Entre Eurodepresión y un tipo de Eurogobierno

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John Maynard Keynes, Milton Friedman o John Kenneth Galbraith nunca lo hubiesen soñado: cunde la “psicosis depresiva” en la Eurozona. Máxime con la corte constitucional alemana en vísperas de fallar sobre Grecia a pedido de profesores liberales.

<p>El grupo litigante lo encabeza Joachim Starbaty (universidad de Tubinga), notorio euroesc&eacute;ptico, y pretende declarar nulos el rescate griego, en primera instancia, m&aacute;s los de Portugal e Irlanda. La demanda busca establecer si la ayuda financiera a ese tr&iacute;o viola la constituci&oacute;n federal germana.<br />
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Dietrich Murswiek (Friburgo), Peter Gauweiler (Heidelberg) y Wilhelm N&ouml;lling (Maguncia) secundan la moci&oacute;n, aunque con variantes. Una de ellas involucra tambi&eacute;n los propios tratados europeos, que no obligan a hacerse cargo de deudas soberanas. En este plano, varios parlamentarios oficialistas sostienen lo mismo, para azoro de una Angela Merkel que no se repone a&uacute;n de la derrota en Meklemburgo-Antepomerania.<br />
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Starbarty y N&ouml;lling fueron miembros del directorio del Bundesbank (banco federal) y asesoraban al Banco Central Europeo. Las calidades del grupo explican el tenso comp&aacute;s de espera, pues la corte suprema debe emitir veredicto entre hoy y ma&ntilde;ana. Una decisi&oacute;n favorable a los litigantes pondr&aacute; en dif&iacute;cil posici&oacute;n al poder ejecutivo y, naturalmente, desvela a la Comisi&oacute;n Europea (Bruselas), al BCE y al Fondo Monetario Internacional.<br />
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En realidad, lo que buscan estos acad&eacute;micos es &ldquo;una reestructuraci&oacute;n radical de la Eurozona para reducirla a siete miembros, Alemania, Gran Breta&ntilde;a, Luxemburgo, Francia, Holanda, Dinamarca y Finlandia&rdquo;. As&iacute; presume otro ex Bundesbank, Axel Weber. Los otros diez pasar&iacute;an a la Uni&oacute;n Europea, que de veintisiete se ir&iacute;a a treinta y siete.<br />
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Obviamente, semejantes iniciativas no contribuir&aacute;n a paliar la &ldquo;eurodepresi&oacute;n&rdquo;. M&aacute;s bien, pueden agravarla. Aun sin un dictamen negativo de la corte alemana, crece la sensaci&oacute;n de abatimiento ante la impotencia y la descoordinaci&oacute;n que frenan el rescate heleno y otros. Hay un s&iacute;ntoma claro: el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet es un &ldquo;pato rengo&rdquo;, pues ha renunciado y su reemplazante, Mario Draghi, reci&eacute;n asumir&aacute; en noviembre.<br />
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Por de pronto, Berl&iacute;n reiter&oacute; ayer que no conceder&aacute; a Atenas m&aacute;s fondos y el ministro de hacienda, Wolfgang Sch&auml;uble, exigi&oacute; a los griegos &ldquo;una austeridad al cuadrado&rdquo;. Son palabras del portugu&eacute;s Jos&eacute; Manuel Dur&atilde;o Barroso, presidente de la CE. Existe, empero, otra salida: un &ldquo;eurogobierno econ&oacute;mico&rdquo;, como dice el luxemburgu&eacute;s Jean-Claude Juncker (Eurogrupo).</p>
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