiciones crediticias probablemente demoren en normalizarse. Pero, antes, sera preciso modificar ciertas prácticas peligrosas que venían proliferando”, añade el Fondo. Entre ellas, las que condujeron al peor colapso inmobiliario sufrido por EE.UU. en dieciséis años, parcialmente replicado en Gran Bretaña, Alemania y España.

Este contexto de creciente iliquidez financiera global, señala el documento, explica casos como la caja hipotecaria británica Northern Rock y otras, que forzaron un salvataje oneroso. Similares problemas afrontan algunos bancos alemanes de primera línea.

La ola de ejecuciones que sufre EE.UU obligó a la Reserva Federal a rebajar medio punto (6,25/5,25 a 5,75/4,75% anual) las tasas básicas. Pero, todavía en abril, el FMI –tras analizar las insolvencias inmobiliarias norteamericanas y sus efectos crediticios- afirmó que “no se divisan en el horizonte dislocaciones importantes”.

A punto de asumir Dominique Strauss-Kahn como nuevo director gerente, la entidad reconoce que “los riesgos han aumentado significativamente. Habrá turbulencias de largo alcance”. No obstante, el Fondo se aferra a sus mitos. Por ejemplo, imagina que esta situación “pueden desacelerar un crecimientode todas formas sólido”. En cuanto a las economías en desarrollo, “quizás experimenten escasez de capitales externos”.

A criterio del organicmo, “los tomadores privados en ciertos mercados secundarios han adoptadop estrategias financieras peligrosas. Especialmente –sostiene el documento- en Europa oriental y Asia central, donde los bancos apelan al mercado de capitales para fomentar la expansión crediticia”. Vale decir, mecanismos recomendados durante años por el Fondo.

En otra muestra del “nuevo realismo”, el FMI reconoce que “las metodologías de la agencias calificadoras de riesgo deben replantearse, pues otorgaron altos puntajes a malas hipotecas y títulos vinculados, cuyo valor se ha venido abajo. La complejidad a esos papeles ha impedido sopesar su valor real, a causa de aquellos puntajes elevados”.

Por tanto, “en lo atinente a paquetes financieros complejos, es preciso mirar más allá de las calificaciones”. Dicho mal y pronto, dejar de creerles a Moody’s, Standard & Poor’s y Fitch ratings.

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