Estados Unidos: algunos CEO defienden a los inmigrantes
El colapso del proyecto presentado por George W.Bush, una buena idea para blanquear millones de residente ilegales, distancia al congreso de los negocios. Y varios ejecutivos tratan de hacer algo al respecto.
La situación es curiosa. Por un lado, empresarios y banqueros siguen creyendo en la magia de la globalización. Por el otro, las dirigencias políticas norteamericanas parecen alejarse de ella. Por ende, voltean una moderada reforma inmigratoria, como la propuesta por el presidente, que era un paso en la dirección correcta, basado en aptitudes y antecedentes laborales.
Pero el proyecto de ley fue rechazado por el senado, días atrás, con una mayoría bipartidaria que ponía a los republicanos en la otra vereda. Pero las contracciones no acaban ahí. Los demócratas, afines en el fondo a la propuesta de Bush, relacionan la apertura de fronteras con la liberación del comercio en otros niveles.
Esto ofrece varios frentes complicados. Legisladores demócratas y muchos republicanos insisten de relativizar todo tipo de acuerdos con restricciones laborales (aquí entra el tema inmigratorio), ambientales y tarifarias. Por eso, apoyaron la dura posición de su país en la frustrada reunión sobre subsidios agrícolas, que enterró aún más la ronda Dohá.
Entre el colapso de las reformas inmigratorias y el de Dohá, cuatro legisladores de los dos partidos presentaron un proyecto tendiente a crear la figura del “dumping cambiario”. Su idea es aplicarla primero a China e India. Pero, en Potsdam, India y Brasil rompieron con EE.UU. y la Unión Europea, pues ambos insisten en el neoproteccionismo pero les exigen abrirse a los países en desarrollo. China salió en apoyo de este sector.
Ahora, desde adentro, se cuestionan políticas legislativas sobre comercio y migraciones. Nueve miembros del consejo de presidentes ejecutivos en tecnología ha salid ala palestra. Representan a IBM, Hewlett-Packard, Unisys, EMC, NCR, Dell, Applied Materials, Motorola e Intel. Su objeto es promover la iniciativa de Bush, recién rechazada, o esquemas similares sobre inmigrantes y residentes extranjeros.
La situación es curiosa. Por un lado, empresarios y banqueros siguen creyendo en la magia de la globalización. Por el otro, las dirigencias políticas norteamericanas parecen alejarse de ella. Por ende, voltean una moderada reforma inmigratoria, como la propuesta por el presidente, que era un paso en la dirección correcta, basado en aptitudes y antecedentes laborales.
Pero el proyecto de ley fue rechazado por el senado, días atrás, con una mayoría bipartidaria que ponía a los republicanos en la otra vereda. Pero las contracciones no acaban ahí. Los demócratas, afines en el fondo a la propuesta de Bush, relacionan la apertura de fronteras con la liberación del comercio en otros niveles.
Esto ofrece varios frentes complicados. Legisladores demócratas y muchos republicanos insisten de relativizar todo tipo de acuerdos con restricciones laborales (aquí entra el tema inmigratorio), ambientales y tarifarias. Por eso, apoyaron la dura posición de su país en la frustrada reunión sobre subsidios agrícolas, que enterró aún más la ronda Dohá.
Entre el colapso de las reformas inmigratorias y el de Dohá, cuatro legisladores de los dos partidos presentaron un proyecto tendiente a crear la figura del “dumping cambiario”. Su idea es aplicarla primero a China e India. Pero, en Potsdam, India y Brasil rompieron con EE.UU. y la Unión Europea, pues ambos insisten en el neoproteccionismo pero les exigen abrirse a los países en desarrollo. China salió en apoyo de este sector.
Ahora, desde adentro, se cuestionan políticas legislativas sobre comercio y migraciones. Nueve miembros del consejo de presidentes ejecutivos en tecnología ha salid ala palestra. Representan a IBM, Hewlett-Packard, Unisys, EMC, NCR, Dell, Applied Materials, Motorola e Intel. Su objeto es promover la iniciativa de Bush, recién rechazada, o esquemas similares sobre inmigrantes y residentes extranjeros.
