Estiman en US$ 500.000 millones el déficit en Estados Unidos

Estadígrafos de Citigroup y otras bancas no les creen a sus colegas de Hacienda ni el Congreso. El mayor conglomerado financiero del mundo proyecta en US$ 500.000 millones el déficit fiscal 2003. Es decir, 64% por encima de las cifras oficiales.

15 julio, 2002

En no pocas entidades de Estados Unidos se cree que el déficit proyectados
por el gobierno será superado, como lo será también el
que se calcula hoy, de alrededor de US$ 400.000 millones.

En realidad, los cálculos remitidos a la agencia Bloomberg provienen
de 22 firmas de valores, pero son respaldados por sus bancas controlantes. La
estimación citada arriba -máxima del conjunto- sale, pues, de
Salomon Smith Barney (Citigroup). Para peor, "nuestro pronóstico
no incluye efectos del nuevo paquete de rebajas tributarias, todavía
en discusión", aclaró Christopher Wiegand, vocero técnico.
A su criterio, "la expansión de gastos, inédita desde 1997/8,
es el factor más dañino. Durante varios ejercicios, los déficit
seguirán siendo muy altos".

Crédit Suisse First Boston, Deutsche Bank, HSBC Securities, Goldman Sachs,
JP Morgan Chase, Merrill Lynch y Morgan Stanley Dean Witter, entre otros, estiman
rojos de US$ 400.000 millones en más. Dato clave: las que interpolan
el II paquete de recortes impositivos lo determinan en US$ 350.000 millones
(2003-12), no ya en los 726.000 millones que pidió George W.Bush ni en
los 550.000 millones que le dejó el Senado. Por el contrario, la Casa
Blanca insiste en prever US$ 304.000 millones para el ejercicio (octubre 2002
a septiembre próximo) y la inefable oficina presupuestaria del Congreso
imagina "apenas" 287.000 millones.

"Consumidores y empresas pagarán altos precios mientras el fisco
federal no vuelva al superávit legado por William J.Clinton", señalan
expertos de CSFB y HSBC. "A medida de como el gobierno emita deuda y reste
liquidez a un mercado de capitales adonde fluye escasa inversión externa
directa, el Sistema de Reserva Federal tendrá más y más
problemas para mantener tasas referenciales tan exiguas como las actuales",
temen Goldman Sachs y Merrill Lynch.

Varios analistas en Wall Street y Londres no descartan que, si se acentúa
el rojo fiscal, Alan Greenspan apele a su salud para desistir de otro mandato
-éste expira en junio de 2004-, si no directamente para jubilarse por
edad (ha cumplido 77). "Sería difícil que Alan tolerase presidir
un giro de180 grados en la política monetaria que él impuso",
comentaban operadores de Bear Stearns y Nomura Securities. Tampoco la Casa Blanca
admitiría fácilmente abandonar el crédito "superbarato"
para vivienda, consumo y bienes durables, pues la demanda del público
representa 67% del PBI norteamericano. Pero, a la larga, el propio endeudamiento
obligará a emitir más bonos, cuyo precio bajará mientras
suban las tasas. A su vez, éstas definen el resto de los intereses en
la economía.

Casi la mitad de las firmas encuestadas, operadoras primarias respecto del Sistema
de la Reserva Federal, excluye toda posibilidad de que vuelva el superávit
fiscal en un futuro previsible. "Cuando retorne, si alguna lo hace, voy
a estar en la tumba", ironizaba Edmund McKelvey, econometrista jefe en
Goldman Sachs (acaba de cumplir 56 años y goza de excelente salud). "Todos
estamos preocupados porque no se vislumbran buenos resultados fiscales en por
lo menos diez años. Para entonces -explicaban analistas de JP Morgan
Chase, Morgan Stanley, Daiwa y UBS Warburg- 30% de la población nacida
durante el auge vegetativo (baby boom) de 1946/64 habrá alcanzado la
edad de retiro".

