FMI: Köhler viene a Buenos Aires para negociar un nuevo acuerdo

Se ignora exactamente la fecha, pero Horst Köhler –director gerente del Fondo Monetario Internacional- vendrá a Buenos Aires para negociar personalmente otro acuerdo. Algunos creen que esto prenuncia el ocaso de Anne Kruger y Anoop Singh.

9 junio, 2003

Hasta el momento, lo único que da por seguro Roberto Lavagna – ministro de Economía- es que el directorio del FMI aprobará las metas del primer trimestre (con bastante retraso), a mediados de este mismo mes. Pero allegados a Néstor Kirchner y Daniel Scioli, que estaba en Washington, dejaron trascender que Köhler aceptaría una invitación para viajar a la Argentina.

Su eventual arribo iniciará negociaciones formales con vistas a un nuevo acuerdo contingente (“stand-by agreement”) por no menos de tres años. Contrariamente a simples facilidades ampliadas o dispensas –recursos favoritos para presionar constantemente y obtener concesiones ajenas a los fines del Fondo, pero favorables a sectores financieros-, ahora parece que se busca un marco macroeconómico no exento de ribetes polìticos. Los mismos que trasunta Lavagna cuando alecciona sobre terminología a medios locales, proclives a traducir o usar mal anglicismos de moda.

Por supuesto, la presunta visita de Köhler habrá sido precedida por un notable cambio de discursos y actudes por parte de Krueger, Singh y, en particular, Kenneth Rogoff. Para sorpresa de analistas “ortodoxos” y un inexplicable invitado (el financista Fernando Santibañes), el econometrista principal del FMI pasó por un instituto privado porteño con un libreto casi del todo opuesto al de hace pocos meses. ¿Qué ocurrió? Simple: en un “occasional paper” –cuya difusión se había postergado casi un año-, los técnicos fondistas finalmente admitieron que la apertura irrestricta a flujos financieros de corto plazo no suele promover el crecimiento ni la reactivación en economías periféricas.

Olvidando sus violentas diatribas contra Joseph Stiglitz y Michael Mussa, Rogoff adhirió a la nueva bajada de línea. Días después, Tony Blair –aliado privilegiado de George W.Bush- anunció que relanzará la “tercera vía”, o sea una variante neokeinesiana (“estructuralista”, habría dicho Raúl J.Prebisch) orientada a reintroducir factores políticos y sociales en el manejo de la economía. De pasó, invitó a Luiz Inácio de Silva (Lula) y Kirchner a ese relanzamiento.

Hasta el momento, lo único que da por seguro Roberto Lavagna – ministro de Economía- es que el directorio del FMI aprobará las metas del primer trimestre (con bastante retraso), a mediados de este mismo mes. Pero allegados a Néstor Kirchner y Daniel Scioli, que estaba en Washington, dejaron trascender que Köhler aceptaría una invitación para viajar a la Argentina.

Su eventual arribo iniciará negociaciones formales con vistas a un nuevo acuerdo contingente (“stand-by agreement”) por no menos de tres años. Contrariamente a simples facilidades ampliadas o dispensas –recursos favoritos para presionar constantemente y obtener concesiones ajenas a los fines del Fondo, pero favorables a sectores financieros-, ahora parece que se busca un marco macroeconómico no exento de ribetes polìticos. Los mismos que trasunta Lavagna cuando alecciona sobre terminología a medios locales, proclives a traducir o usar mal anglicismos de moda.

Por supuesto, la presunta visita de Köhler habrá sido precedida por un notable cambio de discursos y actudes por parte de Krueger, Singh y, en particular, Kenneth Rogoff. Para sorpresa de analistas “ortodoxos” y un inexplicable invitado (el financista Fernando Santibañes), el econometrista principal del FMI pasó por un instituto privado porteño con un libreto casi del todo opuesto al de hace pocos meses. ¿Qué ocurrió? Simple: en un “occasional paper” –cuya difusión se había postergado casi un año-, los técnicos fondistas finalmente admitieron que la apertura irrestricta a flujos financieros de corto plazo no suele promover el crecimiento ni la reactivación en economías periféricas.

Olvidando sus violentas diatribas contra Joseph Stiglitz y Michael Mussa, Rogoff adhirió a la nueva bajada de línea. Días después, Tony Blair –aliado privilegiado de George W.Bush- anunció que relanzará la “tercera vía”, o sea una variante neokeinesiana (“estructuralista”, habría dicho Raúl J.Prebisch) orientada a reintroducir factores políticos y sociales en el manejo de la economía. De pasó, invitó a Luiz Inácio de Silva (Lula) y Kirchner a ese relanzamiento.

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