Europa plantea exigencias a la Argentina

Cuatro países europeos, más Canadá, quieren que antes de la firma del acuerdo con el Fondo Monetario, la Argentina realice el ajuste de las tarifas de servicios públicos y aumente la pauta de ahorro fiscal.

1 septiembre, 2003

El Tesoro de los Estados Unidos propone
que el acuerdo sea firmado a tres años, pero con metas sólo para
el primer año de vigencia, para que más adelante se negocien
las pautas que permitan completar el período.

Pero Francia, Italia, Inglaterra y Alemania, junto con Canadá,
plantearon objeciones a la firma en lo inmediato de un programa da
de mediano plazo, como pretende el gobierno norteamericano.

Esas naciones, que integran el “Grupo de los Siete”, consideran que el compromiso de ahorro fiscal del 3 por
ciento anual propuesto por la Argentina “no es sustentable”,
porque significaría una quita muy fuerte para el pago de la deuda
en default.

En consecuencia, las opiniones sobre el “caso argentino” en el
seno del grupo que nuclea a los países más poderosos de la Tierra
están divididas, algo que genera aún más incertidumbre acerca de
las características que tendrá el nuevo programa que Argentina
debería sellar con el Fondo.

Además, las dudas se incrementan a la hora de evaluar la fecha
en que se llegará a un entendimiento: los analistas creen que ya
no es posible que se firme antes del 9 de setiembre, fecha en la
que el país debe abonarle al FMI 2.900 millones de dólares por un
vencimiento.

En este marco, mañana martes arriba al país una nueva misión
del FMI y comenzarán las reuniones definitorias para precisar las
características del acuerdo.

Tres alternativas evalúa el Ministerio de Economía para sellar un nuevo programa con el Fondo. Una de ellas sería lograr un acuerdo con sólo metas fiscales y monetarias a 18 meses de plazo; otra, seguir negociando más allá del vencimiento del 9 de setiembre para lograr un programa con metas a tres años; y la última, entrar en mora con el Fondo pero sólo por tres o cuatro días.

En el Palacio de Hacienda creen que si no se firma el 9, será
tres días después o, a lo sumo, antes de la asamblea anual del
Fondo, que se realizará el 23 de este mes en Emiratos Arabes
Unidos.

Las diferencias que dificultan las negociaciones pasan
básicamente por dos cuestiones: las metas de ahorro fiscal y el
ajuste tarifario.

La Argentina pretende que el superávit fiscal sea del 3 por
ciento anual para los tres años del acuerdo, pero el Fondo
pretende un aumento esccalonado de esa pauta, de acuerdo con el
siguiente esquema: 3,5 por ciento en 2004, 4 por ciento en 2005 y
4,5 por ciento en 2006.

Con respecto a las tarifas de los servicios públicos, el FMI
quiere que el Gobierno defina un ajuste antes de fin de año.

El Tesoro de los Estados Unidos propone
que el acuerdo sea firmado a tres años, pero con metas sólo para
el primer año de vigencia, para que más adelante se negocien
las pautas que permitan completar el período.

Pero Francia, Italia, Inglaterra y Alemania, junto con Canadá,
plantearon objeciones a la firma en lo inmediato de un programa da
de mediano plazo, como pretende el gobierno norteamericano.

Esas naciones, que integran el “Grupo de los Siete”, consideran que el compromiso de ahorro fiscal del 3 por
ciento anual propuesto por la Argentina “no es sustentable”,
porque significaría una quita muy fuerte para el pago de la deuda
en default.

En consecuencia, las opiniones sobre el “caso argentino” en el
seno del grupo que nuclea a los países más poderosos de la Tierra
están divididas, algo que genera aún más incertidumbre acerca de
las características que tendrá el nuevo programa que Argentina
debería sellar con el Fondo.

Además, las dudas se incrementan a la hora de evaluar la fecha
en que se llegará a un entendimiento: los analistas creen que ya
no es posible que se firme antes del 9 de setiembre, fecha en la
que el país debe abonarle al FMI 2.900 millones de dólares por un
vencimiento.

En este marco, mañana martes arriba al país una nueva misión
del FMI y comenzarán las reuniones definitorias para precisar las
características del acuerdo.

Tres alternativas evalúa el Ministerio de Economía para sellar un nuevo programa con el Fondo. Una de ellas sería lograr un acuerdo con sólo metas fiscales y monetarias a 18 meses de plazo; otra, seguir negociando más allá del vencimiento del 9 de setiembre para lograr un programa con metas a tres años; y la última, entrar en mora con el Fondo pero sólo por tres o cuatro días.

En el Palacio de Hacienda creen que si no se firma el 9, será
tres días después o, a lo sumo, antes de la asamblea anual del
Fondo, que se realizará el 23 de este mes en Emiratos Arabes
Unidos.

Las diferencias que dificultan las negociaciones pasan
básicamente por dos cuestiones: las metas de ahorro fiscal y el
ajuste tarifario.

La Argentina pretende que el superávit fiscal sea del 3 por
ciento anual para los tres años del acuerdo, pero el Fondo
pretende un aumento esccalonado de esa pauta, de acuerdo con el
siguiente esquema: 3,5 por ciento en 2004, 4 por ciento en 2005 y
4,5 por ciento en 2006.

Con respecto a las tarifas de los servicios públicos, el FMI
quiere que el Gobierno defina un ajuste antes de fin de año.

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