Estados Unidos anunciará un déficit sin precedentes

La Oficina de Presupuesto del Congreso (GAO) pronosticará un déficit de casi US$500.000 millones para el próximo año, lo que amenaza no sólo la recuperación económica, sino también la reelección del presidente Bush.

26 agosto, 2003

El déficit que anunciará la GAO supera los pronósticos de hace un mes de la Casa Blanca, que lo cifró en 475.000 millones de dólares, aún muy por encima del récord de 290.000 millones alcanzado en 1992.

Analistas económicos señalaron que la difusión de este dato se producirá cuando la oposición demócrata ha convertido los problemas económicos y el de la ocupación militar de Irak en sus principales banderas de lucha de cara a las elecciones de noviembre del 2004.

Las cifras, que no tienen precedente en la historia de EEUU se sumarán a otros indicadores económicos que han revelado que el crecimiento del país sigue renqueante pese a una reducción impositiva decretada por Bush el año pasado con miras a impulsarlo.

Los cálculos de la GAO fueron hechos sin tomar en cuenta el costo de la ocupación militar estadounidense en Irak que para muchos críticos se convertirá en una de las principales sangrías económicas del país, ni los planes del gobierno de reformar el sistema de salud.

Los demócratas han señalado que la principal fuente del déficit es la reducción impositiva del gobierno, que fue concebida en 2002 cuando el fisco estadounidense gozaba de un superávit de 236.000 millones de dólares.
Ese superávit continuó aumentando y cuando Bill Clinton entregó la presidencia a Bush ya era de más de 500.000 millones de dólares.

Según algunos economistas, existe el peligro de que en las actuales circunstancias, el déficit se convierta en una característica de la economía estadounidense aunque ésta consiga recuperarse en los próximos meses.

Las críticas no parecen haber afectado la decisión del presidente Bush, quien el sábado pasado afirmó que su Gobierno persistirá en la reducción de impuestos como principal impulsor de la economía y que ya cuenta con un plan para reducir el déficit a la mitad en cinco años.

En los últimos dos meses se presentaron algunos indicios de que la economía ha recuperado cierto dinamismo, pero eso no ha logrado disipar el temor entre el sector empresarial de que el déficit presupuestario obstaculice una esperada revitalización.
A eso se suma la inquietud de que, en última instancia y para frenar los números negativos, el Gobierno retorne a la tributación como remedio principal.

Fuente: EFE

El déficit que anunciará la GAO supera los pronósticos de hace un mes de la Casa Blanca, que lo cifró en 475.000 millones de dólares, aún muy por encima del récord de 290.000 millones alcanzado en 1992.

Analistas económicos señalaron que la difusión de este dato se producirá cuando la oposición demócrata ha convertido los problemas económicos y el de la ocupación militar de Irak en sus principales banderas de lucha de cara a las elecciones de noviembre del 2004.

Las cifras, que no tienen precedente en la historia de EEUU se sumarán a otros indicadores económicos que han revelado que el crecimiento del país sigue renqueante pese a una reducción impositiva decretada por Bush el año pasado con miras a impulsarlo.

Los cálculos de la GAO fueron hechos sin tomar en cuenta el costo de la ocupación militar estadounidense en Irak que para muchos críticos se convertirá en una de las principales sangrías económicas del país, ni los planes del gobierno de reformar el sistema de salud.

Los demócratas han señalado que la principal fuente del déficit es la reducción impositiva del gobierno, que fue concebida en 2002 cuando el fisco estadounidense gozaba de un superávit de 236.000 millones de dólares.
Ese superávit continuó aumentando y cuando Bill Clinton entregó la presidencia a Bush ya era de más de 500.000 millones de dólares.

Según algunos economistas, existe el peligro de que en las actuales circunstancias, el déficit se convierta en una característica de la economía estadounidense aunque ésta consiga recuperarse en los próximos meses.

Las críticas no parecen haber afectado la decisión del presidente Bush, quien el sábado pasado afirmó que su Gobierno persistirá en la reducción de impuestos como principal impulsor de la economía y que ya cuenta con un plan para reducir el déficit a la mitad en cinco años.

En los últimos dos meses se presentaron algunos indicios de que la economía ha recuperado cierto dinamismo, pero eso no ha logrado disipar el temor entre el sector empresarial de que el déficit presupuestario obstaculice una esperada revitalización.
A eso se suma la inquietud de que, en última instancia y para frenar los números negativos, el Gobierno retorne a la tributación como remedio principal.

Fuente: EFE

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