El legado negativo de la administración Bush, aunque éste no salga
reelecto en 2004, desbordará -a dólares constantes- todos los
antecedentes posteriores a la guerra de Corea (1950/3). El déficit 2003
va en vías de superar el PBI de Australia (US$ 404.000 millones) y los
de un nutrido grupo de economías avanzadas.

Estados Unidos no ve un superávit fiscal desde el ejercicio 2001 (octubre
2000-septiembre 2001). Pero, a diferencia de 2002, Tesorería deberá
refinanciar US$ 546.000 millones en letras y bonos -deuda circulante- que expiran
en 2004. Si a esa suma se añade la deuda nueva a emitir para solventar
el rojo 2003, aun aceptando la proyección oficial, "a mediados de
2004 el endeudamiento financiero del estado federal habrá acumulado US$
960.000 millones" (Barclays Capital, Londres). Ya a fines de este año,
según la misma fuente, la tasa sobre letras a diez años -papel
básico del mercado- "pasará de 3,85 a 4,75% anual. Poco antes,
el déficit habrá alcanzado alrededor de US$ 425.000 millones".

Mientras tanto, Hacienda ha elevado a presidencia una estimación preliminar
de apenas US$ 307.000 millones para el déficit 2004. "Supongo que
la cifra es a medida de Bush y sus necesidades políticas", presume
un experto de Daiwa. No obstante, la oficina fiscal del Congreso es aun más
optimista, pues proyecta sólo US$ 200.000 millones para el próximo
ejercicio. "Eso sería imposible, aunque el nuevo paquete de rebajas
tributarias quedase íntegramente sin efecto. Por de pronto, la estimación
parlamentaria para 2002 fue superada en 50%", subraya Banc One Capital
Markets, de Chicago. Técnicamente, hasta el cierre del ejercicio 2002
en septiembre pasado, el mayor déficit nominal de la historia era US$
290.400 millones, en 1992.
El deterioro económico que llevó a esa cifra fue una de las causas
de que George W.H.Bush perdiese la reelección, pese a haber ganado la primer
guerra contra Irak, en el Golfo Pérsico -a un costo político muy
inferior al que paga su hijo- y controlar el Congreso. Hace 11 años, el
rojo fiscal orillaba 3,3% del PBI. Ahora, podría superar 4%, nivel que
el FMI no les tolera a economías periféricas sobreendeudadas.

En no pocas entidades de Estados Unidos se cree que el déficit proyectados
por el gobierno será superado, como lo será también el
que se calcula hoy, de alrededor de US$ 400.000 millones.

En realidad, los cálculos remitidos a la agencia Bloomberg provienen
de 22 firmas de valores, pero son respaldados por sus bancas controlantes. La
estimación citada arriba -máxima del conjunto- sale, pues, de
Salomon Smith Barney (Citigroup). Para peor, "nuestro pronóstico
no incluye efectos del nuevo paquete de rebajas tributarias, todavía
en discusión", aclaró Christopher Wiegand, vocero técnico.
A su criterio, "la expansión de gastos, inédita desde 1997/8,
es el factor más dañino. Durante varios ejercicios, los déficit
seguirán siendo muy altos".

Crédit Suisse First Boston, Deutsche Bank, HSBC Securities, Goldman Sachs,
JP Morgan Chase, Merrill Lynch y Morgan Stanley Dean Witter, entre otros, estiman
rojos de US$ 400.000 millones en más. Dato clave: las que interpolan
el II paquete de recortes impositivos lo determinan en US$ 350.000 millones
(2003-12), no ya en los 726.000 millones que pidió George W.Bush ni en
los 550.000 millones que le dejó el Senado. Por el contrario, la Casa
Blanca insiste en prever US$ 304.000 millones para el ejercicio (octubre 2002
a septiembre próximo) y la inefable oficina presupuestaria del Congreso
imagina "apenas" 287.000 millones.

"Consumidores y empresas pagarán altos precios mientras el fisco
federal no vuelva al superávit legado por William J.Clinton", señalan
expertos de CSFB y HSBC. "A medida de como el gobierno emita deuda y reste
liquidez a un mercado de capitales adonde fluye escasa inversión externa
directa, el Sistema de Reserva Federal tendrá más y más
problemas para mantener tasas referenciales tan exiguas como las actuales",
temen Goldman Sachs y Merrill Lynch.

