La medida había sido adoptada el miércoles en el marco del diálogo migratorio que hace dos semanas reanudaron en Washington funcionarios de ambos países y que había permanecido estancado durante dos años y medio. Hasta ahora, los cubanos debían solicitar un permiso de viaje por cada visita a Estados Unidos y el trámite para obtenerlo podía tardar hasta un par de años.
Esta flexibilidad se suma a las reformas aplicadas por Cuba a sus propias reglas migratorias. Desde enero pasado, los cubanos con pasaporte tienen permitido viajar fuera de la isla, siempre y cuando obtengan la visa de los países de destino que así la solicitan.
Aunque el otorgamiento de estos documentos por parte del Gobierno de La Habana sigue siendo discrecional, el cambio ha permitido que muchos disidentes cubanos viajen al extranjero y regresen a su país sin mayores inconvenientes.
De acuerdo con la nueva política, las visas B-2 para visitas familiares, tratamientos médicos o viajes personales permitirán múltiples entradas y serán válidas por un periodo de seis meses a cinco años.
Mientras tanto, las visas B-1 de negocios y la combinación de las visas B-1 y B-2 seguirán siendo válidas por seis meses y para una sola entrada.
“La administración Obama considera que estas medidas, además de otras, aumentarán el contacto de pueblo a pueblo, apoyarán a la sociedad civil en Cuba y mejorarán el libre flujo de información hacia, desde y entre el pueblo cubano”, ha señalado el portavoz del Departamento de Estado, Patrick Ventrell, a través de una nota escrita.
La decisión, agrega el comunicado, también “elimina las cargas procesales y financieras para los viajeros cubanos”.
Mediante la simplificación de los procedimientos y la incorporación de nuevos funcionarios consulares, el Gobierno también aspira reducir la carga de trabajo de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana y el retraso en la aprobación de las visas.
Actualmente, el tiempo mínimo de espera al que deben someterse quienes optan por una visa B-2 para llegar a una entrevista es de unos cinco meses y medio.
Conscientes de estos lapsos, los cubanos que volvían a su país luego de una visita familiar a Estados Unidos, solicitaban de inmediato una nueva visa para su próximo viaje.
El Departamento de Estado aclaró, sin embargo, que esta nueva política no representa un cambio en los criterios de elegibilidad para obtener una visa del tipo B-2.
“Todos los solicitantes seguirán sometidos a una rigurosa revisión para asegurarse de que están calificados para una visa. Los solicitantes que no reúnan los requisitos no obtendrán las visas”, ha señalado el portavoz Patrick Ventrell. Este tipo de permisos de viaje no son otorgados a quienes deseen trabajar en Estados Unidos o sean considerados inmigrantes potenciales.
La Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana ha informado, además, que la duración de la estancia de los viajeros cubanos en territorio estadounidense bajo el visado de entrada múltiple será determinado por los funcionarios de aduanas y protección fronteriza.
En caso de que un viajero permanezca en el país más tiempo del permitido sin solicitar antes una extensión, su visa será cancelada.
Sin embargo, gracias a la Ley de Ajuste de Cubano, quienes deseen permanecer por tiempo indefinido en Estados Unidos seguirán teniendo la opción de solicitar asilo y luego la residencia permanente, transcurridos un año y un día después de su llegada.