Europa crecerá menos de lo esperado

Según un informe de la Ocde, el PBI de la eurozona registrará un aumento de 2,7% este año, contra 3,1% previsto, afectado por la desaceleración de EE.UU.

10 abril, 2001

(EFE).- El crecimiento de la eurozona se ralentizará a 2,7% este año, en comparación con 3,1% que preveía en noviembre pasado, a causa del impacto de la desaceleración en Estados Unidos.

El aterrizaje “más brutal de lo previsto” de la economía estadounidense repercutirá negativamente en los 12 países que han adoptado la moneda única, señaló la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) en un estudio sobre la eurozona divulgado hoy (martes 10).

En su informe de “Perspectivas económicas” para la zona euro, la Ocde auguraba un crecimiento económico de 3,1% para este año, después de 3,4% registrado en 2000, así como 2,8% para 2002, porcentaje que no modifica ahora.

Si las perspectivas exteriores o interiores siguieran deteriorándose, “las presiones inflacionistas podrían atenuarse y podría ser deseable una flexibilización de la política monetaria”, agregó.

La Ocde afirmó que en los últimos tres años el crecimiento económico se tradujo en la eurozona en más creación de empleo que en Estados Unidos o el Reino Unido y el desempleo bajó de 11,5% en 1997 a 9% a finales de 2000.

Los expertos de la organización confían en que la tendencia descendente continuará y el desempleo caerá a 8,4% a finales de este ejercicio y a 7,9% un año después.

Sin embargo, la tasa de actividad sigue siendo más débil que en Estados Unidos o en otros países del norte de Europa, lo que “hace suponer que es posible un nivel de producción potencial y de crecimiento más elevado”, señala el documento.

Para atacar esa situación se imponen “medidas suplementarias” en el mercado laboral con mejoras en las incitaciones al trabajo reformando el sistema de subsidios, de impuestos y de formación.

La Ocde subrayó que “la orientación de las políticas presupuestarias nacionales y de la política monetaria común será determinante” para mantener un rumbo positivo en el ciclo económico.

“El objetivo prioritario será hacer retroceder los límites del crecimiento en la zona, continuando la puesta en marcha de las reformas estructurales”, destacó.

En ese sentido, reconoció que en 2000 el saldo presupuestario del conjunto de la eurozona fue excedentario, pero el peso de la deuda continúa siendo “mucho más elevado que a comienzos de los años ´70”, por lo que pidió para este ejercicio “más rigor” en la ejecución de los presupuestos, ya que “los países se acercan a posiciones coyunturalmente seguras, pero todavía no totalmente saneadas”.

Haciendo un balance del año pasado, los autores del informe indicaron que el crecimiento se ralentizó, pero se mantuvo “superior al potencial”, gracias a “una fuerte demanda interior, pero también por la depreciación del cambio y el dinamismo de la demanda extranjera”.

La inflación subió hasta 2,9% en términos interanuales en noviembre pasado, aunque con variaciones de 2,2% en Francia a 6% en Irlanda, por lo que la Ocde consideró que hay que hacer “importantes esfuerzos” para reducir esas diferencias.

Admitió que los mercados de productos están mejor integrados en la eurozona, pero siguen existiendo “insuficiencias patentes del mercado único”, como “la fuerte disparidad de precios de los coches de un país a otro, las elevadas comisiones para las transferencias monetarias transfronterizas” o “la existencia de un poderoso sesgo nacional en la atribución de licitaciones públicas”.

En los mercados financieros, “la introducción del euro ha suprimido efectivamente las fronteras nacionales”, pero la Ocde lamentó que “los mercados de financiación a largo plazo, incluido el capital-riesgo, siguen fragmentados a pesar de la multiplicación de índices bursátiles paneuropeos y las iniciativas conjuntas”.

(EFE).- El crecimiento de la eurozona se ralentizará a 2,7% este año, en comparación con 3,1% que preveía en noviembre pasado, a causa del impacto de la desaceleración en Estados Unidos.

El aterrizaje “más brutal de lo previsto” de la economía estadounidense repercutirá negativamente en los 12 países que han adoptado la moneda única, señaló la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) en un estudio sobre la eurozona divulgado hoy (martes 10).

En su informe de “Perspectivas económicas” para la zona euro, la Ocde auguraba un crecimiento económico de 3,1% para este año, después de 3,4% registrado en 2000, así como 2,8% para 2002, porcentaje que no modifica ahora.

Si las perspectivas exteriores o interiores siguieran deteriorándose, “las presiones inflacionistas podrían atenuarse y podría ser deseable una flexibilización de la política monetaria”, agregó.

La Ocde afirmó que en los últimos tres años el crecimiento económico se tradujo en la eurozona en más creación de empleo que en Estados Unidos o el Reino Unido y el desempleo bajó de 11,5% en 1997 a 9% a finales de 2000.

Los expertos de la organización confían en que la tendencia descendente continuará y el desempleo caerá a 8,4% a finales de este ejercicio y a 7,9% un año después.

Sin embargo, la tasa de actividad sigue siendo más débil que en Estados Unidos o en otros países del norte de Europa, lo que “hace suponer que es posible un nivel de producción potencial y de crecimiento más elevado”, señala el documento.

Para atacar esa situación se imponen “medidas suplementarias” en el mercado laboral con mejoras en las incitaciones al trabajo reformando el sistema de subsidios, de impuestos y de formación.

La Ocde subrayó que “la orientación de las políticas presupuestarias nacionales y de la política monetaria común será determinante” para mantener un rumbo positivo en el ciclo económico.

“El objetivo prioritario será hacer retroceder los límites del crecimiento en la zona, continuando la puesta en marcha de las reformas estructurales”, destacó.

En ese sentido, reconoció que en 2000 el saldo presupuestario del conjunto de la eurozona fue excedentario, pero el peso de la deuda continúa siendo “mucho más elevado que a comienzos de los años ´70”, por lo que pidió para este ejercicio “más rigor” en la ejecución de los presupuestos, ya que “los países se acercan a posiciones coyunturalmente seguras, pero todavía no totalmente saneadas”.

Haciendo un balance del año pasado, los autores del informe indicaron que el crecimiento se ralentizó, pero se mantuvo “superior al potencial”, gracias a “una fuerte demanda interior, pero también por la depreciación del cambio y el dinamismo de la demanda extranjera”.

La inflación subió hasta 2,9% en términos interanuales en noviembre pasado, aunque con variaciones de 2,2% en Francia a 6% en Irlanda, por lo que la Ocde consideró que hay que hacer “importantes esfuerzos” para reducir esas diferencias.

Admitió que los mercados de productos están mejor integrados en la eurozona, pero siguen existiendo “insuficiencias patentes del mercado único”, como “la fuerte disparidad de precios de los coches de un país a otro, las elevadas comisiones para las transferencias monetarias transfronterizas” o “la existencia de un poderoso sesgo nacional en la atribución de licitaciones públicas”.

En los mercados financieros, “la introducción del euro ha suprimido efectivamente las fronteras nacionales”, pero la Ocde lamentó que “los mercados de financiación a largo plazo, incluido el capital-riesgo, siguen fragmentados a pesar de la multiplicación de índices bursátiles paneuropeos y las iniciativas conjuntas”.

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