Varios analistas en Wall Street y Londres no descartan que, si se acentúa
el rojo fiscal, Alan Greenspan apele a su salud para desistir de otro mandato
-éste expira en junio de 2004-, si no directamente para jubilarse por
edad (ha cumplido 77). "Sería difícil que Alan tolerase presidir
un giro de180 grados en la política monetaria que él impuso",
comentaban operadores de Bear Stearns y Nomura Securities. Tampoco la Casa Blanca
admitiría fácilmente abandonar el crédito "superbarato"
para vivienda, consumo y bienes durables, pues la demanda del público
representa 67% del PBI norteamericano. Pero, a la larga, el propio endeudamiento
obligará a emitir más bonos, cuyo precio bajará mientras
suban las tasas. A su vez, éstas definen el resto de los intereses en
la economía.

Casi la mitad de las firmas encuestadas, operadoras primarias respecto del Sistema
de la Reserva Federal, excluye toda posibilidad de que vuelva el superávit
fiscal en un futuro previsible. "Cuando retorne, si alguna lo hace, voy
a estar en la tumba", ironizaba Edmund McKelvey, econometrista jefe en
Goldman Sachs (acaba de cumplir 56 años y goza de excelente salud). "Todos
estamos preocupados porque no se vislumbran buenos resultados fiscales en por
lo menos diez años. Para entonces -explicaban analistas de JP Morgan
Chase, Morgan Stanley, Daiwa y UBS Warburg- 30% de la población nacida
durante el auge vegetativo (baby boom) de 1946/64 habrá alcanzado la
edad de retiro".

El legado negativo de la administración Bush, aunque éste no salga
reelecto en 2004, desbordará -a dólares constantes- todos los
antecedentes posteriores a la guerra de Corea (1950/3). El déficit 2003
va en vías de superar el PBI de Australia (US$ 404.000 millones) y los
de un nutrido grupo de economías avanzadas.

Estados Unidos no ve un superávit fiscal desde el ejercicio 2001 (octubre
2000-septiembre 2001). Pero, a diferencia de 2002, Tesorería deberá
refinanciar US$ 546.000 millones en letras y bonos -deuda circulante- que expiran
en 2004. Si a esa suma se añade la deuda nueva a emitir para solventar
el rojo 2003, aun aceptando la proyección oficial, "a mediados de
2004 el endeudamiento financiero del estado federal habrá acumulado US$
960.000 millones" (Barclays Capital, Londres). Ya a fines de este año,
según la misma fuente, la tasa sobre letras a diez años -papel
básico del mercado- "pasará de 3,85 a 4,75% anual. Poco antes,
el déficit habrá alcanzado alrededor de US$ 425.000 millones".

Mientras tanto, Hacienda ha elevado a presidencia una estimación preliminar
de apenas US$ 307.000 millones para el déficit 2004. "Supongo que
la cifra es a medida de Bush y sus necesidades políticas", presume
un experto de Daiwa. No obstante, la oficina fiscal del Congreso es aun más
optimista, pues proyecta sólo US$ 200.000 millones para el próximo
ejercicio. "Eso sería imposible, aunque el nuevo paquete de rebajas
tributarias quedase íntegramente sin efecto. Por de pronto, la estimación
parlamentaria para 2002 fue superada en 50%", subraya Banc One Capital
Markets, de Chicago. Técnicamente, hasta el cierre del ejercicio 2002
en septiembre pasado, el mayor déficit nominal de la historia era US$
290.400 millones, en 1992.
El deterioro económico que llevó a esa cifra fue una de las causas
de que George W.H.Bush perdiese la reelección, pese a haber ganado la primer
guerra contra Irak, en el Golfo Pérsico -a un costo político muy
inferior al que paga su hijo- y controlar el Congreso. Hace 11 años, el
rojo fiscal orillaba 3,3% del PBI. Ahora, podría superar 4%, nivel que
el FMI no les tolera a economías periféricas sobreendeudadas.

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