Estudian una moneda única para el Mercosur
El presidente del Banco Central de Brasil está elaborando la idea de una moneda única para el Mercosur, dada la virtual convergencia entre el real y el peso argentino.
8 febrero, 2002
Según analistas privados de San Pablo, Montevideo y Santiago de Chile, la virtual convergencia entre real y peso argentino (ambas paridades con el dólar oscilan entre 2,30 y 2,50) ha inspirado a Arminio Fraga, presidente del Banco Central brasileño, para elaborar un borrados “que los políticos entiendan”.
En síntesis, se trata de un esquema cuya meta final sería la moneda única para el Mercosur.
Entretanto, un complejo mecanismo cambiario y comercial evitaría que el dólar se disparase en cualquiera de las dos plazas. Brasilia cree que la actual demanda de divisas en Argentina es “más bien minorista” y está un poco inflada por operadores oportunistas con un pie al otro lado del Plata.
Por su parte, al menos un economista de Buenos Aires, ajeno al “lobby” dolarizador y a la ex convertibilidad, le ve posibilidades a la idea.
Respecto del guaraní y el peso uruguayo, durante las primeras fases del esquema seguirán como están. Recién una vez definida la futura moneda común, las transacciones uruguayas y paraguayas que no usen efectivo (comerciales, financieras), irán haciéndose en ese denominación.
“Arminio no pudo haber sugerido algo así sin algún guiño desde el exterior”, comentaba anoche, en un restaurante de Colonia, un ex ministro oriental.
Según analistas privados de San Pablo, Montevideo y Santiago de Chile, la virtual convergencia entre real y peso argentino (ambas paridades con el dólar oscilan entre 2,30 y 2,50) ha inspirado a Arminio Fraga, presidente del Banco Central brasileño, para elaborar un borrados “que los políticos entiendan”.
En síntesis, se trata de un esquema cuya meta final sería la moneda única para el Mercosur.
Entretanto, un complejo mecanismo cambiario y comercial evitaría que el dólar se disparase en cualquiera de las dos plazas. Brasilia cree que la actual demanda de divisas en Argentina es “más bien minorista” y está un poco inflada por operadores oportunistas con un pie al otro lado del Plata.
Por su parte, al menos un economista de Buenos Aires, ajeno al “lobby” dolarizador y a la ex convertibilidad, le ve posibilidades a la idea.
Respecto del guaraní y el peso uruguayo, durante las primeras fases del esquema seguirán como están. Recién una vez definida la futura moneda común, las transacciones uruguayas y paraguayas que no usen efectivo (comerciales, financieras), irán haciéndose en ese denominación.
“Arminio no pudo haber sugerido algo así sin algún guiño desde el exterior”, comentaba anoche, en un restaurante de Colonia, un ex ministro oriental.