<p> El fenómeno abarca desde restaurantes y ropa de marca hasta farmacias y supermercados. Todavía, el recurso no surte los efectos esperados y, claro, el comercio al detalle se suma a la tendencia general del sector privado: echar gente a rolete.</p>
<p>La tasa española de desempleo, ya en un alarmante 15,5% (marzo), puede alcanzar 20%. La mezcla de desocupación en avance y caída de precios sugiere que España se acerca a la deflación, tal vez un preludio de depresión estilo 1933/7 en Estados Unidos o 1991/2003 en Japón. Cualquier horizonte de esta naturaleza se insertará en la crisis sistémica occidental. </p>
<p>La deflación, en efecto, implica una espiral descendente difícil de revertir. Máxime en tanto crece el desempleo y el público gasta cada día menos, aunque las empresas rebajen precios. Si las ventas no reaccionan, los despidos se multiplicarán y presionarán sobre un gobierno en vísperas electorales.</p>
<p>En marzo, España fue el primer miembro de la Eurozona en registrar deflación, piadosamente llamada “inflación negativa”. Aunque apenas 0,1%, el retroceso es inédito desde que se llevan estadísticas (1961, reflejando un viejo retraso en la materia). Madrid estima que los precios seguirán cediendo hasta el cuarto trimestre.</p>
<p>Se destaca un grupo de segmentos volátiles. Entre ellos el pescado (-6,2%) o el azúcar (-5,7%), tomando el primer trimestre. Pero España no está sola, pues la secundan Luxemburgo, Portugal e Irlanda. <br />
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España: caída de precios y deflación desvelan a la Eurozona
Su crisis causa alarma en el Banco Central Europeo y otras instancias. Adentro, los comerciantes minoristas históricamente remisos a bajar precios ahora los reducen en masa.