Euforia por colocación de Letes

La tasa de 6.75% a la que se colocaron US$ 350 millones provocó sonrisas oficiales. Es una buena noticia, junto con la caída del riesgo-país y el alza bursátil. Hay incógnitas en el largo plazo.

27 enero, 2001

El martes 23 fue día de euforia en el Palacio de Hacienda; el Gobierno logró colocar U$S 350 millones en Letras de Tesorería (Letes) a 91 días de plazo, a una tasa de 6,75% anual.

Una tasa que sorprendió a todos los observadores y a los propios funcionarios oficiales, quienes no esperaba una reducción de esa magnitud; es que el 7 de noviembre pasado el interés había llegado a un tope de 12,59%.

Quienes se arriesgaron a hacer una estimación, calculaban que la tasa exigida pro el mercado no sería menor a 7,40%; el rendimiento exigido resultó casi la mitad del que se debió oblar antes del blindaje financiero que cambió el humor de los prestamistas.

Pero esto no es todo lo que hace brotar esbozos de sonrisas en el rostro de los integrantes del equipo económico y, claro está, del Presidente Fernando de la Rúa; no faltan expertos que, considerando la probable nueva baja de los intereses en los Estados Unidos, por imperio de una decisión de la Reserva Federal, y la alta liquidez bancaria argentina, auguren que los bajos rendimientos de ese día volverán a repetirse en próximas licitaciones de Letes.

Por supuesto que la situación es analizada con prudencia por quienes creen que esta buena tendencia tiene una explicación lógica: se trata de créditos a corto plazo, que cuentan con la garantía del blindaje, vale decir, con el cobro asegurado.

El hecho político es que, simultáneamente bajó el riesgo-país ( se situó el martes 23 en 678 puntos básicos, el nivel más bajo del último cuatrimestre) y que en las primeras semanas del año la Bolsa de Valores descontó los valores perdidos durante el año pasado.

Se plantea la incógnita de si volverá a repetirse una situación similar cuando el país deba salir a solicitar créditos a largo plazo en el exterior

José Luis Machinea estima que la reducción del costo del crédito para el Gobierno se trasladará a las empresas y a los privados en los próximos días, pero los bancos no se apresurarán a tomar medidas en tal sentido: mantienen los intereses que cobran por préstamos, aunque redujeron los que pagan por plazos fijos.

El martes 23 fue día de euforia en el Palacio de Hacienda; el Gobierno logró colocar U$S 350 millones en Letras de Tesorería (Letes) a 91 días de plazo, a una tasa de 6,75% anual.

Una tasa que sorprendió a todos los observadores y a los propios funcionarios oficiales, quienes no esperaba una reducción de esa magnitud; es que el 7 de noviembre pasado el interés había llegado a un tope de 12,59%.

Quienes se arriesgaron a hacer una estimación, calculaban que la tasa exigida pro el mercado no sería menor a 7,40%; el rendimiento exigido resultó casi la mitad del que se debió oblar antes del blindaje financiero que cambió el humor de los prestamistas.

Pero esto no es todo lo que hace brotar esbozos de sonrisas en el rostro de los integrantes del equipo económico y, claro está, del Presidente Fernando de la Rúa; no faltan expertos que, considerando la probable nueva baja de los intereses en los Estados Unidos, por imperio de una decisión de la Reserva Federal, y la alta liquidez bancaria argentina, auguren que los bajos rendimientos de ese día volverán a repetirse en próximas licitaciones de Letes.

Por supuesto que la situación es analizada con prudencia por quienes creen que esta buena tendencia tiene una explicación lógica: se trata de créditos a corto plazo, que cuentan con la garantía del blindaje, vale decir, con el cobro asegurado.

El hecho político es que, simultáneamente bajó el riesgo-país ( se situó el martes 23 en 678 puntos básicos, el nivel más bajo del último cuatrimestre) y que en las primeras semanas del año la Bolsa de Valores descontó los valores perdidos durante el año pasado.

Se plantea la incógnita de si volverá a repetirse una situación similar cuando el país deba salir a solicitar créditos a largo plazo en el exterior

José Luis Machinea estima que la reducción del costo del crédito para el Gobierno se trasladará a las empresas y a los privados en los próximos días, pero los bancos no se apresurarán a tomar medidas en tal sentido: mantienen los intereses que cobran por préstamos, aunque redujeron los que pagan por plazos fijos.

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